Manuel Díaz Benítez sí
que sabe. El torero. “El Cordobés”,
vamos. Como él tuvo que criarse con aquello que le pasó con su padre, que ni lo
reconocía, ni le quería, ni quería saber nada con él, pues sabe lo que es eso
de que vayan mal las cosas entre padres e hijos. Y sabe lo importante que es. Porque
lo vivió. Así que Cuatro no pudo hacer nada mejor que ponerle a presentar los
domingos por la noche “Padres lejanos”, un programa de esos en los que cogen a
unos cuantos chavales conflictivos y les hacen cosas especiales para ellos con psicólogos
buenos y asesores y todo eso y así los chavales van entrando en razón. Cuatro
acertó porque “Padres lejanos” se dedica a los chavales que tienen problemas
con sus padres y Manuel Díaz es el mejor para eso.
Las otras cosas que echaban en la tele a esa hora no estaban
hechas por gente con su preparación. Empezando por “El Follonero” ese de laSexta. Dedicó el programa a la burbuja
inmobiliaria y resulta que él ni fue constructor ni concejal de urbanismo ni especulador
del ladrillo. Así que seguro que el programa fue una birria porque él no lo
vivió. Igual que el “Documentos TV” de La 2. Había unos que querían ayudar a
los enfermos de alzheimer usando la música pero ellos no habían tenido nunca
esa enfermedad, así no darían pie con bola. Y en “Aída”, de Telecinco, el que
hace de Luisma nunca fue yonki ni el
que hace de Mauricio Colmenero fue facha. Y todo es así.
Hasta los presentadores de los telediarios no están preparados para presentar
telediarios porque no vivieron las noticias que dan. Pero el presentador de “Padres
lejanos” sí que tuvo a su padre lejano. Ya solo hace falta que, además,
confirmen que Manuel Díaz era hija para poder tratar con hijas, madre para
tratar con madres y espectador de programas como el suyo para ver si me animo a
ver en la tele un programa con un planteamiento tan bobalicón como el suyo.
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