17/4/12

TERREMOTO BUENAFUENTE


El director de cine Cecil B. DeMille sabía mantener a los espectadores clavados a sus butacas: “Las películas deben comenzar con un terremoto e ir creciendo en acción”. Buenafuente empieza sus programas con un monólogo que apunta a la cabeza y golpea en el estómago con una magnitud 8 en la escala de Richter. Para ir “creciendo en acción” están los secundarios, sobre todo Berto Romero.

Pero el domingo fue especial. Andreu quería convencernos de que podía volver a la tele cuando quisiera, que no estaba quemado ni él ni su fórmula, que podía ocupar con autoridad el horario de máxima audiencia y que podía hacerlo en una cadena mayoritaria. Y como afirmaciones extraordinarias exigen pruebas extraordinarias, preparó un terremoto dentro de un terremoto. El inicio de “Buenas noches y Buenafuente” fue cojonudo. El desembarco del equipo en las playas del prime time de Antena 3 a lo “Salvar al soldado Ryan” fue deslumbrante. El contrapunto de David Meca en la orilla y Georgie Dann en la playa fue demoledor. El sueño dentro de un sueño dentro de otro sueño mandó a freír churros el final de “Los Serrano”. La manera de llevarnos al plató en calzoncillos nos pilló a todos en calzoncillos y nos dejó boquiabiertos. El monólogo fue insuperable y estuvo más sembrado que la hipótesis de la panspermia, que solo resulta graciosa cuando cae en manos de Íker Jiménez.

El desembarco había triunfado en 10 minutos. Pero luego venía más de una hora de programa que debía ir “creciendo en acción” y eso no es fácil. Una cosa es tomar la cabeza de playa y otra llegar a Berlín, que está muy lejos. Normal que hubiera momentos de avance y repliegue, pero mete miedo que los ratos flojos lo fueran porque parecían sacados de “El hormiguero”. Faltaba la sombra del Hombre de Negro cuando los cocineros probaban platos con los ojos vendados. Faltaba el fantasma de Jandro cuando el hijo del pulpo Paul pataleaba en el agua. Buenafuente transformado en Pablo Motos. Es lo que nos faltaba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que razón tienes
y qué dificil debe ser la noche de los domingos
me gusta tu blog
un beso
m