“Creo porque es absurdo”, dijo Tertuliano en alusión a su fe cristiana. Y a mí me ha dejado completamente fascinado el primer capítulo de “Touch”, -que FOX estrena hoy por la noche-, por el mismo motivo por el que a Tertuliano le convencía la historia de la muerte y resurrección de Jesucristo. “Touch” te deja clavado en el sofá, con una extraña sensación de plenitud y de alegría, completamente interesado por una historia cuyo atractivo no se ve afectado por el trivial hecho de que sea imposible entender nada de lo que está ocurriendo en la pantalla. Boletos de lotería y el número 318. Un horno de una panadería de Oriente Medio y el número 318. Una colegiala prostituta de Japón y el número 318. Un mensaje en un contestador y el número 318. El 11-S, un autobús escolar, una cantante irlandesa y el número 318. Y esta historia sobre el cúmulo de conexiones numéricas entre todos y cada uno de los sucesos del planeta sólo exige un detalle a cambio: que firmes al comienzo del capítulo un consentimiento informado por el que renuncias durante 45 minutos a ejercer la lógica que usamos en nuestra vida cotidiana. Merece la pena: el primer episodio funciona tan bien que se hace muy difícil no compartir la fe de Tertuliano
“Touch” debe seguir en esta línea. Su único riesgo grave es pretende dejar de ser absurda y buscar una explicación racional al cuento de hadas que nos ofrece. Se echará a perder si pretende ser “Perdidos”. Se estropeará por completo si se le sube el éxito a la cabeza, se viene arriba en su ambición narrativa y tira por el equivocadísimo camino por el que se malogró “FlashForward”. Contra las posturas que defienden la compatibilidad entre la razón y la fe, reivindico la postura del presbítero cartaginense y la radical independencia que cabe defender entre algunas series de ficción y la realidad. Por cierto, la edición de la Editorial Gredos del “A los gentiles” de Tertuliano tiene 318 páginas. Compruébenlo. Seguro que Jake Bohm, con sólo 11 años, ya lo sabe y lo ha incluido en sus cálculos.
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