Veo, veo un problema gordo. Veo, veo que todos los años escribo un artículo titulado “Veo, veo” y nunca me había pasado esto. Es que una cosa es hacerse pasar por un timador adivino (o sea, por un adivino) como hago una vez al año, y otra cosa es hacerse pasar por un timador médium (o sea, por un médium) como quiero hacer hoy.
Para hacerse pasar por un adivino basta con empezar las frases diciendo “Veo, veo” y luego asegurar que va a pasar lo que te salga de las narices. Puedes decir que lo lees en las estrellas, las cartas, una bola de cristal o los posos del café. Qué más da. Lo importante es decir que ves que va a pasar y punto. El resto del trabajo lo hacen los incautos que oyen la estupidez y se la creen. En la tele, esos infelices pagan por creérselo en directo y ahí está el negocio.
Lo que pasa en que, viendo lo bien que le van las cosas a la timadora médium Anne Germain en “Más allá de la vida”, hoy no quiero adivinar el futuro de la tele para 2012, sino contactar con el espíritu de los programas que murieron el año anterior. Así que el artículo que cada mes de enero titulo “Veo, veo”, este año debe ampliarse a “Oigo, oigo”.
Pues venga. Veo, veo que oigo, oigo que desde el más allá, mucho más allá del fondo a la derecha, los programas muertos me envían sus mensajes. Están tristes y cabizbajos (bueno, lo cabizbajos que pueden estar unos no-seres sin cabeza que, por tanto, no la pueden tener baja). Para poder descansar eternamente en paz me lanzan este mensaje: los habitantes del más acá debemos resucitar la horrible adaptación de “Cheers” que hizo Telecinco porque el espíritu de Antonio Resines está pesadísimo criticando a los que le criticaron y diciendo que la serie era buenísima. Ahora hagan lo que quieran. Yo solo digo lo que veo, veo que oigo, oigo.
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