Supongo que los que nos gustaría vivir en una piña debajo del mar, como Bob Esponja, o incluso los que somos capaces de disfrutar con los viejos capítulos de “MacGyver” (Nitro) en una mañana soleada de agosto, no estamos preparados para la vida moderna. A lo mejor es por eso, porque nos gustan las piñas debajo del mar y los trucos imposibles de MacGyver, por lo que algunos no soportamos esos canales de economía y finanzas como CNBC o Bloomberg que nos torturan 24 horas al día con esa metafísica económica disfrazada de física. En CNBC y Bloomberg salen señores y señoras muy bien vestidos que hablan como si estuvieran en el balcón de la basílica de San Pedro en el Vaticano, mientras por la parte inferior de la pantalla pasan muy rápido datos y datos rarísimos que sólo entienden quienes no conciben la vida en una piña debajo del mar. Si hay que elegir entre Bob Esponja y CNBC o entre MacGyver y Bloomberg, yo me quedo con la piña y el mechero. Soy un perdedor.
Si José Manuel Gordillo, el alcalde de Marinaleda, quiere de verdad hacer algo útil, debería dejar de participar en saqueos a supermercados (que en el fondo no dejan de ser simbólicos) y concentrarse en atacar CNBC y Bloomberg en plan “V de Vendetta”. No hace falta poner bombas, ni arrojar un pastel a la cara de un señor bien vestido que dice cosas que desconcertarían a Hegel, ni pintar de rojo el plató, ni borrar con aerosol esos absurdos gráficos de colores. Qué va. Nuestro “V de Vendetta” oculto tras una máscara de José Manuel Gordillo podría hacer que CNBC y Bloomberg emitieran el fragmento de la película de Charles Chaplin “El gran dictador” en el que Astolfo Hynkel se entera de que los obreros de una fábrica quieren ponerse en huelga y decide que los fusilen a todos y que, a la vez, no se pare la producción. ¿No es esto lo que está pasando, amigos de CNBC y Bloomberg? ¿No quieren recortar, fusilar los derechos de los trabajadores del mundo y, a la vez, que no se pare la producción? ¿No son los mercados tan obtusos como Astolfo Hynkel?
Dicho esto, vuelvo a mi piña debajo del mar a ver un capítulo de MacGyver.
Son los gobernantes los que deberían temer al pueblo...incluso Hynkel lo sabía
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