La conocida timadora Anne Germain se ha vuelto honrada. En efecto, la famosa embaucadora que afirma poseer un don que los demás no tenemos (algo que, no hay escapatoria, nos hace inferiores a ella y a ella superior a nosotros), cobra una pasta por ‘contactar con los muertos’ en el programa de Telecinco “Más allá de la vida”, así como en programas similares que se emiten en Brasil y Portugal, y también en su consulta privada de Londres; pero ahora se pasa al teatro. Y está bien que quien quiera hacer teatro se deje de monsergas y vaya al teatro.
En un momento del diálogo platónico “Protágoras” en el que Sócrates discute sobre qué es el bien y qué es lo bueno con Protágoras, Platón hace decir a este último que hay cosas que son buenas para los caballos, pero no para los hombres; o son buenas para los árboles, pero no para los bueyes o los perros. Incluso, tratándose de árboles, hay cosas “buenas para las raíces, pero dañinas para los brotes; por ejemplo, el estiércol: es bueno echarlo a las raíces de todas las plantas, pero si se te ocurre echarlo sobre los vástagos y las ramas tiernas, lo mata todo. Así también, el aceite es completamente nocivo para todas las plantas y muy perjudicial para el pelo de todos los animales excepto el del hombre; para el del hombre, así como para el resto de su cuerpo, sirve de protector”.
Anne Germain no habrá leído a Platón, vale, pero casi lo parece, porque ha decidido llevar su montaje de fingimiento, simulación y disimulo al teatro, el lugar en el que desde hace miles de años se representan espectáculos de fingimiento, simulación y disimulo con la complicidad del público. Eso sí, como la señora diga en el teatro que lo de ‘contactar con los muertos’ va en serio y no es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro, la fastidiamos: resultará igual de nociva y dañina que cuando sale por la tele.
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