Ángel Rivera y Jacob Petrus son meteorólogos,
científicos y divulgadores serios que han ido como invitados al “Cuarto
milenio” de Íker Jiménez. También han
ido Antonio Rosas, paleobiólogo del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, los físicos Miguel Bibiloni y Juan Ignacio Cirac, los psicólogos Antonio Álvarez y Manuel Martín Loeches, y un montón de médicos, historiadores,
antropólogos y profesores de diferentes universidades españolas. ¿Hace esto que
“Cuarto milenio” sea un buen programa de televisión? No. El hecho de que fuera
de primera calidad el vino de bayas que usaban las tías Brewster en “Arsénico por compasión” para mezclarlo con arsénico,
estricnina y cianuro, no hace mejor sino más peligroso y peor el brebaje que
preparaban las dulces ancianitas.
Volvemos sobre “Cuarto milenio” porque un lector nos
facilita una enorme lista de investigadores solventes que han visitado “Cuarto
milenio” para demostrar que se trata de un programa serio y respetable. No es
eso. La presencia de estas personas en un revoltijo junto a visionarios y
conspiranoicos sirve a Íker para confundir al espectador, para igualar las
aportaciones de quienes usan el método científico como herramienta de trabajo a
las de quienes recurren a supersticiones y ocurrencias gratuitas para vivir del
cuento. No se trata de una mezcla inocente, sino de una coartada para colar la
falsa moneda entre la legal de modo que se facilite la estafa y se disponga de
una coartada ante las denuncias de fraude. No es una lista de “científicos por
compasión”, sino de “científicos por confusión”. La pseudociencia quiere justo
eso: disfrazarse y parecer ciencia sin serlo.
¿Hace bien quien acepta la invitación envenenada de “Cuarto
milenio”? Al menos acierta en algo: denuncia la escandalosa falta de programas
de divulgación científica en televisión, que lleva a quienes quieren exponer sus
investigaciones y descubrimientos a programas tan tramposos como “Cuarto
milenio”. Ay, mejor nos iría si la tele pública dejara un huequecito a Esteban Sánchez Ocaña.
Totalmente de acuerdo, es penoso! Como lo de Espacio en Blanco de Radio Nacional. Si a la gente le gusta el misterio y lo sobrenatural, que pongan un espacio de TEATRO radiofónico bien hecho y ya está. A uno se le ponen los pelos de punta con las historias de Poe, Lovecraft y compañía, pero al menos está claro que es pura ficción!!
ResponderEliminarBravo, bravo, bravo
ResponderEliminarY más bravos!
ResponderEliminarAbsolutamente cierto.
ResponderEliminarMiguel Angel Sabadell