Hasta hace poco, creía que lo peor de la estupenda película “Gladiator” no es que cometa errores históricos del tamaño de Hispania, sino el título. Una película no es un documental, así que si al guionista de “Gladiator” le apetece que Cómodo asesine a Marco Aurelio, pues vale. La historia, a diferencia de las leyes de la termodinámica, es muy cinematográfica. Otra cosa, me parecía, es el título. ¿Por qué “Gladiator”, y no “La venganza del gladiador” o “Un gladiador contra Roma”? Las viejas películas “de romanos” tenían títulos tan entrañables como “La venganza de Hércules” o “Hércules contra el tirano de Babilonia”. ¿Por qué el título de “Gladiator” es tan soso?
Hasta hace poco, creía que lo peor de la estupenda serie “Mad men” no es que gire alrededor del competitivo y marciano mundo de la publicidad de los años 60 del pasado siglo, sino el título. Es cierto que muchos de los hombres y mujeres que trabajan en la agencia Sterling Cooper, Draper & Price no son precisamente santos, y que Don Draper, por muy encantador que nos parezca, está tan lejos de san Francisco de Asís como Manolo Escobar lo está de los “Sex Pistols”. Pero, ¿por qué “Mad Men” y no un título más barroco, más del estilo “Mujeres desesperadas” o “Cómo conocí a vuestra madre”? Por la misma razón por la que James Bond se llama James y se apellida Bond. Cuando Ian Fleming, el creador del agente 007 con licencia para matar, buscaba un nombre para su héroe, sabía que debía ser breve, carente de romanticismo, anglosajón y muy masculino. El nombre elegido fue Bond, James Bond. Acierto total “Gladiator” y “Mad men” son títulos que habrían gustado a Ian Fleming porque son breves, carentes de romanticismo, anglosajones y muy masculinos, como James Bond. Ahora entiendo que Máximo, ese agente secreto incrustado en el corazón de Roma, protagonice “Gladiator”. Ahora entiendo que Don Draper, ese agente público incrustado en el corazón del capitalismo, protagonice “Mad men”. Pero que conste que echo de menos títulos como “El gladiador invencible contra el director creativo de Sterling, Cooper, Draper & Price”.
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