Con lo mal que están las cosas y La 1 osa estrenar un nuevo programa de cocina. Se llama “Cocina con Sergio”, se emite los fines de semana a las dos de la tarde y, estando la peña como está -a la que salta-, comete la imprudencia de poner a Sergio Fernández a jugar con fuego. Y no se trata de un juego de palabras. El pizpireto cocinillas de “
¿Está Sergio seguro de que no hay ningún pueblo en la Tierra para el que el langostino no es un dios? ¿Se aseguró de que no hay ningún tótem entre los algonquinos, aleutianos o kwakiutl (que menudo genio gastan) en el que tallan la cabeza de un bacalao sagrado? ¿Sabe si quedan mesoamericanos recalcitrantes para los que el tomate y el pimiento deben ser tomados exclusivamente como parte de un rito iniciático tras una purificación que incluye ungirse con sangre humana? ¿Cocinó la nata en un recipiente en el que nunca se cocinó carne del animal del que procede la leche para no ofender las estrictas normas de algún judío ultraortodoxo? ¿Queda algún inca adorando la patata? ¿Y el cordero? ¿Era suficientemente halal y kosher a la vez?
Lo sabremos cuando el canal internacional de TVE emita el programa, igual que nos enteramos de lo mal que le pareció al Centro de Estudios Jurídicos Tomás Moro el vídeo “Cristofagia” que hizo Javier Krahe… cuando lo emitió Canal+ 25 años después. TVE debería facilitar a Sergio un listado exhaustivo de los sentimientos religiosos que hay en el mundo para respetarlos todos como se merecen, otro de los centros de estudios jurídicos ociosos que pululan por ahí para saber a qué atenerse y asistencia jurídica por si las cosas se ponen feas. Precaución, amigo restaurador, la receta es peligrosa.
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