11/8/12

VUELVE, DOCTOR MARTÍN

Una cosa es que nuestro valiente gobierno, siempre dispuesto a apretar las tuercas a los más débiles, haya decidido retirar la atención sanitaria a los inmigrantes sin papeles (salvo que suscriban esa humillante póliza con la sanidad pública), y otra cosa ver al “ilegal” Javier Choni en “Al rojo vivo” (laSexta) exponer su situación con la claridad y elegancia que suelen ser patrimonio de los parias de la tierra. Después de ver a Javier, después de saber por su boca hasta qué punto esta despreciable medida de nuestro gobierno llevará a la desesperación a tantos ciudadanos como él, después de digerir este nuevo paso hacia el abismo, sólo queda una salida: la ficción televisiva.

A continuación de la intervención de Javier Choni, el tertuliano Alfonso Rojo habló un rato sin decir nada y, a la vez, insultó a los miles de personas que acuden todos los días a comer a Cáritas diciendo que comen “la sopa boba”, aunque luego rectificó y dijo que era la “sopa gratis”. Alfonso Rojo es otro valiente. Pero más allá de la protesta digna de Javier y de los insultos de Alfonso, hay que hacer algo. Propongo que series como “Hospital central” se ocupen de este asunto inmediatamente. Propongo resucitar “Médico de familia” y que Emilio Aragón disfrazado del doctor Nacho Martín diga cuatro verdades. Propongo que los residentes y adjuntos de “MIR” nos expliquen las consecuencias que tendrá la exclusión de los inmigrantes sin putos papeles del sistema público sanitario. ¿A qué esperáis, trabajadores del Hospital Central de Madrid de “Hospital central”? ¿A qué espera el centro de salud en el que trabaja el doctor Martín para hablar alto y claro? ¿Por qué los responsables del hospital universitario de “MIR” permanecen callados ante esta injusticia? Sólo la ficción televisiva puede hacer entender a nuestros políticos, que están poseídos por los mercados como la niña de “El exorcista” estaba poseída por el Diablo, que hay límites que no se pueden traspasar. Aunque esos límites no tengan papeles.

Vuelve, doctor Nacho Martín, y haz que ganen los buenos.

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