Sostengo con convicción la teoría de que los audímetros miden por la noche cuáles son los programas que la gente tiene sintonizados mientras hace el amor, miden por la mañana cuáles son los programas que suenan de fondo mientras la gente anda dando vueltas por casa, y miden en la sobremesa cuáles son los programas con los que la gente duerme la siesta. Esta teoría flojea un poco en sus dos primeros supuestos, pero se muestra potente en el tercero. De ser así, -que lo es-, podemos señalar que un 4,2% de las personas que estaban delante del televisor el pasado lunes después de comer se quedaron dormidos viendo “Mucho que perder”, el nuevo concursochorradefamosillos con el que LaSexta intenta recuperar la gloria perdida de SLQH.
En el fondo, mi teoría se basa en un supuesto de identidad dialéctica, de armonía preestablecida, entre los creadores de los programas de televisión y sus espectadores. Sostengo con convicción la teoría de que los creadores de espacios televisivos nocturnos los inventan mientras hacen el amor, los creadores de espacios televisivos matutinos llegan a sus mejores ideas mientras dan vueltas por casa, y los creadores de espacios televisivos de sobremesa dan con sus formatos más valorados mientras se quedan dormidos después de comer. Esta teoría es un verdadero delirio en sus dos primeros supuestos, y también lo parecía en el tercero hasta la llegada de “Mucho que perder”. “Un juego en el que famosetes resuelven pruebas y preguntas de gymkana de instituto, cuyo único interés se centra en que los famosetes jugarán con mucha simpatía, y cuya principal novedad es que al final gana el que más haya perdido” suena a tupida nube mental sobrevenida en un sofá tras una densa comida en ese preciso momento en el que se tiene la convicción de que se puede seguir despierto a pesar de que se cierren momentáneamente los ojos. Hace tiempo que la televisión y su público son indistinguibles. Si los espectadores podemos echar una cabezadita después de comer, ¿por qué los programas no pueden también dormir un poco la siesta?
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