Qué bien termina el día en que uno se va a la cama sabiendo que esa jornada ha hecho una buena acción. Y qué bien termina el día en que uno se va a la cama sabiendo que la buena acción de esa jornada ha sido precisamente irse a la cama… y no quedarse viendo la entrevista a María Patiño en “La noria” en Telecinco. Además, lo que habitualmente es la buena acción de cada sábado este sábado lo fue doble: primero, por no colaborar con el eje del mal televisivo; y, segundo, por evitar que la Patiño acabe llorando a moco tendido cuando la echen de Telecinco.
La Patiño se despidió hace unas semanas de “DEC”, en Antena 3, diciendo entre sollozos: “Quiero agradecer el haberme dado la oportunidad de haber entrado en casa vuestra sin llamar a la puerta”. Ostras, ¿en casa mía? No sé, sería en un despiste que no recuerdo, pero no se hable más: en mi casa esa señora no entra más, así que la próxima vez que llore por quedarse en paro no será por mi culpa, que yo nunca demandé sus servicios, que si por mi fuera nunca la habrían contratado en ningún sitio.
Es Telecinco quien la quiere a su servicio y por eso la sentó anteayer a dar vueltas en “La noria”. Igual que antes quiso a su antigua compañera Chelo García, la compró, la pasó por “La noria” para un primer exprimido y luego la colocó en “Sálvame”. Igual que después querrá al resto de sus compañeros del rebaño de “DEC” para seguir alimentando primero “La noria” y después “Sálvame” o “Enemigos íntimos” o “Vuélveme loca” o “Supervivientes” o lo que haga falta.
Angy Fernández (“Factor X”, luego “Física y química”, ahora “Tu cara me suena”) defendía el otro día en Twitter su cadena (Antena 3) atacando a Telecinco sin miramientos: “Telecirco. Y pensar que antes me entretenía con tal mierda”. Es eso, Angy, precisamente se trata de eso, de hacer la buena acción del día no entreteniéndose nunca con semejante mierda.
Plotino en el siglo III se preguntaba por qué la magnitud aparente es menor que la magnitud real.
ResponderEliminarHay gente que ante una cosa con forma de mierda, textura de mierda y olor a mierda se atreve a probarla para poder juzgar.
No es cuestión de madurez o de experiencia, Angy, guapa. Se trata de perspectiva.