La anagnórisis es un recurso narrativo, muy utilizado en la tragedia griega, que consiste en que uno de los personajes se entera de pronto de datos importantes de su identidad o de la identidad de sus seres queridos que hasta el momento le eran desconocidos. Ese descubrimiento supone un giro en su conducta y en la trama en general como podemos ver, por ejemplo, en el caso del Edipo de Sófocles cuando descubre que es el asesino de su padre y el esposo de su madre. También es posible la anagnórisis en la comedia y, atención, en Lloret de Mar.
Una cadena televisión alemana (privada, por supuesto) emite un reality show llamado “We love Lloret” que consiste en llevar a ocho jovenzuelos a un chalet en Lloret de Mar, en la Costa Brava , y permitirles pasar allí varias semanas con estas sencillas instrucciones: pasar el verano de fiesta de sus vidas. Las obligaciones de estos jóvenes héroes de nuestro tiempo son salir de fiesta, bailar, ligar, emborracharse y dormir la mona. “We love Lloret”, según dicen, presenta a la localidad gerundense como un paraíso del sexo, el alcohol y la fiesta. Y ahora viene la anagnórisis. El alcalde de Lloret de Mar, que se entera de repente de que los turistas alemanes van a su pueblo en busca de sexo, alcohol y fiesta, se enfada y amenaza con emprender medidas legales contra los responsables de “We Love Lloret” por la mala imagen que el programa ofrece de Lloret de Mar. Edipo se arrancó los ojos después de su anagnórisis, y el alcalde de Lloret de Mar quiere arrancar simbólicamente los ojos a “We love Lloret”. Qué tragedia.
O no. Porque la anagnórisis del alcalde de Lloret de Mar no es parte del argumento de una tragedia, sino de una comedia. ¿De verdad era necesario que una televisión privada alemana eligiera a Lloret de Mar como decorado de un reality show para que su alcalde se enterara de lo que pasa en Lloret de Mar? ¿No sabía el alcalde de Lloret de Mar a qué van los jóvenes alemanes a Lloret de Mar? ¿A ver museos? ¿A aprender catalán? ¿O a comprar lo que se les ofreció, es decir, sexo, alcohol y fiesta? Qué comedia más mala.
1 comentario:
Parece que los políticos cada vez saben menos... Algún día abrirán los ojos. O eso espero.
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