Todo el apoyo para Iñaki Urdangarín. Lleva meses soportando una insoportable presión impresionante. Algo a lo que no debería estar sometido ningún ser humano. Tampoco él, ¿o acaso no somos todos iguales? En una de las muchas declaraciones que hizo su abogado estas últimas semanas en las que no soltaba prenda pero mantenía entretenidos a los periodistas templando gaitas, dio en la diana:el señor Urdangarín está sufriendo un acoso y juicio mediáticos abusivos. Remató la defensa del duque de Palma la duquesa de Badajoz, Pilar de Borbón, que en defensa de la libertad de expresión, la Constitución y el poder judicial lanzó un “¡A callar!” tan oportuno y rotundo como el campechano “¡Por qué no te callas!” real.
Pues a callar. Dejemos en paz a Urdangarín. Dejemos en paz a Cristina. Y a sus hijos. Y a su familia toda. Pero, vaya lo uno por lo otro, que nos dejen en paz también ellos a nosotros. Que las cadenas de televisión cesen el acoso mediático sobre ellos, pero también sobre nosotros. Que dejen de perseguirlos por todas partes, pero que no nos persigan a nosotros. Que ellos puedan salir a la calle sin tener que salir corriendo porque hay un juicio en marcha. Que nosotros podamos encender la tele y no tengamos que salir corriendo porque hay una boda en marcha, o unas vacaciones, o un noviazgo, o unas vacaciones, o un bautizo, o unas vacaciones, o una primera comunión, o unas vacaciones, o un funeral, Dios no lo quiera. Que la tele deje de ocuparse días y días en sembrar sombras de duda sobre sus personas, pero que tampoco dediquen años y años a sembrar luces de certeza sobre lo maravillosos que son.
El concuñado de la princesa está triste. Merece nuestro apoyo. Por eso pedimos el fin del acoso sobre él y sobre nosotros. El fin del juicio mediático que lo degrada o lo encumbra. El fin de la preeminencia de su eminencia.
1 comentario:
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