No quiero ni sorteos ni concursos de participación ciudadana
en TVE. No quiero mandar mensajes SMS ni llamar a un número de teléfono que
aparece sobreimpresionado en pantalla para ganar un premio espectavilloso y maracular.
No quiero ver el coste de los mensajes y las llamadas desfilando ante mis
narices como letra que lleva el diablo mientras un presentador jovial o una
presentadora sonriente o una parejita encantadora me miran a los ojos con cara
de ser mis mejores amigos.
No es fácil aumentar los ingresos en tiempos revueltos. TVE
no puede volver a los anuncios ahora que nos hemos acostumbrado a lo bueno,
pero salta a la vista que le está dando vueltas al asunto y puede pasar
cualquier cosa. Y si la programación entera tiene que estar patrocinada por Movifrío y Campostar, pues que lo esté. Y si para aumentar la venta de merchandising “Jara y sedal” tiene que
poner a la venta libros de recetas y “Cuéntame cómo pasó” tiene que publicar
una revista semanal de punto de cruz, pues que lo hagan. Y si para darnos las
isobaras los del tiempo tienen que recordarnos qué empresa petrolera es la
propietaria de las siete notas que inocentemente continúan usando como sintonía, pues que lo recuerden. Pero que no se líen a
organizar concursos tontos con preguntas chorras para recaudar dinero. Fue
triste cuando lo hacía “Noche de fiesta” con los modelos en ropa interior, fue
triste cuando lo hacía “Saber y ganar” preguntando idioteces y volvió a ser
triste estos días atrás cuando volvieron a hacerlo utilizando como pretexto el
75 aniversario de RNE.
No presté ninguna atención a cuáles eran los 30 sonidos
preseleccionados para resumir estos 75 años de historia. No sé cuántos llamaron
y mandaron mensajes, ni quién ganó los premios, ni cuál resultó ser el sonido
ganador. Solo quiero saber que TVE ha decidido no volver a traicionar sus
principios de servicio público y no recurrirá más a sorteos ni concursos de
participación ciudadana para hacer caja.
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