Bien está lo que bien acaba,
dicen. Con “LaSexta noche” habrá que decir que bien está lo que bien continúa.
Tras un montón de sábados jugando con una edición especial de “Al rojo vivo”
como debate suplente, laSexta ha hecho saltar anteayer al terreno de juego su recién
estrenado debate titular para la noche de los sábados. Así que si primero el
programa de debate de las mañanas de laSexta fue “Al rojo vivo” con Antonio García Ferreras y después el
programa de debate de las tardes de laSexta fue “Más vale tarde” con Mámen Mendizábal, ya tenemos debate de
los sábados por la noche: “LaSexta noche” con Iñaki López.
El nuevo espacio espera pescar
audiencia en las aguas de “El gran debate” de Telecinco. ¿Por qué? No porque
solapa temas (inevitable si la actualidad manda) sino porque ataca un programa
de cuatro horas con otras cuatro horas de programa. Quisiera yo que le
preguntaran a Lance Armstrong si se pueden seguir programas televisivos que duran cuatro horas sin
usar doping o sin recurrir, al menos,
al zapping, trampa inevitable en
etapas tan largas. Quien tenga paciencia podrá mandar a la mierda la noche del
sábado viendo ocho horas de debate en solo cuatro horas de zapping, qué vida más triste.
¿Y los fichajes? De momento, el ex presidente cántabro Miguel Ángel Revilluca funciona bien como
contertulio en vez de como invitado. Quién sabe si en unas semanas tendremos a
un colaborador ya agotado o a un político sopesando dar el salto a la política
nacional vestido de justiciero anticorrupción mientras canta loas al jamón, el
vino, el aceite y las aceitunas rellenas de anchoas de Santoña. Quien no estuvo
a la altura fue Rocío “LahermanadeEsperanza”
Aguirre. Fue tan sosa que no dio juego ni con el par de píldoras provocadoras
que llevaba preparadas. La semana que viene, si eso, que amorticen lo que le
pagan poniéndole un cartelito permanente que indique por ser hermana de quién
está ahí. A ver si así se anima.
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