Seguro que para Sheldon Cooper, el físico teórico que mueve la serie “Big Bang” como Xavi mueve al Barça, todos los seres humanos tenemos la sensatez que le dio Dios a un saco de alubias (esta frase no es de la madre de Sheldon, sino de la película “El jinete pálido”). Con una excepción: Stephen Hawking. Por eso el capítulo de la quinta temporada de “Big Bang” (TNT) en el que aparece el gran físico británico en carne, hueso y silla de ruedas fue un divertidísimo homenaje a la física, a Hércules y a los sacos de alubias que admiramos a Hawking sin entender todo lo que dice.
Hércules se casó con Megara, hija de Creonte, el rey de Tebas, y de su unión nacieron tres hijos, que Hércules mató con sus propias manos en un momento de locura propiciado por Hera. Para expiar su terrible culpa, y por mandato del oráculo de Delfos, el héroe se puso al servicio de Euristeo, y tuvo que cumplir doce trabajos. Como Hércules, y en homenaje al héroe griego, Sheldon tuvo que ponerse al servicio de Howard Wolowitz y llevar a cabo una serie de penosos trabajos (limpiar la colección de hebillas salpicadas de orín de Howard, lavar sus calzoncillos, acompañar a su gritona madre a comprar un vestido) para expiar el pecado de colocar a la ingeniería sólo un peldaño por encima de las ciencias sociales y conseguir así que Howard entregara a Hawking uno de los estudios con los que Sheldon aspira a ganar el Premio Nobel. Que un físico sea la estrella invitada de una comedia seguida por miles de personas que conocen mejor los cómics de Spiderman o la física de “Star Trek” que “El gran diseño”, el ensayo en el que Hawking defiende que la filosofía ha muerto porque no se ha mantenido al corriente de los desarrollos modernos de la ciencia, es un hermoso homenaje a la física. Y que Penny sepa quién es Hawking y lo defina como “el inventor del tiempo” es un homenaje a todos los sacos de alubias que nos reímos con “Big Bang” sin entender las fórmulas que aparecen en las pizarras de Sheldon.
Stephen Hawking no es el inventor del tiempo, sino el autor de “Historia del tiempo”. La filosofía no ha muerto, como demuestran todos los intentos de enterrarla. La física mola, pero los cacharros de Howard también. Los trabajos de Sheldon hacen sonreír a Hércules. Y los sacos de alubias se lo perdonamos todo a Sheldon porque, en fin, no todos podemos ser Xavi.
1 comentario:
Creo que no se valora lo suficiente esta magnífica serie.
Bueno, le pasa también a Entourage, a The Office, puede que a Modern Family.
Nos gustan tanto los dramas que tendemos a frivolizar las comedias, y esta no se lo merece.
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