Resulta tranquilizador refugiarse en la normalidad y la
rutina en estos tiempos de mudanza agitados por el confuso y enmarañado devenir
del tráfago diario. Eh…, signifique eso lo que signifique, vamos a lo que vamos.
Ya pasó la semana peligrosa en que se cumplía el aniversario del 15-M y parece
que en Madrid ha sido conjurado el peligro de la ocupación de la plaza de Sol.
Con lo mal que lo pasamos el año pasado viendo a todas horas por la tele que la
ocupación duraba un día y otro y otro y otro y parecía que aquello no se iba a
acabar nunca.
Al final, la
Puerta del Sol se desalojó a tiempo, pero corríamos el
peligro de que este año los indignados se empecinaran más aún y se quedaran
allí meses. ¡Meses! Y qué nervios, entonces. Cuando se fuera acercando el 31 de
diciembre, todas las cadenas empezarían a emitir los tradicionales reportajes
sobre los tradicionales preparativos de la tradicional celebración de las
tradicionales 12 campanadas con las que tomar las tradicionales 12 uvas con la
que se inicia el tradicional festejo de la tradicional Nochevieja que la
tradición nos manda. Y qué nervios entonces. ¿Accederían los indignados a
desalojar la Puerta
del Sol a tiempo para no deslucir la retransmisión en directo de las campanadas
o forzarían a las fuerzas del orden a utilizar todas sus fuerzas para
restablecer el orden?
Tenemos derecho a la normalidad. Sol no es de los miles de
ciudadanos que libremente ocupan los lugares públicos para ejercer la libertad
de expresión, ¿qué se habrán creído? Los españoles tenemos derecho a ver por la
tele que en la Puerta
del Sol, como el año que fue, otra vez el champagne y las uvas y el
alquitrán, de alfombra están. Y en el reloj de antaño, como de año en año,
cinco minutos ya para la cuenta atrás. Marineros, soldados, solteros, casados,
amantes, andantes, enormes, bajitos, entre gritos y pitos, los
españolitos por una vez hacemos botellón en la calle todos a la vez.
Antonio que grande eres. Defiendes la represion del estado con el pretexto de querer ver gente borracha en sol. Mira jefe, las uvas son en diciembre, y sol se nos arrebató a los madrileños en julio para que viniera su Queridisima Santidad y curraran a hostias a los que no somos del Opus. Buenas tardes
ResponderEliminarMadre mía, hay gente que no entiende lo que es la ironía... O_O
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