No se pusieron de acuerdo. TCM
celebró el pasado lunes los setenta añitos de la inmortal película “Casablanca”
y Canal Historia emitió ese mismo lunes los primeros capítulos de la serie
documental “La humanidad”. No entiendo por qué TCM y Canal Historia no llegaron
a un acuerdo para evitar la coincidencia del homenaje a “Casablanca” y los
primeros capítulos de “La humanidad” porque, en verdad, “Casablanca” y “La
humanidad” hablan de lo mismo. Para entender “Casablanca”, es bueno ver “La
humanidad”. Y para seguir con provecho “La humanidad”, está bien haber visto
antes “Casablanca”. Pero TCM y Canal Historia no se pusieron de acuerdo, así
que el lunes tuvimos sobredosis de humanidad.
El
26 de noviembre de 1942 se estrenó en Nueva York la película “Casablanca”. Hace
cien mil años, unos pocos miles de cazadores recolectores luchaban por
sobrevivir en la sabana africana. Del amor de Rick e Ilsa en París, al adiós
para siempre en el aeropuerto de Casablanca y el comienzo de una hermosa
amistad entre Rick y el capitán Renault. Del descubrimiento del fuego y la
agricultura, las primeras ciudades y el invento del comercio, a siete mil
millones de seres humanos desplegados por el globo terráqueo. “Casablanca” y
“La humanidad”. En “Casablanca” está lo mejor y lo peor del ser humano: el
amor, el odio, la amistad, la guerra, el idealismo, la barbarie, la fidelidad,
la traición, la ternura, el desconsuelo, el deber, el egoísmo, la razón, la
sinrazón, la pasión, la indiferencia, pero todo ello sin las espectaculares
recreaciones de “La humanidad”. En “La humanidad” está lo mejor y lo peor del
ser humano pero sin el magnetismo de Humphrey Bogart, los ojos llenos de luz de
Ingrid Bergman y el elocuente bigotito de Claude Rains. Cuanto más conocemos a
Rick, más conocemos a la humanidad. Cuanto más conocemos a los cazadores
recolectores de la sabana africana, más conocemos a Rick.
El último capítulo de
“La humanidad” se titula “A dónde vamos”. Es exactamente la pregunta que surge
en los últimos segundos de “Casablanca”, cuando Rick y el capitán Renault se
pierden en la niebla para continuar su viaje. Nuestro viaje.
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