Mira tú, esta campaña publicitaria de Aquarius sí que está bien. Primero hicieron un anuncio montando una gestoría para ayudar a la gente que quisiera cambiar de nombre. Sí, hombre, sí; ya que podemos escoger aspectos tan fundamentales de nuestra vida como qué música escuchar, cómo bailar o el corte de pelo, celebremos nuestra libérrima condición metafísica cambiando de nombre si nos sale de las meninges. Seguro que Mel Gibson lo hubiera hecho en “Braveheart” si no hubiera estado tan ocupado pintándose de azul para las batallas.
Pero es que en los anuncios de ahora están desarrollando la idea en plan simpaticote total. Si antes bromeaban con un Xavi que no tenía cara de Xavi y una modelo que tenía que dejar de ser modelo porque se llamaba Domitila, ahora bromean con vecinos de Huerta del Rey (Burgos) que se llaman Filogonio, Quintilia, Firmo o Filonila, y con señoras que se llaman Marciana.
Vale, pues venga tipismo y desenfado a raudales. Hay un filón estupendo entre la nobleza para continuar la campaña: la duquesa de Cardona se llama Casilda; el duque de Medina-Sidonia, Leoncio; la marquesa de Velada, Ignacia; la condesa de Ezpeleta de Veire, Roberta; el conde de la Cañada, Gervasio. Seguro que Margarita María de la Victoria Esperanza Jacoba Felicidad Perpetua de Todos los Santos, duquesa de Soria, y María del Pilar Alfonsa Juana Victoria Luisa Ignacia de Todos los Santos, duquesa de Badajoz bromearían encantadas con su nombre en la tele para vender Aquarius. ¿Y qué me dicen de la duquesa de Olivares? A lo mejor María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca quiere cambiarse algún nombre. ¿Y si rematan la campaña con Elena María Isabel Dominica de Silos, Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad y Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos para así poder reírnos todos, incluidos los dibujantes de “El Jueves”?
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