31/1/13

EL TELEVISOR MATÓ A LA TELEVISIÓN


El televisor mató a la televisión. O, al menos, los nuevos televisores, los que más temprano que tarde -entonces, cuando se abran las grandes alamedas- acabarán en la mayoría de los hogares de Occidente, van a terminar en pocos años con la esencia de la televisión que nos ha venido acompañando desde hace cinco décadas: las programaciones, las parrillas de programas, los días de emisión, los horarios, el concepto de prime time, de televisión matinal... Porque los nuevos aparatacos de miles y miles de pulgadas que se venden en las tiendas de electrodomésticos ubicadas en los centros comerciales de las afueras de la ciudad vienen con un pequeño botonín que cada vez que es pulsado dispara una bala de plata al mismérrimo corazón de la televisión clásica: ese botonín que te conecta vía wifi con las páginas web de las cadenas de televisión que te permiten ver en alta definición los programas más importantes de su producción.

Entendámoslo: ya no se trata de que si, por algún motivo de causa muy mayor, me pierdo “La luz y el misterio de las catedrales” pueda ver el episodio perdido en el ordenador de casa accediendo a www.rtve.es/alacarta. De lo que se trata es de que a partir de los domingos por la noche yo puedo ver en mi nueva televisionaca del copón “La luz y el misterio de las catedrales” en HD eligiendo el día y la hora que yo quiera. No es que no hayas podido ver “Tu cara me suena” en su emisión original y haya una vía para subsanar el fallo. Es que ya no hay emisión original, ni día ni hora a la que se programa el programa. Los contenidos de la televisión clásica saltaron del televisor antiguo al ordenador hace unos años y ahora han saltado del ordenador al televisor nuevo. Y en ese regressus saltarín desapareció la televisión antigua y llegó la televisión nueva, a la que le faltan elementos esenciales de la televisión a secas. Ya no hay programas en prime time porque los programas ya no tienen time. El vídeo mató a la estrella de la radio y el televisor con conexión wifi mató a la televisión. Es el fin de la televisión (as we know it).

30/1/13

KATE Y LA CULTURA CLÁSICA

Ya han conseguido que nos atiborremos de palomitas mientras vemos una película, celebramos Haloween con torpeza pero con el entusiasmo del converso, los hombres y mujeres del tiempo presentan la información meteorológica a la manera de Bill Murray en “Atrapado en el tiempo” y los equipos de baloncesto tienen cheerleaders, pero nunca lograrán que nos guste el fútbol americano. La mayoría de los europeos estamos de acuerdo con Leonard Hofstadter cuando dice en “Big Bang” que un partido de fútbol americano es incomprensible (a no ser que Sheldon nos explique las reglas), aburrido y, sobre todo, largo. El 3 de febrero se celebra la XLVII Súper Bowl (Canal +), y resulta que nadie habla de los 49ers de San Francisco ni de los Ravens de Baltimore porque todo el mundo habla de Alicia Keys, Beyoncé y Kate Upton. Ninguna de estas tres mujeres se gana la vida jugando a ese rugby raro.

Alicia cantará en la Súper Bowl el himno de los Estados Unidos, Beyoncé actuará en el intermedio y Kate protagonizará un esperadísimo anuncio de coches. Como el partido entre los robocops de San Francisco y de Baltimore es lo de menos, los “Mad men” del fútbol americano ya nos han vendido a Kate Upton como la “musa de la Súper Bowl”. ¿A qué musa se refieren? Kate Upton es una modelo que se ha hecho famosa anunciando trajes de baño y declarando que le gustaría tener unos senos más pequeños. Así que Kate no puede ser Clío, la musa de la historia. Ni Euterpe, la musa de la poesía lírica. Ni Talía, la musa de la comedia y de la poesía bucólica. Ni Melpómene, la musa de la tragedia. Ni Terpsícore, la musa de la danza y del canto coral. Ni Polimnia, la musa del canto hímnico. Ni Urania, la musa de la astronomía. Ni Calíope, la musa de la poesía épica. Kate sólo puede ser Erato, la musa de todo lo erótico. Eso quiere decir que no será Kate, sino los grandes pechos de Kate, quienes protagonicen en la Súper Bowl el anuncio del último modelo de Mercedes-Benz. ¿Entiende ahora, ministro Wert, por qué no está bien cargarse la cultura clásica? ¿No se da cuenta de que sin cultura clásica ni siquiera podemos entender a Kate Upton en la Súper Bowl?

29/1/13

MUERTO: ESTÁS MUERTO


Hay una parte en las películas de los Hermanos Marx que un niño no entiende: por qué en los momentos más entretenidos (que son todos) se ponen a tocar una canción sin venir a cuento. Cuando uno se hace mayor este desconcertante acontecimiento es sustituido por otro: en cualquier momento de cualquier película o serie, entretenido o no, se ponen a hablar de armas, de su manejo, de sus prestaciones. Como si entendiéramos lo que están diciendo. Como si fueran vendedores de coches hablando de mecánica en un concesionario. Como si fueran Sheldon Cooper defendiendo en “The big bang theory” la teoría de cuerdas como modelo fundamental de la física contra la de la gravedad cuántica de bucles. Igual.

Es un hecho: a los estadounidenses les gustan las armas. Sus series y películas no están hechas pensando en el resto del mundo, sino en su propio mercado, así que hablan de armas como un británico puede hablar del tiempo. También las usan, claro, tanto como un británico el paraguas. Hoy se sabe que durante años el lobby del tabaco presionó y pagó en Hollywood para que aumentara la presencia de fumadores en la pantalla. ¿Hará lo mismo la Asociación Nacional del Rifle para que las armas ganen protagonismo? No lo sé pero hay veces que lo parece. Y, lo siento, pero hay momentos en que “The walking dead” parece un publirreportaje.

En “The walking dead”, los muertos andantes no son importantes en la misma medida en que en las viejas películas del oeste los indios no son importantes. Solo son dianas andantes, un problema que infesta el territorio dificultando la supervivencia y añadiendo emoción a las aventuras de los protagonistas. Los realmente importantes son los vaqueros, su lucha por la supervivencia y sus armas. Porque en un mundo individualista en el que no hay Estado y cada uno es su propio ejército, en primer término siempre están las armas, su manejo y sus prestaciones. ¡Bang! “¡Muerto: estás muerto!”.

28/1/13

DEBATE CONTRA DEBATE


Bien está lo que bien acaba, dicen. Con “LaSexta noche” habrá que decir que bien está lo que bien continúa. Tras un montón de sábados jugando con una edición especial de “Al rojo vivo” como debate suplente, laSexta ha hecho saltar anteayer al terreno de juego su recién estrenado debate titular para la noche de los sábados. Así que si primero el programa de debate de las mañanas de laSexta fue “Al rojo vivo” con Antonio García Ferreras y después el programa de debate de las tardes de laSexta fue “Más vale tarde” con Mámen Mendizábal, ya tenemos debate de los sábados por la noche: “LaSexta noche” con Iñaki López.

El nuevo espacio espera pescar audiencia en las aguas de “El gran debate” de Telecinco. ¿Por qué? No porque solapa temas (inevitable si la actualidad manda) sino porque ataca un programa de cuatro horas con otras cuatro horas de programa. Quisiera yo que le preguntaran a Lance Armstrong si se pueden seguir programas televisivos que duran cuatro horas sin usar doping o sin recurrir, al menos, al zapping, trampa inevitable en etapas tan largas. Quien tenga paciencia podrá mandar a la mierda la noche del sábado viendo ocho horas de debate en solo cuatro horas de zapping, qué vida más triste.

¿Y los fichajes? De momento, el ex presidente cántabro Miguel Ángel Revilluca funciona bien como contertulio en vez de como invitado. Quién sabe si en unas semanas tendremos a un colaborador ya agotado o a un político sopesando dar el salto a la política nacional vestido de justiciero anticorrupción mientras canta loas al jamón, el vino, el aceite y las aceitunas rellenas de anchoas de Santoña. Quien no estuvo a la altura fue Rocío “LahermanadeEsperanza” Aguirre. Fue tan sosa que no dio juego ni con el par de píldoras provocadoras que llevaba preparadas. La semana que viene, si eso, que amorticen lo que le pagan poniéndole un cartelito permanente que indique por ser hermana de quién está ahí. A ver si así se anima.

27/1/13

EL MONSTRUO DE JIMÉNEZSTEIN

Si cogemos el cerebro de una persona y lo colocamos en el cuerpo de otra, ¿estamos trasplantando un cerebro de la primera persona a la segunda o estamos trasplantando el cuerpo de la segunda persona a la primera? ¿El resultado es la segunda persona con el cerebro de la primera o la primera persona con el cuerpo de la segunda? Se ha difundido como noticia sorpresa estos días la abrupta marcha de Antonio Jiménez de la cadena Intereconomía y su nueva ubicación en la cadena 13TV. Continuando con el símil anterior, ¿es Antonio Jiménez el cerebro que es trasplantado a 13TV o es 13TV el cuerpo catódico que es trasplantado a Antonio Jiménez?

Antonio Jiménez ha sido hasta ahora el cerebro de Intereconomía. No es el único trabajador de la cadena, pero sí el que se ocupaba de las tareas encefálicas. Otros desempeñan otras funciones corporales: Josep Pedrerol pudiera ser los genitales del canal, mientras que Xabier Horcajo estaría colocado en la zona rectal, -las cucarachas pueden sobrevivir en condiciones extremas, resisten privaciones de alimento y agua prologadísimas, soportan altísimos niveles de radiación, pero hubieran desaparecido todas ante la vergüenza de la trampa que tendió Wyoming a Horcajo con aquel vídeo de la becaria. Horcajo y sus microvellosidades siguen ahí como si tal cosa. Cuando los seres humanos se hayan extinguido las cucarachas heredarán la Tierra. Cuando hasta las cucarachas se extingan, la heredará Horcajo. Fin de esta larga digresión-. No se trata de que el cerebro sea más o menos importante que el culo: se trata de que existen órganos vinculados a la identidad del individuo cuya extirpación se lleva consigo la propia identidad del individuo.

Así que vamos a asistir en las próximas semanas a un experimento de neuropsicología televisiva crucial para el futuro de este campo. De hecho, alguien debería realizar una recreación dramática del trasplante, con Intereconomía y 13TV tumbadas en camillas yuxtapuestas y Antonio Jiménez pasando de una a otra. Yo propongo que el papel del doctor Frankenstein lo interprete Punset.

26/1/13

EL SOFÁ DEL DOCTOR FRIEDMAN


Una curiosa anécdota de la Psicología médica del siglo XX ocurrió cuando el doctor Meyer Friedman concibió un tipo de personalidad que se asociaba con un alto riesgo de padecimiento de problemas cardiacos. Se llamó Personalidad Tipo A y se definió por rasgos de hostilidad, urgencia temporal y alta competitividad. Friedman contó que el detalle que le sugirió esta relación entre personalidad y problemas coronarios fue sorprendentemente trivial: los brazos de las sillas de la sala de espera de su consulta de Cardiología estaban extrañamente maltratados, especialmente arañados por las uñas de los pacientes, con algunos de  sus elementos arrancados o retorcidos. Desde que conocí esta anécdota me fijo en los brazos de las sillas y sofás de las casas de mis amigos. Antes, si los encontraba deteriorados, suponía que poseían el Tipo A de personalidad. Desde hace un año supongo que lo que ocurre es que están siguiendo “Homeland”.

La T2 de “Homeland” terminó anteayer en FOX y volvió a desquiciar los nervios de todos los espectadores. Charles Chaplin en “El chico” interpreta a un cristalero que trabaja en colaboración con un niño: éste se pasea por la ciudad rompiendo cristales a pedradas y aquél aparece inocentemente minutos más tarde ofreciendo sus servicios. Los días de lluvia acompañada de fortísimos vientos hacen las delicias de los vendedores de paraguas que ven cómo las papeleras se llenan de paraguas rotos. Pues bien, estoy seguro de que existe una conexión comercial secreta entre los fabricantes de fundas de sofá y los guionistas de “Homeland”. Doce capítulos más tarde de aquella agonía que supuso el final de la primera temporada seguimos sin saber si Nicholas Brody está trabajando para la CIA o para el terrorismo yihadista. Los guionistas ya están escribiendo la tercera temporada, pero esta vez yo la veré con unos guantes que me he fabricado con un potente forro de gomaespuma en la punta de los dedos. No volveré a cargarme por tercera vez los brazos del sofá de casa y no quiero terminar en la consulta del doctor Friedman.

25/1/13

IMPOSIBLE EXPEDICIÓN


Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Como un programa de viajes en el que lo importante son los viajeros, no los lugares que recorre; como un programa donde los viajeros son protagonistas porque son famosos, no por su competencia como cicerones; como “Expedición imposible”, un programa que tiene nombre de expedición que no es una expedición porque no puede ser y además es imposible.

La cadena Cuatro nació en 2005, o sea, en el año 5 del siglo primero después de “Gran hermano”. Nació sin realities (aunque no sin pecado original; ahí está y ahí sigue “Cuarto milenio”). Después, cuando comenzó a emitir “Pekín express”, este era fundamentalmente un programa de viajes. El “proceso de telecincación” que sufre la cadena desde su integración en Mediaset ha llevado a esto: dicen que el heredero de “Pekín express” es ahora “Expedición imposible”, pero es mentira. Marruecos es en él solo un pretexto, un escenario lo suficientemente exótico pero cercano y económico como para mandar allí a Leticia Sabater y Raquel Mosquera a mover el culo y a desquiciar, cada una según sus posibilidades, de forma que la máquina infernal disponga de cotilleos según sus necesidades.

Da igual que encierren a los famosos participantes de un reality en una casa videovigilada, una casona asturiana echada a perder, una isla desierta abarrotada, una estación espacial internacional en órbita geoestacionaria o que los dejen sueltos en medio de Sahel. Da igual que los lleven a vivir una vida pirata en el Caribe, una vida superficial en Honduras o una vida errante deambulando alrededor de sus ombligos. El interés que pueden tener estos personajes es nulo. Salir en su búsqueda organizando una expedición de mentirijillas en otoño y grabarlo todo para que nosotros tengamos el valor de ver el montaje en invierno no puede ser.  Y lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.

24/1/13

EL CURIOSO CASO DE LUIS BÁRCENAS


El caso de la semana: el sábado por la noche, ya tarde, Jordi González anuncia en “El gran debate” de Telecinco que en breves momentos van a dar una noticia bomba. La misma cadena que mil veces anunció en directo miles de noticias bomba tramposas para engañar a la audiencia y mantenerla pendiente de sus programas, recurre una vez más al mismo sucio truco. Pero esta vez vale la pena esperar. González lee el mensaje que acaba de recibir el director ejecutivo del programa, y que manda Marilar de Andrés, la responsable de comunicación del PP: “Dirigentes del PP que están viendo el programa van a estudiar la interposición de la acción que corresponda ante las informaciones que se están difundiendo en "El gran debate" de Telecinco”.

Hay quien afea la conducta del PP y dice que se trata de un intento de censura previa porque el programa estaba dedicando esa noche al que fue senador y tesorero del PP Luis Bárcenas. Pues no. Censura previa sería poner trabas a los mensajes que el PP considere oportuno mandar a quien quiera. Y de eso nada. Que envíe cuantos más mensajes mejor. Si por algo se puede afear la conducta del PP es porque manda pocos. Podía enviar alguno contando qué tal avanza esa “acción” de la que hablan. O, si la “acción” no va, podían contar qué pasa, si es que la directora de comunicación no comunicó bien, si es que a los dirigentes del PP dirigieron mal, o si la fase de “estudiar la interposición de la acción” se alargará indefinidamente porque no tiene ni pies ni cabeza.

¿Y por qué esa noche no tuvieron mensaje del PP otros programas que también hablaron del “caso Bárcenas”? Fácil: el reportaje de “Informe semanal” en La 1 parecía un encargo que ya había recibido el níhil óbstat, el plácet, las dos orejas y el rabo; y el especial “Al rojo vivo” de laSexta fue un continuo guirigay que echaba a los espectadores que queríamos oír hablar de uno en uno a Telecinco. Pues sí: ¡González y Telecinco como ejemplos! Así que ahora deseamos suerte a quien se muestra fuerte con el que es más fuerte, igual que antes lo criticamos por tratar de aplastar con su fuerza al más débil.

23/1/13

LA INTIMIDAD POSTERIOR


Me gusta ver partidos de fútbol en los bares porque, además de ver fútbol, conoces gente. Ver un partido de fútbol en el bar es como hacer el amor, mientras que verlo en casa sentado en el sofá es como masturbarse. Ahora bien, en los bares no se ve fútbol, sino partidos de la Liga española. Las encantadoras pizarritas donde muchos bares anuncian los partidos del día sólo tienen espacio para un Real Sociedad-Barça o incluso un Osasuna-Deportivo, pero no para un Sudáfrica-Cabo Verde. Lástima. Es posible que algún día podamos aburrirnos viendo un Milan-Juventus en el bar de la esquina, y conozco algunos bares que saben que ofrecer partidos de la Premier League garantiza un par de horas de diversión y de bebedores de cerveza. Pero es casi imposible que la pizarrita de un bar anuncie un partido de la Copa de África. No lo entiendo.

La Copa de África (Eurosport) es al fútbol lo que la trilogía original de “La guerra de las galaxias” es al cine. El fútbol europeo es muy superior técnica y tácticamente al fútbol africano, tiene más y mejores efectos especiales, mucho más dinero, entrenadores prestigiosos, actores famosísimos muy bien pagados y todo lo que se quiera, pero no siempre sabe a fútbol. El fútbol europeo es como la lujosa trilogía de “La guerra de las galaxias” con la que George Lucas llenó los cines y vació algún que otro corazón. El episodio IV de “La guerra de las galaxias” tiene muchísimo más encanto que el episodio I, y un partido de la Copa de África tiene muchísimo más encanto que un monólogo de Jar Jar Binks. El fútbol europeo cree que el tamaño sí importa, y a veces cree que el tamaño es lo único que importa. Príapo, hijo de Dionisio (o de Zeus) y Afrodita, tenía un enorme miembro viril, pero el tamaño no da la felicidad ni garantiza el placer. El priapismo del Barça o incluso del Deportivo, como el gigantismo de la segunda trilogía de “La guerra de las galaxias”, no es garantía de disfrute ni, como dice el galán de “Amarcord”, concede siempre la intimidad posterior. Y los bares y el fútbol viven de la intimidad posterior.

22/1/13

TU CARA ME GUSTA


Salgo del armario: me gusta “Tu cara me suena”. No atravieso la ciudad corriendo para evitar perderme un minuto de TCMS como sí hago/hice/haré con “Homeland”. Cuando se emite TCMS no descuelgo el teléfono y desinstalo el whatsapp como hice la semana pasada cuando La 2 emitió un “Crónicas” sobre la Alhambra que me llenó la casa de jazmines y matemáticas. Si Sandra Sabatés me llama para salir a cenar un día en el que TCM emite “Sin perdón” a las diez de la noche, me disculpo atentamente y le sugiero otra fecha; si Sandra Sabatés me llama para salir a cenar un lunes que Antena 3 programa TCMS acepto más rápido y más nervioso que Howard Wolowitz si le invitara a cenar Penny en las primeras temporadas de “Big bang theory”, -eh... Sandra... si estás leyendo esto... no es más que un recurso retórico; podemos salir a cenar el día que quieras-. Y aun así, TCMS me gusta. No pasará delante de mis ojos cuando antes de mi muerte toda mi vida se condense en un minuto. Pero TCMS, qué carajo, me gusta.

Ver a Arturo Valls mejorar el “Starman” de David Bowie es divertido. Santiago Segura haciendo de Fofito o de Víctor Manuel es divertido. Anna Simon imitando a Amaia Montero o Roko imitando a Paloma San Basilio son divertidas. Las caracterizaciones son espectaculares. Los concursantes saben dar el juego de humor que un programa así requiere. Manel Fuentes cumple. Incluso el jurado cumple -vale, sí, Ángel Llácer es insoportable, de acuerdo, no estoy diciendo que el programa sea perfecto-. Empujados por la inercia del bajísimo nivel del entretenimiento en televisión durante décadas, tendemos a sospechar de cualquier programa de colorines basado en un concurso sencillo y un humor accesible, pero TCMS merece ser visto sin prejuicios y ganas de pasar el rato al final del día. Zapeas y te encuentras con Arturo Valls imitando a Bertín Osborne. Entra ella en la salita, lo ve y te pregunta: “¿Pero te gusta ‘Tu cara me suena’?”. Sales del armario: la miras con ojos de confesión existencial y contestas “sí”.

21/1/13

EL MISTERIO, LA BELLEZA

Uno siempre tiende a pensar que el misterio es un concepto que va unido a la oscuridad, a las sombras o la noche. Pero no es así, al menos no es así cuando hablamos de las bellezas más absolutas que ha producido el ser humano. Cualquier persona que se deje arrastrar por la riada de gozo que es “La luz y el misterio de las catedrales” los domingos por la tarde -gracias, Televisión Española; gracias, muchísimas gracias, Peridis- descubrirá que el misterio -el eterno, el inapresable- tiene que ver más con la claridad que con las sombras, más con el deslumbramiento ante los tejidos y los lenguajes de la luz esculpiendo una nave gótica que con las esquinas muertas en las que la falta de sol priva de su fertilidad pétrea a los sillares.

También parecería que el misterio está particularmente cerca de la ansiedad, de la inquietud y el desasosiego. Y también es falso. “La luz y el misterio de las catedrales” demuestra que son la serenidad y la lentitud el territorio en el que verdaderamente estremecernos ante lo inexplicable, que no es amenazante sino cálido, que no asusta sino que llama a entregarse con confianza a la línea, al volumen, al tibio orgullo del coro. Allá los misterios atormentados de los inmaduros; acá el arrebato que desafía toda explicación ante la simplicidad irreductible y quieta del cuadrado en el claustro.

Así es. El misterio -el que no puede reducirse a palabras ni a números- nace paradójicamente de la racionalidad y la armonía, y no del caos o del sedicente pensamiento libre. De la humildad de la ortodoxia y no de la vanidad. Cada capítulo de “La luz y el misterio de las catedrales” es un descubrimiento feliz del misterio que encierra la belleza de los grandes templos góticos que inervan España. Demasiado pura. Demasiado intensa. Demasiado luminosa, serena y racional. Y una refutación de la banalidad de los misterios pequeños de aquellos cuya vista no alcanza a entrever las bóvedas nervadas de las catedrales.

20/1/13

JUGUETES ROTOS EN PARO


Gracias a la educación hipnopédica recibida durante el sueño, todos los felices habitantes del mundo feliz de Aldous Huxley saben que si algo se rompe o estropea es mejor echarlo a la basura que repararlo. Los vestidos, por ejemplo.
- Tirarlos es mejor que remendarlos, tirarlos es mejor que remendarlos, tirarlos es mejor…

En los programas de telerrealidad se portan mejor con sus juguetes que Lelina Crown con su ropa. Ya están preparando la próxima edición de “Gran hermano” y solo se preocupan por gilipolleces como cambiar el ojo del logotipo o la grafía de la marca registrada. Están tranquilos porque saben que lo fundamental, la participación de concursantes con los que alimentar al monstruo, está garantizada. No es para menos: un juguete roto (por muy roto que esté y por muy mal que haya ido su carrera hacia la vacuidad de “la vida famosa es la vida mejor”) nunca se tira sin haberle echado al menos un par de remiendos en horario de máxima audiencia.

Cualquier aspirante a famoso del próximo “Gran hermano” sabe que nunca será olvidado con desconsideración. Cuando su breve fama haya terminado sin haber logrado consolidar una envidiable carrera como aguerrido contertulio en programas de cotilleos, como pizpireto presentador en el call TV de una cadena local o como heroico animal de feria en el circuito de discotecas de extrarradio, aún podrá volver a brillar una última vez. La telebasura no tira al vertedero sus juguetes rotos así como así. No sin antes haberles exprimido una última vez contando sus desgracias, no sin haber jugueteado una última vez con sus guiñapos, no sin permitirles que el brillo de la fama se refleje en su rostro por última vez antes de pudrirse en el olvido.

En un año tres exconcursantes de “Gran hermano” han contado sus cuitas económicas y personales a Telecinco. Si se calienta más la caldera, la ceniza puede volver a arder. Todos contentos: la cadena mueve sus turbinas y el juguete roto vuelve a casa caliente con un remiendo en el bolsillo. Los despedidos de Telemadrid no tendrán esa suerte.

19/1/13

REY, COMO PAPI

Habría sido la bomba que el rey hubiera salido esta semana en la tele protagonizando “Comando actualidad” (noche de los miércoles, en La 1). Ahora que tanto le preocupa mejorar su imagen, hubiera sido la ocasión perfecta para que saliera en plan campechano, mezclándose con sus súbditos, y así recuperar aquella expresión que tanto juego dio en los idealizados años de la Transición: “El rey, como uno más…”. Si es que como lo de antes no hay nada.

“Comando actualidad” estuvo esta semana dedicado a los negocios que se transmiten de padres a hijos, a los oficios familiares; y hubo de todo. Desde la mayor saga médica del mundo a rancios linajes de enterradores, cocineros, floristas, churreros, ganaderos o fruteros desfilaron por “De tal palo, tal astilla”. Pero faltó una familia española (bueno, y francesa y griega) que le da veinte vueltas a todos en el arte de transmitir la profesión paterna a la siguiente generación: la familia real.

Qué pocos reflejos tuvo TVE que no llamó al rey para participar. Hasta hubieran podido incluir lo emocionante que resulta saber que los análisis genéticos confirmaron estos días que su tataratío tatarabuelo, Luis XVI de Francia, es tataranietísimo del rey de Francia, Enrique IV, quien precisamente es tatararatatarabuelísimo directo de nuestro rey de España. Se le eriza a uno la piel y le entran escalofríos solo de pensarlo. ¿Y qué me dicen de la ocasión perdida para mostrar la complicidad del rey y el príncipe charlando acerca de cómo llevar el negocio? Imagínense: “El rey, como uno más, trabaja en lo mismo que su privilegiado linaje desde hace siglos y siglos”, “El rey, como uno más, espera que su hijo continúe el cómodo oficio familiar con orgullo y satisfacción”, “El rey, como uno más, habla con su hijo de lo desconcertante que es este trabajo en el que, aun siendo rey, se continúa siendo como uno más”. Son imágenes que solo podrían superarse si saliera a la luz una grabación en Súper 8 de ese simpático momento en que preguntaron a Felipe de Borbón hace 40 años qué quería ser de mayor y dijo: “Rey, como papi”. Para comérselo.

18/1/13

SENSACIÓN TÉRMICA

El concepto de “sensación térmica” que utilizan los meteorólogos nos va a venir de perlas para echarnos unas risas sobre los resultados de las pruebas de inteligencia a las que se han sometido los colaboradores de “Sálvame”. La “sensación térmica” es la percepción subjetiva que tenemos de la temperatura a la que nos encontramos en un determinado momento, que puede no coincidir con el registro que marcan los termómetros. Podemos estar a cinco grados, pero si sopla un viento muy fuerte podemos sentir que estamos por debajo de cero grados. Podemos estar a treinta y cuatro grados, pero si el nivel de humedad es altísimo podemos sentir que estamos a más de cuarenta grados. Viento, presión, precipitaciones, humedad y otros factores meteorológicos pueden hacer que diverjan la temperatura real a la que se encuentra la atmósfera y la temperatura subjetiva que sentimos en nuestras carnes, que es la que verdaderamente nos importa.

Explicado esto, podemos tantear el nuevo concepto de “sensación intelectual”. La idea sería paralela: por un lado estaría nuestro “cociente intelectual” puro, y por otro lado estaría la “sensación intelectual” que damos. La sensación intelectual depende de muchos factores: el contexto en donde actuamos, las personas que nos rodean, factores biológicos pasajeros, etc. Los colaboradores de “Sálvame” han sido sometidos a un test de inteligencia aplicado por una psicóloga sin escrúpulos y han obtenido puntuaciones altas en su gran mayoría. ¿Y qué? Lo que verdaderamente nos importa no es su cociente intelectual, sino su “sensación intelectual”. Chelo García Cortés podrá rozar la superdotación, pero el viento gélido que atraviesa el plató de Telecinco hace que su sensación intelectual parezca tener un solo dígito. Karmele Marchante parece estar un poquito por debajo de la media en la prueba -¿es necesario aplicar un test de inteligencia a alguien que escribe “Karmele” con “k”?-, pero la humedad irrespirable de “Sálvame” la hace comportarse como si tuviera inteligencia por debajo de cero.

17/1/13

HUESOS CANSADOS

¿De verdad nadie lo está notando? ¿Sólo soy yo el que se fija tan atentamente que es capaz de darse cuenta de lo que ocurre con las reposiciones de “Bones” en laSexta? ¿No hay nadie despierto en la hora sexta -la siesta, vamos- como para percibir que los actores están ya tan hasta las mismísimas nalgas de repetir una y otra vez los mismos episodios que comienzan a interpretarlos con desgana, a cometer pequeños fallos, a saltarse algunas líneas de guión? Es sabido que laSexta utiliza “Bones” como hace unas décadas TVE utilizaba la Carta de Ajuste: se emite cuando no hay ninguna otra cosa que emitir. “A ver”, dice un programador de laSexta a otro, “tenemos aquí un agujero de tres horas sin ningún espacio”. “Pues pon capítulos de ‘Bones’”, contesta el segundo, “¿tienes tres horas?. Pues caben cuatro capítulos. Tú dale”.

Pero eso, claro, tiene un precio. Ya hace varios meses noté que, en una conversación entre Temperance y Booth, la forense reprimía un bostezo justo cuando estaban hablando de la identidad del asesino. Desde entonces empecé a fijarme con mucho detalle: en el capítulo de la T5 en el que Angela y Hodgins se casan, la chica decía siempre “sí, quiero”; en la última reposición, por el contrario, la investigadora dice un cansado “bueno, vale”, ante la mirada asustada de Hodgins. Y la semana pasada, en el episodio en el que entierran a Bones y a Hodgins dentro de un coche, los dos científicos en vez de intentar salir quedaron tranquilamente echando una cabezadita en el asiento de atrás; incluso juraría que se oyó murmurar a la protagonista: “total, ¿para qué vamos a liarla, si Booth nos va a rescatar en cualquier caso?”.

Nadie sabe en lo que pueden terminar degenerando los capítulos de “Bones” tras diez o doce reposiciones más. Y las demás cadenas deberían aprender igualmente la lección: ayer por la tarde en Cuatro, durante la cuadragésima quinta reposición de un capítulo de “Castle”, Kate estaba comentando al investigador no sé qué de un libro y le entró la risa en la mitad de la frase.

16/1/13

SOPRANO SHORE


Tom Hanks dice en “Tienes un e-mail” que todo lo importante de la vida está en “El padrino” porque cualquier duda o dificultad ya ha sido resuelta en la película de Coppola. En “Love actually”, Daniel (Liam Neeson) y su hijastro ven “Titanic” en busca de respuestas a los retos del amor. El doctor Sheldon Cooper de “Big Bang” se deja guiar por la disciplina Kolinahr vulcaniana de su adorado Mr. Spock. Si hay que elegir entre “El padrino”, “Love actually” y “Star trek”, hoy nos quedamos con “Los Soprano”. Todo lo importante de la televisión está en “Los Soprano” porque cualquier duda, problema o dificultad televisiva ya ha sido resuelta en la serie de David Chase.

“Las circunstancias hacen al hombre, no el hombre a las circunstancias”, dice Gabriella, la mujer de Silvio Dante, en “Los Soprano”. Por eso los concursantes de “Gandía Shore” (MTV) actúan como lo hacen, víctimas de las abominables circunstancias impuestas por un reality sin escrúpulos. “Como dice Popeye, yo soy lo que soy”, escupe Tony Soprano a Carmela, su mujer. Así que puede que los concursantes de “Gandía Shore” ya fueran lo que ahora son antes de que las circunstancias de “Gandía Shore” mostraran al mundo el lado oscuro del ser humano. “A veces las cosas que pasan aquí es como jiñar”, dice Tony en la consulta de su psiquiatra. Las cosas que pasan en “Gandía Shore” son como jiñar. Pero la doctora Melfi corrige a Tony y dice que prefiere pensar que lo que pasa en su consulta es como un parto. Así que puede que “Gandía Shore” sea el parto inevitable del embarazo de concursos como “Gran Hermano”. Tony dice que vive en el único país del mundo donde está garantizada por escrito la búsqueda de la felicidad: “Putos niños mimados”. Así son los concursantes de “Gandía Shore”. Pero Corrado, el tío de Tony, dice que hay personas tan descolocadas en una carrera que piensan que van primeros. Y así son los concursantes de “Gandía Shore”.

Tony Soprano es un mafioso de Nueva Jersey, pero oficialmente se dedica a la gestión de desechos.

15/1/13

CALLEJA ANTECESSOR


Me cago en las muelas de Jesús Calleja. Mal comienzo para un artículo, sobre todo si lo lee Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones en la Sierra de Atapuerca. Así que cuidemos más lo que decimos y seamos más precisos. Me cago en los incisivos, los caninos, los premolares y los molares de Jesús Calleja. Mejor.

Es que ya me está fastidiando el dichoso aventurero y montañero que protagoniza “Desafío extremo” los domingos por la noche en Cuatro. Y no digo dichoso porque me resulte molesto, lo digo porque se le ve lleno de dicha y feliz cuando visita lugares a los que el común de los espectadores no podemos acceder ni en sueños.

Hasta ahora se dedicaba a engolarse en lugares a los que nos daría vértigo ir, sitios demasiado peligrosos para una persona que se marea en autobús y parajes en los que hace un frío que pela. Es que daba pereza hasta verlo por la tele. Pero lleva unos días que me está poniendo los dientes tan largos como en aquel chiste de mamá, mamá, en clase me llaman dientones, no hagas caso, niño, y levanta la cabeza que rayas el suelo.

Hace dos semanas, Calleja fue a bucear y descubrió un barco romano intacto hundido en las Baleares. Qué envidia. Anteayer visitó Atapuerca con pase VIP que le permitió meter las narices en todos los yacimientos… ¡incluida la Sima de los Huesos! Decir envidia es decir poco. El hasta ahora viajero en el espacio se ha convertido en un viajero en el tiempo: deja de ser el Mallory de Cuatro para convertirse en su Indiana Jones particular que solo tiene que llegar y besar el santo. Y los arqueólogos y los paleontólogos encantados de poder divulgar su trabajo colaborando con Calleja. Qué suerte tiene el jodío.

Pues que sepa Arsuaga que aquí estoy para lo que quiera, que me pongo a su entera disposición, que ya me sé los nombres de la dentadura humana, que visitar Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana como turista fue maravilloso pero lo que quiero es un pase VIP como el de Calleja, me cago en sus muelas.

14/1/13

PAPÁS DE HIJOS DE PAPÁ


Mucho se aprende viendo “Hijos de papá” (noche de los viernes en Cuatro). Es tan educativo que basta ver el programa medio minuto de refilón para darse cuenta de que ser un hijo de papá es malo, muy malo, pero hay algo peor: ser el papá de un hijo de papá. Lo habíamos aprendido en la primera temporada y lo hemos confirmado en la segunda que acaba de concluir: los adultos (todos tienen más de 18 años, algunos rozan los 30) que protagonizan el programa son unos consentidos malcriados porque alguien los consiente y los malcría.

No hay efecto sin causa, dijo Aristóteles. No hay hijos de papá sin papás, decimos nosotros cuando vemos cómo el programa da una supuesta cura de humildad a todos estos ombligos egocéntricos regalándoles justo lo que más les gusta y más los reafirma en su fatuo engreimiento, en su soberbia desmedida y en su ignorancia abismal: atención, mucha atención, y protagonismo, mucho protagonismo, por tener y malgastar dinero, mucho dinero.

“A menudo los hijos se nos parecen, y así nos dan la primera satisfacción”, canta Serrat. O la primera insatisfacción: hay papás y mamás que acuden a Luján Argüelles, conductora del programa, porque no les gusta demasiado la imagen que les devuelve el espejo de sus hijos e hijas. Son padres que no pudieron dedicar demasiado tiempo a sus criaturas porque estaban demasiado ocupados ganando y gastando una fortuna. Se preguntan a quién han salido porque no quieren ver lo evidente: han salido a ellos. Deberían estar orgullosos porque enseñaron a sus niños lo fundamental: que el dinero es lo más importante y todo gira en torno a él, no a las personas que nos rodean.

Un brindis mentiroso con champán auténtico cerró el programa: “Por los superpapás y la vida maravillosa que os han dado, por la humildad y por enfrentarse a la vida real”. Luego, entre yates, aviones y coches rápidos, vino la despedida: “Que te llamo para agradecerte todo el tiempo invertido en mí. Que dentro de poco, o sea, eh… me voy a Manhattan. Bye, papá, bye”.

13/1/13

ASQUEROSO


Imaginemos la siguiente situación: viernes noche, “Sálvame Deluxe”. Pipi Estrada se somete al polígrafo y ha de aclarar si mató a algún compañero de trabajo alguna vez. Pipi responde que sí, aunque matiza que sólo fue un homicidio, ya que no tenía voluntad de acabar con su vida. Matamoros toma la palabra y pregunta si al margen de ese homicidio no ha habido algún asesinato de verdad. Pipi se revuelve en la silla y contesta que no va a aceptar ese tipo de preguntas de alguien que tiene interpuesta una denuncia por asesinato en el despacho de una conocida abogada. Matamoros se levanta y camina hacia el invitado gritándole que tiene tres minutos para retirar lo dicho antes de llevar esa acusación a los tribunales. Pipi también se levanta, y las dos acémilas -DRAE, segunda acepción- se encaran en un intercambio de gritos: uno niega estar imputado por asesinato, el otro se mantiene firme asegurando que la denuncia existe. Kiko, despreciativo y arrogante, llama por teléfono a su abogado. Jorge Javier no ha intervenido en la escena; es una estatua pequeñita a la izquierda de la pantalla.

Una situación como la descrita provocaría con seguridad una ola de indignación y repulsa que obligaría a la dirección de Telecinco a cancelar el programa. ¿Por qué, entonces, no ocurre nada semejante cuando el delito al que nos referimos no es el asesinato sino el maltrato físico a la mujer? El pasado viernes, el asqueroso programa “Sálvame Deluxe” volvió a hacer espectáculo con la violencia contra las mujeres en una asquerosa, -cualquier escritor sabe que no queda bien citar dos veces la misma palabra en la misma frase, pero es difícil hablar de lo ocurrido sin repetir constantemente “asqueroso”-, escena idéntica a la fantaseada en el primer párrafo, si bien referida no a un asesinato sino a una agresión física a la pareja. ¿Por qué no aparece ahora esa ola de indignación y repulsa? ¿Por qué Telecinco mantiene ese programa en antena? ¿Por qué el público -por cierto, muy mayoritariamente femenino- sigue viéndolo?

12/1/13

ONTOLOGÍA

Para un trabajo de su asignatura de “Filosofía” me pregunta mi hija por la diferencia entre “realidad” y “apariencia”. Yo, obviamente, sólo sé que no sé nada, pero como me pilla mirando datos de audiencia recientes de varios programas le ilustro mi ignorancia con algunos ejemplos. “Mira, Arguiñano parece no ser visto por nadie, no se comenta, no provoca escándalos, ninguna cadena lo contraprograma, y, sin embargo, realmente es uno de los programas más vistos de la historia de nuestra televisión, con décadas de éxito estable y niveles de share siempre cercanos a un 20% que no consiguen ni siquiera supuestos bombazos como ‘Sálvame’. Y a todos nos parece que Ana Rosa tiene más espectadores que ‘Saber y ganar’, cuando en realidad el concurso de Jordi Hurtado registra todos los días tres veces más seguidores que los fieles a la mañana de Telecinco. ¿Lo entiendes, risueña, siempre complaciente y nada problemática adolescente?”.

Ella asiente, parece interesada y me vengo arriba completamente envalentonado. Me levanto. Mi mirada se pierde a través de la ventana. “Cabría ahora preguntarse si es más cierta la realidad o la apariencia. ¿Conoces una teleserie llamada ‘Bandolera’? ¿A que no? Termina su emisión estos días después de dos años siendo emitida por Antena 3, y ha conseguido más o menos un millón de espectadores todos los días. Y pasa lo mismo con “El secreto de Puente Viejo”, la teleserie que se programa a continuación. Millón y medio de seguidores. Para ti no existe, pero existe para Dios, es decir, para los publicistas”. Interpreto el silencio de mi hija como muestra de su fascinación ante mis palabras y prosigo sin separar mi vista del infinito. “El papel que cumple Dios en la ontología clásica es un trasunto casi perfecto de la relación que mantiene la publicidad con las cadenas de televisión en el sentido de...”. Profundamente concentrado, buscando la forma perfecta de rematar mi argumento, mi mirada vuelve a mi hija. La veo atendiendo a su smartphone y se lo arrebato de las manos. Estaba escribiendo a una amiga “ola k ase”.

11/1/13

VEO, VEO


Este año 2013 que acabamos de comenzar, “Cuarto milenio” (noche de los domingos en Cuatro) va a ser un programa turbador. Lo veo. Tratará asuntos sorprendentes desvelando sus aspectos más portentosos gracias a que atenderá las facetas más extrañas y buceará en los datos más desconocidos de los enigmas que nos inquietan, ofreciendo una perspectiva desconcertante que hará sentir a sus seguidores que caminan por territorios impenetrables en pos de lo maravilloso. Lo veo, veo.

Y qué decir de Íker Jiménez. Este año va a ser un presentador fabuloso. Lo veo. Como amante de lo extraordinario se enfrentará a insólitos fenómenos que esconden misterios inexplicables, prodigios admirables, hechos inusitados y acontecimientos incomprensibles. Lo veo, veo.

Es que, no lo puedo evitar, a primeros de enero siento cómo me suben por aquí como unos escalofríos que ustedes dirán que son por el frío, pero de eso nada: es que se apoderan de mí unos poderes extrasensoriales talla extragrande que me permiten adivinar qué nos deparará el próximo año televisivo. Y lo que veo es que en 2013 “Cuarto milenio” va a seguir con las mismas monsergas, los mismos trucos y las mismas mentiras envueltas en la misma palabrería. Uy, perdón, que se me olvidaba utilizar la palabrería esa que es lo divertido. A ver ahora: “Cuarto milenio” va a seguir con las mismas monsergas insólitas, los mismos trucos misteriosos y las mismas mentiras milagrosas que permiten a su conductor hablar y hablar con una supuesta actitud investigadora en la que no investiga nada porque este tipo de espacios nunca trataron ni tratarán de explicar nada ni de arrojar luz sobre ningún asunto.

Así que,  un año más, el negocio de Jiménez seguirá estando precisamente en oscurecer aquello de lo que se ocupa, en renunciar a explicar nada porque previamente lo llama “inexplicable”, en apagar luces y sumirlo todo en unas tinieblas tan pretenciosas y tramposas como las que inundan su plató. Y que nadie se enfade conmigo: solo soy un instrumento por el que se canalizan unos extraños poderes gracias a los cuales veo, veo lo que veo, veo.

10/1/13

"FAMILIA", ENTRE 'TETACINCO' Y 'TELECIRCO'


Hubo un tiempo, allá por finales de los años noventa del siglo pasado, en que existió en España una cadena de televisión conocida por el nombre de “Telecinco”. La cadena surgió de las cenizas de “Tetacinco” una nueva cadena privada que había llegado a España a principios de esa década repitiendo el modelo de tele italiana machista y hortera. A partir del año 2000, “Telecinco” comenzó a desvanecerse. “Gran hermano” y el telecotilleo hicieron que fuera progresivamente sustituida por esa cadena que actualmente es por todos conocida como “Telecirco”.

El martes por la noche “Telecirco” estrenó “Familia” y nos dejó desconcertados: se trata de una serie de televisión de producción española, una serie como las de antes con personajes de todas las edades para que en casa todo el mundo se pueda identificar con el personaje de su perfil personal, una serie pensada para consumir con toda la familia reunida sentada en torno al televisor, una serie que incluso desplazó a otro día al “Hay una cosa que te quiero decir” que cada martes perpetraba Jorge Javier Vázquez, una serie como las que emitía esta cadena en aquellos años en que había dejado de ser “Tetacinco” pero aún no se había convertido en “Telecirco”.

Pero las mediciones de audiencia nos dicen que, aunque sea la cadena más vista, “Telecirco” es hoy un canal temático para frikis individualistas que ven la tele fundamentalmente solos, no un canal familiar como sigue siendo Antena 3. Tal vez una cadena así no se merezca tener buena suerte con “Familia”, pero los espectadores sí nos lo merecemos: puede que así podamos volver a ver Telecinco como una cadena con aciertos y errores pero que no da grima.

Por lo visto anteayer, “Familia” puede tener, además, otra virtud: ofrecer una imagen de la institución familiar lo suficientemente moderna, abierta y plural como para poner nervioso al Foro Español de la Familia. Son todo ventajas.

9/1/13

"GRAN RESERVA" EN TAHITÍ

La programación televisiva del día de Reyes nos regaló la película “Antz” (Cuatro), y todos disfrutamos de nuevo con el entrañable Z y su amada princesa Bala en busca de Insectopía. “Antz” encierra muchas moralejas, pero puede que la más importante sea que no hay que buscar utopías más allá de la colonia, sino en la colonia misma. “Antz” también nos alerta del peligro de que un general Mandible disfrazado de salvador de la colonia convenza a unos cuantos casi todo el tiempo y a muchos durante bastante tiempo de que los fuertes han de alzarse sobre los débiles para construir un mundo mejor. La historia nos enseña que hay que tener cuidado con los que se creen elegidos por el destino pero no entienden que los medios para conseguir el bien de la colonia, como pretende a su brutal manera el general Mandible, son tan importantes como los fines.

La película “Antz” y “Gran reserva” (TVE), la serie que cambia las intrigas políticas de “Isabel” ambientadas en los palacios castellanos del siglo XV por las intrigas políticas ambientadas en las bodegas riojanas del siglo XXI, hablan de lo mismo. Z, la princesa Bala y el general Mandible podrían ser personajes de “Isabel”; Isabel de Castilla, Fernando de Aragón y Juan Pacheco no desentonarían en “Gran reserva”; y Vicente Cortázar, Miguel Cortázar y Sofía Ruiz de Reverte serían excelentes personajes animados de “Antz”. Una colonia de hormigas, un reino medieval y una bodega riojana no sólo nos ayudan a entender la diferencia entre medios y fines, sino que nos recuerdan que los paraísos no son de este mundo. Daniel Cohen apunta en su ensayo “La prosperidad del mal” que la vida en Tahití es paradisíaca gracias a la elevada tasa de infanticidio en esa sociedad, así que Tahití no es en realidad un paraíso. Ni la colonia de “Antz”, ni la Castilla de Isabel, ni la bodega de los Cortázar. Si Z, Isabel y don Vicente protagonizaran una serie ambientada en Tahití, las intrigas tendrían los colores de los cuadros de Gaugin. Pero no nos libraríamos del general Mandible.

8/1/13

EL ARCA MISERABLE


Noé soltó una paloma. Ésta regresó pronto al no encontrar dónde posarse. Pocos días después volvió a soltarla y volvió con una rama de olivo en su pico, lo que indicó a Noé que las aguas habían retrocedido y ya afloraban terrenos en donde pudieran crecer los árboles -los famosos olivos del monte Ararat, que nacen y crecen en pocos días-. Supo entonces que el castigo del diluvio había terminado. Yo construyo un arca todos los diciembres y me encierro en ella a partir del día 22. Mientras de fondo se oye la salmodia blasfema de San Ildefonso, subimos al arca una pareja de capítulos de las mejores series del año y yo. Nos encerramos huyendo del diluvio de la Navidad. Semanas más tarde, perdida ya por completo la noción del tiempo de tanto “Breaking bad”, “Treme” y “Boss”, suelto una paloma para que se pasee por las ventanas del vecindario y eche un vistazo a sus televisores. Si vuelve con las patas llenas de restos de especiales navideños de “Pasapalabra”, resúmenes de Martes y Trece o anuncios de Fofito, sigo encerrado y reviso “Black mirror” por enésima vez. Cuando regresa limpia de publicidad de colonias entiendo que el peligro ha pasado. Abrimos la compuerta del arca. La luz de enero, hecha de lágrimas, arenita mojada y zumo de limón, nos ciega durante un instante. Empezamos a respirar aire fresco.

Woody Allen en “Annie Hall” divide la condición humana entre lo horrible y lo miserable. Lo horrible tiene que ver con espantosas enfermedades y deformidades, lo miserable es todo lo demás. Sostengo que la televisión también puede ajustarse a esa distinción. La televisión miserable es “Sálvame”, “El programa de Ana Rosa”, “Mujeres y hombres y viceversa”, “Cuarto milenio”. La televisión horrible es “Sálvame”, “El programa de Ana Rosa”, “Mujeres y hombres y viceversa” y “Cuarto milenio”, pero en Navidad. He soltado mi paloma y ha vuelto con una rama de olivo en el pico. Comienza un año que cambiará nuestras vidas para siempre. “Deberías sentirte afortunada por ser miserable”, le dice Alvy Singer a Annie Hall.

7/1/13

LA ENTREVISTA NUEVA DEL EMPERADOR


(Esta entrada ha sido escrita en colaboración con Hans Christian Andersen)

Hace mucho mucho tiempo, en un país muuuy lejano, un emperador estaba preocupado porque sus súbditos no apreciábanle ya como habían hecho a lo largo de su mandato. Ese año había habido ciertos entuertos con miembros de su familia y el emperador había sido sorprendido folgando en demasía en tiempos en los que el pueblo lo pasaba mal. Así que intentaba mejorar su imagen, mostrarse de una forma que le ganase de nuevo el cariño de sus súbditos. Presentóse entonces en palacio un periodista muy afamado, un viejo entrevistador excelentemente acreditado, y ofrecióle al monarca una entrevista excelsa, un retrato y una glosa dialogada de sus virtudes tal que todo aquél que la viere apoyaría sin fisuras la causa del emperador. Advirtióle, eso sí, que la entrevista sería mágica y tan prodigiosa que nadie que no fuera profundamente monárquico podría apreciarla. El emperador, escuchando a sus consejeros, aceptó la oferta del charlatán. Concertóse tal entrevista y emplazóse al pueblo en los jardines del palacio para escucharla.

El presentador parloteaba, parloteaba y parloteaba sin que el emperador se atreviera a interrumpirle. No viéndole ningún sentido a nada de lo que se decía allí, disimulaba su extrañeza por miedo a delatarse como un gobernante que sabe que la monarquía es un timo. Cuando llegaba su turno, igualmente el monarca parloteaba banalidades, titubeaba, encajaba necedades rimbombantes que le habían escrito sus asesores. Muchos de los periodistas que encontrábanse allí hacían sus crónicas alabando la entrevista y dando volumen en sus análisis a trivialidades irrelevantes para quedar a salvo de toda sospecha acerca de su comprensión de la charla.

Y entonces un niño, espontáneo y harto de la farsa, levantóse entre la multitud y gritó sonoramente: "¡Esto no es una entrevista! ¡Esto es una estafa y una tomadura de pelo!". El comentario se extendió entre los presentes, y el emperador y el entrevistador, ante el malestar y la agitación que empezaban a manifestarse en los jardines, corrieron a refugiarse en palacio.

6/1/13

EN RECUERDO A FRANCO, ¡VIVA EL REY!


Hay que levantarle el veto al rey en TVE. Y cuanto antes, que un día de estos el rey ficha por Telecinco y la armamos muy gorda. ¡Ay, entonces, como nos quedemos sin el más elocuente orador del reino! A la vista está que no le basta disponer solo de un mensaje navideño al año y un programa semanal como “Audiencia real” de apenas media hora para no hablar como solo él sabe no hablar de todos esos asuntos y asuntillos sobre los que calla con tanta elocuencia. Menos mal que hay súbditos que están al quite. Como Jesús Hermida, que, por su cuenta y riesgo, y sin que nadie le dijera ni le indicara ni le sugiriera nada, pero nada de nada, tomó la iniciativa espontánea y libre de entrevistar al rey sin tapujos, sin limitaciones ni autocensura sobre un montón de generalidades para que el soberano del pueblo soberano se despachara a gusto en su despacho.

Qué agradecido vimos el rey con el noble gesto de Hermida. Gracias a su buen hacer periodístico, el rey no tuvo que contestar a un montón de preguntas incómodas. En su lugar, vimos un hermoso baile sincronizado en el que uno preguntaba lo que debía y el otro contestaba lo que la daba la (real) gana. El rey se deshizo en elogios sobre lo bien que antes lo hizo su padre y lo bien que ahora lo hace su hijo, pero no sobre lo bien que primero su abuelo marchó al exilio, lo bien que después Franco lo nombró heredero (“Desde la emoción en el recuerdo a Franco: ¡Viva el rey!”) o lo bien que ahora calla su esposa. Los elogios sobre lo bien que lo hace él vinieron después en “El legado de la quinta del Rey”, cada cosa a su tiempo.

A Hermida debemos que el rey no marche a Telecinco para que Jorge Javier Vázquez haga de él el rey del pueblo igual que hizo de Belén Esteban la princesa del pueblo. Solo falta que esto se repita y que Julio Somoano, jefe de informativos de TVE, coja más confianza y salga detrás de ellos saludando sonriente a la cámara.

5/1/13

ANNE 'SINSUSTANCIA' IGARTIBURU


Solo TVE dispone de medios para permitirse emitir un episodio como el que ofreció el jueves por la noche dentro de la serie “Cuéntame cómo pasó”. No porque fuera un capítulo caro (todo lo contrario), sino porque solo TVE posee el archivo de imágenes y grabaciones originales que dio peso y contenido al episodio.

“La movida y mucho más” se presentó como el inicio de la decimocuarta temporada de “Cuéntame…”, pero tenía trampa. Lo que vimos no fue a los Alcántara viviendo los inicios de “La Movida” allá por 1981, sino un paseo por el archivo de TVE usando a los conocidos personajes del barrio de San Genaro como excusa. Carlitos y familia fueron solo los protagonistas de una trama escuálida puesta al servicio de un amplio surtido de imágenes de archivo impagables que son la envidia de una competencia que por entonces aún no había nacido.

Así que lo más novedoso del día fue que Carlitos tuvo que ir de campaña promocional a “+ gente”. Allí, primero tuvo que oír cómo Anne Igartiburu decía a Germán Coppini que era “muy coherente en su carrera” (en los vídeos de “Cuéntame…” era un punki que cantaba “Todos los ahorcados mueren empalmados”, en el plató de “+ gente” convirtió “No mires a los ojos de la gente” en canción melódica). Luego, cuando Paco Clavel dijo que su último proyecto se llama “JesusCrisis”, tuvo que ver cómo Igartiburu se ponía supernatural y sentenciaba: “No olvidemos que Jesús era hijo de una pareja que salía, que se exiliaba, y era una familia humilde”. Si le preguntaran sobre lo duras que son las campañas promocionales, seguro que diría lo mismo que dijo su padre Antonio Alcántara después de presentar las campanadas desde la Puerta del Sol también en compañía de Anne ‘Sinsustancia’ Igartiburu: “No repetiría la experiencia, a no ser que fuera absolutamente necesario”.

4/1/13

JURAMENTO DEL 4 DE ENERO



Erguido sobre la tierra de los hombres, resuelto en mis actos y dueño de mi destino, profiero a fecha de hoy un propósito que de solemne se vuelve juramento. Con el sol en el orto y blandiendo un puño congestionado por la ira y la vesania, proclamo que estoy hasta el mismísimo culo de los spots publicitarios de grandes empresas que recogen escenas tiernas y humanas, entrañables, de la gente común para vendernos chocolatinas, lavadoras o refrescos de cola. No lo soporto más. Hermann Vaske definió la publicidad como el arte de separar a la gente de su dinero, y que Nestlé lo haga con un anuncio en donde una auténtica empleada cuenta que lo mejor de 2012 fue que superó un cáncer de mama, mientras suena una cancioncina cursi sobre tipografía que imita la escritura a mano y filtros instagram, me parece un uso tan vil de la enfermedad de esa mujer que hará de mi abstinencia de Nestlé una de las mejores cosas de 2013.

Que inventen eslóganes ingeniosos, que saquen a gente en pelota o busquen buenos golpes de humor. Porque, joder, antes lavo a mano mi ropa que comprar una lavadora Balay después del último anuncio vérité en el que un jubilado vuelve a su antigua fábrica para que le abracen todos los empleados actuales y desplieguen una pancarta agradeciéndole los años de dedicación a la empresa -y, de nuevo, guitarrita boba, tipografía informal y manuscrita, filtros con colores pastel-. Créanme, creativos publicitarios, tomarme por imbécil no es una buena estrategia para venderme electrodomésticos. Enfadarme usando la pena y la ternura para conseguir mi dinero, tampoco.

Así que ya se pueden imaginar lo que opino del último -y de casi todos los anteriores- anuncio de Coca-Cola. “Lo que usted llama ‘amor’ lo inventamos hombres como yo para vender medias”, le dice el publicista Don Draper a Rachel Menken en el primer capítulo de “Mad Men”. Erguido sobre la tierra de los hombres, resuelto en mis actos y dueño de mi destino, juro que éste será un año más sin esa chispa de la vida que es el agua con polvitos y burbujas.

3/1/13

IMANOL ARIAS EN GOTHAM


Aparte de que el dinosaurio todavía estuviera ahí, cuando desperté la mañana del día 2 los recuerdos de las últimas horas sólo podían entreverse bajo una espesa capa de niebla y remordimientos. Remordimientos vaya usted a saber por qué y niebla por la improcedente cantidad de sueño, hidratos de carbono, alcohol y abrazos que se habían desordenado durante el último y el primer día del año. Confirmé que La 1 había liderado las audiencias de las campanadas de Nochevieja y de la noche de Año Nuevo gracias a la pareja Igartiburu-Arias y a la estupenda “El caballero oscuro”. Pero, extrañamente, lo que yo recordaba era al Joker parloteando como un teleñeco al lado de Anne desde la Puerta del Sol y a Imanol Arias escapando de Batman sacando la cabeza por la ventanilla de un coche. No era la primera vez que mezclaba contenidos televisivos como daño colateral por excesos festivonutricionales, -esta Nochebuena y Navidad, sin ir más lejos, hubiera jurado que fue Benedicto XVI el que dirigió el mensaje desde la Zarzuela y Juan Carlos I el que impartió la bendición urbi et orbi, también llamada “all around the world”-, pero sí era una novedad no estar seguro de si los estaba mezclando o no.

Tenía que haber algo más que explicara este intercambio, y la teobromina del colacao del desayuno me otorgó el lapso de lucidez que necesitaba. La retransmisión de las campanadas es un clásico festivo políticamente correcto, y pocas cosas son ya tan conservadoras, standards e integradas en el mainstream que la psicopatía cartoonesca del Joker de Heath Ledger. Por otro lado, “El caballero oscuro” es una película de miedo, y el Imanol Arias que iba debajo de su peinado ya ha ingresado en la imaginería del terror contemporáneo, al lado de la niña de “El exorcista” girando también urbi et orbi su cabeza o Esperanza Aguirre visitando a Carromero en la cárcel. No fui yo el único que cometió excesos en Nochevieja. Algo muy raro tuvo que tomar La 1 para retransmitir las campanadas de Fin de Año desde Gotham y emitir al día siguiente “El caballero peinado”.

2/1/13

FELIZ 2001


Imaginen a Superman dirigiendo un bingo o al arzobispo de Toledo simulando que monta un caballo mientras suena el “Gangnam Style” de Psy. Sería difícil reconocer al tipo del pijama azul o al tipo del camisón negro porque cuando un estímulo aparece en un contexto que no es habitual, el reconocimiento es más lento. Ahora imaginen a Juan Carlos Ortega presentando las campanadas de fin de año. Un superhéroe no pinta nada en un bingo, un superobispo no pinta nada bailando el “Gangnam Style” y parece que Juan Carlos Ortega no pinta nada presentando las campanadas de fin de año; pero la diferencia entre Superman, el arzobispo de Toledo y Juan Carlos Ortega es que el contexto de La 2 permite reconocer inmediatamente al amigo Ortega.

Así que Juan Carlos Ortega, el superman del humor minimalista y el arzobispo del realismo mágico televisivo, presentó las campanadas de fin de año en La 2 y nadie tuvo que frotarse los ojos para comprobar que no estaba ante una alucinación provocada por el cava. Media hora con Juan Carlos Ortega garantiza la sonrisa pura (Ortega llama por teléfono a su madre y ni siquiera ella estaba viendo el programa), la sonrisa cómplice (la conversación telefónica con el mes de marzo español del año 2013 y el mes de marzo alemán del año 2013) y la sonrisa filosófica (Ortega confunde la voz de “Saber y ganar” con Dios). Ortega no es Imanol Arias, ni Carlos Sobera, ni Alberto Chicote, así que en lugar de explicar las campanadas de fin de año como si los espectadores fuéramos unos tontainas incapaces de asociar una campanada con una uva, prefirió golpear doce bolas en las que había escrito palabras como “miedo”, “corrupción”, “hipocresía” o “crisis”. Ver a Ortega golpear esas bolas con un bate de béisbol recordaba la escena de “2001: una odisea del espacio” en la que un homínido que tiene en la mano un hueso alargado empieza a dejarlo caer sobre otros huesos, y descubre que ese hueso puede convertirse en un arma para la caza o para la guerra. Cuando el homínido, exultante, lanza el hueso hacia arriba, la cámara sigue su viaje y se convierte cuatro millones de años después en una nave espacial. Habrá que confiar en que una hermosa y potente elipsis nos lleve también de las bolas que Juan Carlos Ortega hizo añicos en La 2 a una nave terrestre pilotada por hombres intrépidos, y no por mercados asesinos. Pero que no sea dentro de cuatro millones de años. Feliz 2001.