Internet es como Liberace: te ofrece la realidad pero quitándole las partes aburridas. La posteridad ha sido cruel con Wladziu Valentino Liberace, el más excelente pianista con el peor gusto de la historia, al cual ya nadie recuerda a pesar de que durante los años 60 y 70 fue el showman mejor pagado del planeta. Liberace tenía una formación musical clásica, pero su éxito le sobrevino cuando sacó del armario al hortera sin límites y con lentejuelas que llevaba dentro, y empezó a interpretar música clásica “quitándole las partes aburridas” en Las Vegas. Algunas sonatas de Chopin mezclaban entre sí sus líneas más conocidas. Hacía arreglos de Tchaikovsky que hubieran avergonzado a Luis Cobos, en medio de envolturas orquestales hiperglucémicas, tocando, -con una media de tres coma seis anillos por dedo-, pianos excesivos para el mismísimo Elton John. Habría convertido el Requiem de Mozart en una pieza pop de 3:30 minutos.
Liberace quitaba las partes aburridas a la música clásica; Internet se las quita a la televisión. Puedes cenarte la hora entera que dura “El intermedio” o dedicar diez minutos al día siguiente a ver en su página web los momentos que tuvieron interés en el programa. Puedes terminar la semana con dos horas y media de “Pekín Express” o comenzarla con un resumen de veinte minutos en la pantalla del ordenador. ¿Alguien me puede explicar qué sentido tiene aplastarse en el sofá con las ocho mil horas de cada “Tu cara me suena”, -juro que el tema de la columna de hoy era “Tu cara me suena” aunque haya que haber esperado un poquito para llegar a él-, cuando la misma Antena 3 ofrece en la red las actuaciones aisladas de cada concursante, que es al fin y al cabo a lo que queda reducido “Tu cara me suena” cuando le quitas las partes aburridas?
Nos vamos acercando a la final de un concurso que sería divertido si durase media hora. ¿Por qué no le cardan el pelo a Santiago Segura y le ponen a interpretar a Liberace? Es cierto que el difunto pianista no cantaba, pero, bueno, Torrente tampoco, ¿no?.
El candelabro con bombillas es digno atrezzo de este personaje que no conocía y de casi toda la tele que se hace en esta camisa blanca.
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