Mira tú para qué vale pedir precaución y tranquilidad en la Operación salida. Para nada. En Antena 3 y Telecinco van como locos. Cuando el viernes se llenaron las carreteras de coches empeñados en llegar cuanto antes, las dos cadenas enemigas del alma echaron a correr a la par dándose codazos para ser las primeras en conseguir un debate en la cumbre en la próxima campaña electoral de noviembre. Vale, pues a eso también queremos jugar aquí.
Si en cuanto se anunció el anticipo de elecciones, Antena 3 y Telecinco se lanzaron a pedir a los candidatos Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy que les permitieran organizar un debate televisado, nosotros nos lanzamos a pedir a Antena 3 y Telecinco que nos permitan ver cómo se desarrollan las negociaciones con los candidatos para organizar los debates.
No pongan esa cara de extrañeza, son todo ventajas. Barato… iba a salir bien barato: Una cámara grabando y un micrófono encendido cada vez que alguien se reúna o hable por teléfono con alguien para tratar del asunto. Sería como esos “Previo fútbol” que emiten para ir entrando en ambiente antes de los partidos, como esos espacios de casting en los que los concursos nos van presentando a los aspirantes antes del estreno para ir creando expectación. Sería bien jugoso poder ver un “Previo debate” entre los candidatos, entre los jefes de campaña de los candidatos, entre los enviados de los agentes de los representantes de los directores técnicos de los jefes de campaña de los candidatos. Un “Debate: el casting” en el que se valore qué candidatos podrán pasar a la final del debate televisado y qué otros pobres aspirantes quedan eliminados molaría un montón. Ah, y respecto a eso que dicen en estas ocasiones de servicio público, de informar al pueblo, de colaborar con la democracia, de facilitar un proceso limpio… si esto no es servir, informar, colaborar y facilitar que venga Pericles y lo vea.
30/7/11
MONSTRUOS Y MUTANTES DE OJOS AZULES
Hace entre 6.000 y 10.000 años, en el noroeste del mar Negro, nació el primer ser humano que, gracias a la mutación de un gen, tenía los ojos azules. Los 150 millones de personas que hay hoy en el mundo con este color de ojos descienden de ese primer par de ojos azules. Todos poseen copias de aquel gen mutante que un buen día hizo plin y produjo la mirada de Paul Newman. Qué lindo.
Hace once años, en Holanda, nació del primer programa de televisión que, por culpa de la mutación en un gen que hubiera hecho mejor quedándose quietecito, llevaba la etiqueta de reality show. Los 150 millones de horas de televisión que hay hoy en el mundo viviendo de la telerrealidad descienden de ese primer experimento sociológico. Todos poseen copias de aquel gen mutante que un mal día hizo pluf y produjo una avalancha cuyo último ejemplo tuvimos anteayer: gracias a “Supervivientes” Rosa Benito mejoró su caché como tertuliana, ganó 200.000 euros y Telecinco se embolsó muchísimo más. Qué aburrimiento.
China está reconsiderando su política del hijo único. Aplicada a aquel primer hombre nuevo del mar Negro nos hubiera dejado sin miradas azules. Pero aplicada al primer “Gran hermano” holandés nos hubiera librado de “El bus”, “La isla de los famoS.O.S”. “La casa de tu vida”, “Operación triunfo”, “El marco”, “Hotel Glam”, “Factor X”, “Confianza ciega”, “Supermodelo"; “Fama”, “La granja”, “Esta cocina es un infierno”, “Fama, ¡a bailar!”, “El castillo de las mentes prodigiosas”, “Mujeres y hombres y viceversa”, “Granjero busca esposa”, “I love Escassi”; “El aprendiz”; “Las joyas de la corona”, “Cambio radical”, “Cuestión de peso”, “Curso del 63”, “El barco” y, sobre todo porque lo tenemos más reciente y duele más, de “Supervivientes”. Con que el “Gran hermano” holandés hubiera tenido un único hijo, el “Gran hermano” español, ya tendríamos en nuestra pantalla monstruos mutantes más de que de sobra.
Hace once años, en Holanda, nació del primer programa de televisión que, por culpa de la mutación en un gen que hubiera hecho mejor quedándose quietecito, llevaba la etiqueta de reality show. Los 150 millones de horas de televisión que hay hoy en el mundo viviendo de la telerrealidad descienden de ese primer experimento sociológico. Todos poseen copias de aquel gen mutante que un mal día hizo pluf y produjo una avalancha cuyo último ejemplo tuvimos anteayer: gracias a “Supervivientes” Rosa Benito mejoró su caché como tertuliana, ganó 200.000 euros y Telecinco se embolsó muchísimo más. Qué aburrimiento.
China está reconsiderando su política del hijo único. Aplicada a aquel primer hombre nuevo del mar Negro nos hubiera dejado sin miradas azules. Pero aplicada al primer “Gran hermano” holandés nos hubiera librado de “El bus”, “La isla de los famoS.O.S”. “La casa de tu vida”, “Operación triunfo”, “El marco”, “Hotel Glam”, “Factor X”, “Confianza ciega”, “Supermodelo"; “Fama”, “La granja”, “Esta cocina es un infierno”, “Fama, ¡a bailar!”, “El castillo de las mentes prodigiosas”, “Mujeres y hombres y viceversa”, “Granjero busca esposa”, “I love Escassi”; “El aprendiz”; “Las joyas de la corona”, “Cambio radical”, “Cuestión de peso”, “Curso del 63”, “El barco” y, sobre todo porque lo tenemos más reciente y duele más, de “Supervivientes”. Con que el “Gran hermano” holandés hubiera tenido un único hijo, el “Gran hermano” español, ya tendríamos en nuestra pantalla monstruos mutantes más de que de sobra.
29/7/11
¡MIRA QUÉ BERANO!"
No recuerdo dónde leí que, por mucho que nos insistan en sus diferencias, es lo mismo un soberano que un enano porque los dos terminan en culo. Una perogrullada que esconde un juego de palabras que nos recuerda que, al fin y al cabo, todos somos iguales. En estos meses en la tele estamos a un tris de que pase lo mismo, pero peor. Hay una costumbre de renombrar los programas añadiendo la palabra “verano” que no solo también termina en culo, sino que además acaba siendo una mierda.
En Antena 3 Alicia Senovilla está sustituyendo a Susanna Griso en “Espejo público”, que ahora se llama “Espejo de verano”. En Telecinco Carmen Alcayde está sustituyendo a Ana Rosa Quintana en “El programa de Ana Rosa”, que ahora se llama “El programa del verano”. Desde tiempos inmemoriales, cuanto el conductor habitual de un programa pilla vacaciones, los creativos de las cadenas entran en acción: colocan un sustituto en su lugar, tunean el nombre del espacio incrustándole la palabra “verano”, y piden un aumento de sueldo para que se valore como se merece su originalidad.
Lo decepcionante de este año es que se haya sumado a la tontería laSexta, la misma cadena que hace unos años hizo el mejor relevo poniendo a Berto en lugar de Buenafuente al frente del programa con el mejor nombre de la historia de las sustituciones televisivas: “Buenafuente ha salido un momento”. Ahora, como laSexta compró el “España directo” que antes emitía La 1 y tenía que cambiar el nombre no se le ocurrió otro que “Verano directo”. Y para que no quedara ninguna duda lo remató incluyendo reportajes sobre lo peor del verano: discotecas, fauna playera lobotomizada, fiestas de espuma y esas cosas. Podía haber sido peor: si Telecinco hubiera comprado en verano “¡Mira quién baila!” (“¡MQB!”), en vez de conservar sus iniciales rebautizándolo como “¡Más que baile!” lo habría llamado “¡Mira qué berano!”. ¿Qué no?
En Antena 3 Alicia Senovilla está sustituyendo a Susanna Griso en “Espejo público”, que ahora se llama “Espejo de verano”. En Telecinco Carmen Alcayde está sustituyendo a Ana Rosa Quintana en “El programa de Ana Rosa”, que ahora se llama “El programa del verano”. Desde tiempos inmemoriales, cuanto el conductor habitual de un programa pilla vacaciones, los creativos de las cadenas entran en acción: colocan un sustituto en su lugar, tunean el nombre del espacio incrustándole la palabra “verano”, y piden un aumento de sueldo para que se valore como se merece su originalidad.
Lo decepcionante de este año es que se haya sumado a la tontería laSexta, la misma cadena que hace unos años hizo el mejor relevo poniendo a Berto en lugar de Buenafuente al frente del programa con el mejor nombre de la historia de las sustituciones televisivas: “Buenafuente ha salido un momento”. Ahora, como laSexta compró el “España directo” que antes emitía La 1 y tenía que cambiar el nombre no se le ocurrió otro que “Verano directo”. Y para que no quedara ninguna duda lo remató incluyendo reportajes sobre lo peor del verano: discotecas, fauna playera lobotomizada, fiestas de espuma y esas cosas. Podía haber sido peor: si Telecinco hubiera comprado en verano “¡Mira quién baila!” (“¡MQB!”), en vez de conservar sus iniciales rebautizándolo como “¡Más que baile!” lo habría llamado “¡Mira qué berano!”. ¿Qué no?
28/7/11
QUÉ QUIERES QUE TE DIGA SOBRE EL DVD GRABADOR
No todo va ser hablar de la tele. Hoy vamos a hablar de aparatos para grabar la tele, inaugurando así un nuevo género periodístico. Es normal: antes sobre los grabadores VHS no había mucho que decir, pero hoy, con el DVD grabador, la tecnología es más versátil así que hay que saber lo que uno compra.
En mi caso adquirí un aparato con varias velocidades y calidades de grabación. Anteayer escogí la intermedia para grabar “Qué quieres que te diga”, el nuevo magacín que estrenó Cuatro esta semana para las tontorronas tardes de verano. De sobra. Me pongo a verlo a ver qué tal y se ve bien y se oye bien, pero el programa se pone pesado. Reporteros y reporteras muy guapos y muy guapas compitiendo por el trofeo Miss Sonrisa Bonita al reportaje más intrascendente del año. Demasiado bla-bla-bla en plan jijí-jajá. Le doy al botón de avance rápido y va un poco más rápido. Mejor. Le vuelvo a dar y acelera más. Mucho mejor. Otra. Más rápido aún. Otra. Más. Cómo mola. Otra. Más. Otra. Más. Vaya vicio. Otra. Ostras, en vez de ir siete veces más rápido, vuelve a ir sólo dos veces más rápido. Qué desesperantemente lento va ahora.
Valoración del chisme: graba bien, pero el avance rápido puede mejorarse. Si comprara uno hoy procuraría que no diera los sustos que da este. Y pediría que igual que el avance hace desfilar fotogramas para orientarse, también debería entresacar algunas frases de la grabación para hacerse una idea de lo que están diciendo. En el caso de “Qué quieres que te diga” hubiera valido con un par de ellas: “La verdad es que hoy hemos trabajado mucho porque llevamos aquí mucho rato dando consejos” y “Pues si para hacer este reportaje tengo que tirarme al mar desde este acantilado, allá voy”.
¿Les ha gustado el primer artículo de crítica de aparatos para grabar la tele? Vale, lo pillo, sería mejor si dispusiera de un botón de avance rápido.
27/7/11
¡OÍDO COCINA!
Vayan preparando otra docenita de “Plaza de España”, por favor. Solo probamos los dos primeros episodios, pero es que están riquísimos. Y una ración de doce capítulos de “Plaza de España” no nos va a dar ni para un diente. Ya sabemos que lo habitual es esperar a terminar una ración antes de pedir otra por si acaso uno se cansa, pero es seguro que la nueva serie de La 1 para la noche del lunes no nos van a cansar. Es ligera, crujiente, tiene buenos ingredientes, está bien cocinada, salpimentada con gusto y deja buen sabor de boca. Y, encima, cada capítulo apenas dura media hora. Con lo que cuesta terminar esas enormes raciones de otras series españolas con capítulos de hora y media, que no sabes si te hartas porque te cansas de ellas o te cansas ellas porque te hartaron antes.
Tienen buen ojo en La 1 para vender sus nuevos platos. Cuando en verano otras cadenas ofrecen productos recalentados o fritanga en aceite rancio, en La 1 cocinan productos dignos, el paladar lo agradece y así luego, cuando vienen meses más competitivos los espectadores pedimos más de eso que tanto nos gustó en verano. Lo hicieron el año pasado con “Los misterios de Laura”, que triunfó, y lo están haciendo este año con “Plaza de España”, que ya el día de su estreno lo petó.
Antes de terminar deberíamos referirnos a que el espíritu berlanguiano está tan presente en “Plaza de España” que nos faltó oír cómo alguien decía “austrohúngaro”, que recuerda al gran Rafael Azcona, a José Luis Cuerda, a Miguel Gila, a Tono, a Miguel Mihura y a Jardiel Poncela. No hace falta. Basta con pedirles que estén atentos el próximo lunes por la noche para, tras ver dos nuevos episodios de la mejor serie del verano, se sumen a los que pedimos a TVE que nos prepare otra docenita antes de que se acabe la ración que nos está sirviendo. Seguro que estarán encantados de poder contestarnos “¡Oído cocina!”.
Tienen buen ojo en La 1 para vender sus nuevos platos. Cuando en verano otras cadenas ofrecen productos recalentados o fritanga en aceite rancio, en La 1 cocinan productos dignos, el paladar lo agradece y así luego, cuando vienen meses más competitivos los espectadores pedimos más de eso que tanto nos gustó en verano. Lo hicieron el año pasado con “Los misterios de Laura”, que triunfó, y lo están haciendo este año con “Plaza de España”, que ya el día de su estreno lo petó.
Antes de terminar deberíamos referirnos a que el espíritu berlanguiano está tan presente en “Plaza de España” que nos faltó oír cómo alguien decía “austrohúngaro”, que recuerda al gran Rafael Azcona, a José Luis Cuerda, a Miguel Gila, a Tono, a Miguel Mihura y a Jardiel Poncela. No hace falta. Basta con pedirles que estén atentos el próximo lunes por la noche para, tras ver dos nuevos episodios de la mejor serie del verano, se sumen a los que pedimos a TVE que nos prepare otra docenita antes de que se acabe la ración que nos está sirviendo. Seguro que estarán encantados de poder contestarnos “¡Oído cocina!”.
26/7/11
WYOMING Y TERTSCH, HUMORISTAS
Pues miro y miro la noticia y sigo sin entender nada. No cabe en la cabeza que un juzgado haya desestimado la demanda que Hermann Tertsch interpuso contra el Gran Wyoming por uno de sus vídeos, y encima haya condenado al pobre hombre a pagar las costas. A ver si me explico, porque el caso es peliagudo.
Según el juzgado, “cuando el espectador se sienta ante su televisor para ver “El intermedio” y al Gran Wyoming lo hace para reírse, para escuchar sus chistes y para ver los montajes de los vídeos que se proyectan, que cualquier telespectador medio es consciente de que estamos ante montajes realizados para entretener. No los confunde nunca con la realidad”. Ostras, señor juez o señora jueza, es que cuando el espectador se sentaba ante su televisor para ver los informativos de Hermann Tertsch en Telemadrid y a Hermann Tertsch mismo también lo hacía para reírse, para escuchar sus chistes y para ver los comentarios que hacía, que cualquier telespectador medio era consciente de que estaba ante montajes realizados para entretener. No los confundía nunca con la realidad. En qué cabeza cabe otra posibilidad.
Es que con el humor pasa lo mismo que con la magia. Hay magos que avisan de que lo son y hay otros que no. Los ingenuos y los despistados creen que sólo los primeros usan trucos mientras que los segundos tienen poderes, pero cualquier espectador medio es consciente de que ambos viven de sus trucos. Pues también hay humoristas que avisan de que lo son, como Wyoming, y hay otros que no, como Tertsch, pero ambos viven de su agudo sentido del humor. Lo que ya no sé es en qué saco echar a Esperanza Aguirre. La presidenta apoyó a su empleado, lesionado y resentido tras una pelea en un bar de copas a las tantas, acusando a Wyoming de “agresión moral por hacerle pasar por un asesino”. ¿Es también ella una cachonda mental o será que realmente tiene poderes?
Según el juzgado, “cuando el espectador se sienta ante su televisor para ver “El intermedio” y al Gran Wyoming lo hace para reírse, para escuchar sus chistes y para ver los montajes de los vídeos que se proyectan, que cualquier telespectador medio es consciente de que estamos ante montajes realizados para entretener. No los confunde nunca con la realidad”. Ostras, señor juez o señora jueza, es que cuando el espectador se sentaba ante su televisor para ver los informativos de Hermann Tertsch en Telemadrid y a Hermann Tertsch mismo también lo hacía para reírse, para escuchar sus chistes y para ver los comentarios que hacía, que cualquier telespectador medio era consciente de que estaba ante montajes realizados para entretener. No los confundía nunca con la realidad. En qué cabeza cabe otra posibilidad.
Es que con el humor pasa lo mismo que con la magia. Hay magos que avisan de que lo son y hay otros que no. Los ingenuos y los despistados creen que sólo los primeros usan trucos mientras que los segundos tienen poderes, pero cualquier espectador medio es consciente de que ambos viven de sus trucos. Pues también hay humoristas que avisan de que lo son, como Wyoming, y hay otros que no, como Tertsch, pero ambos viven de su agudo sentido del humor. Lo que ya no sé es en qué saco echar a Esperanza Aguirre. La presidenta apoyó a su empleado, lesionado y resentido tras una pelea en un bar de copas a las tantas, acusando a Wyoming de “agresión moral por hacerle pasar por un asesino”. ¿Es también ella una cachonda mental o será que realmente tiene poderes?
25/7/11
LA OBEDIENCIA DE LOS SOLDADOS
Miércoles por la tarde, Jorge Javier Vázquez, ese ser que para nuestra desgracia vive en un plató de Telecinco, anuncia en su programa “Sálvame” que por fin la noche del día siguiente, en su programa “Supervivientes”, se informará a Rosa Benito del accidente de José Ortega Cano. El mismo señor que llamó “hija de puta” a Aída Nízar por haberle insinuado algo al respecto a Rosa Benito unos días antes, ahora anuncia que la gran revelación está próxima. Huyamos a La 2.
Esta semana La 2 emitió unos reportajes sobre los choques entre el imperio turco y el cristianismo en el Mediterráneo que no tuvieron desperdicio. Un señor, que para nuestra desgracia sale menos en televisión que la cutícula del meñique izquierdo de Jorgito, explicaba que en la guerra entre cristianos y musulmanes se usa la religión como ariete, pero que lo que realmente mueve los ejércitos siempre es el dinero. “En la caída de Constantinopla, un consejero sufí del sultán Mehmet le dijo: No hables de fe, el ejército está agotado, habla del botín”. Qué desilusión: “La yihad y las cruzadas son simples luchas por el poder”.
Antes de cerrar la edición de “Supervivientes” del jueves, ya a las dos de la mañana, Javierito pregunta al marido de Rosa Benito si por fin iba a contarle a su mujer lo anunciado el día anterior. Los espectadores que esperaron hasta entonces para verlo se encuentran con que dice que no. Hagan cuentas, mantener esa tensión da audiencia y aún queda una semana de “Supervivientes” para seguir exprimiendo el limón. Vazquito no insultó con odio a Aída la engreída porque le pareciera una mala persona con una conducta inmoral que atentase contra lo más sagrado, sino porque saltarse el guión fastidia el botín. Esta misma semana el fiel recluta firmó un contrato por tres años más en Telecinco. “Siempre es el oro y no Dios el que se franquea la obediencia de los soldados”.
Esta semana La 2 emitió unos reportajes sobre los choques entre el imperio turco y el cristianismo en el Mediterráneo que no tuvieron desperdicio. Un señor, que para nuestra desgracia sale menos en televisión que la cutícula del meñique izquierdo de Jorgito, explicaba que en la guerra entre cristianos y musulmanes se usa la religión como ariete, pero que lo que realmente mueve los ejércitos siempre es el dinero. “En la caída de Constantinopla, un consejero sufí del sultán Mehmet le dijo: No hables de fe, el ejército está agotado, habla del botín”. Qué desilusión: “La yihad y las cruzadas son simples luchas por el poder”.
Antes de cerrar la edición de “Supervivientes” del jueves, ya a las dos de la mañana, Javierito pregunta al marido de Rosa Benito si por fin iba a contarle a su mujer lo anunciado el día anterior. Los espectadores que esperaron hasta entonces para verlo se encuentran con que dice que no. Hagan cuentas, mantener esa tensión da audiencia y aún queda una semana de “Supervivientes” para seguir exprimiendo el limón. Vazquito no insultó con odio a Aída la engreída porque le pareciera una mala persona con una conducta inmoral que atentase contra lo más sagrado, sino porque saltarse el guión fastidia el botín. Esta misma semana el fiel recluta firmó un contrato por tres años más en Telecinco. “Siempre es el oro y no Dios el que se franquea la obediencia de los soldados”.
24/7/11
MOTOS, EL MESÍAS
Durante milenios el pueblo judío manejó profecías que hablaban de la llegada de un Mesías que redimiría de todo sufrimiento a los elegidos. Antena 3 anuncia y anuncia la futura llegada de Pablo Motos a la cadena. Cuando comenzaron esas promos algunos creímos estar ante una campaña de pocos días que informaba a la audiencia del cambio de canal de la hormiga reina. Pero las semanas se han ido sucediendo y no sólo no han desaparecidos esos turbulentos anuncios, sino que han comenzado a aparecer otros nuevos. Ya no cabe duda: Antena 3 tiene planeado extender la campaña promocional del nuevo “Hormiguero” durante tooooodo el verano. Son dos meses, es cierto, pero en televisión el tiempo se computa en otras unidades diferentes a las del Antiguo Testamento, y dos meses pueden durar mucho más que el periodo que ocuparon todas las generaciones que mediaron entre el profeta Miqueas y el profeta Isaías.
E, igual que ocurre con las profecías bíblicas, los nuevos spots promocionales de Pablo Motos en Antena 3 tienen un extraño punto inquietante que te hace sentir levemente desasosegado. En ambos casos pretenden traer un mensaje de esperanza y liberación a la audiencia, y en ambos casos terminan dando un yuyu que te cagas. A algún titilante, -que brilla, pero de forma intermitente y con un ligero temblor-, genio creativo de la Cadena Que Pone se le ocurrió que sería simpático dar a las promos un toque de cine de terror que relacionara a Motos con el niño de “El sexto sentido”. Los guionistas del Antiguo Testamento nunca se atrevieron con ideas tan arriesgadas. Y el resultado final ha sido que, intentando dar miedo en broma, se ha terminado dando miedo en serio. A lo mejor a lo que se referían los mayas con todo el rollo éste del final del ciclo era a la marcha de “El hormiguero” de Cuatro a Antena 3. A lo mejor Nostradamus dejó escrita alguna cuarteta sobre salvadores pelirrojos. A lo mejor los responsables de promociones de Antena 3 no se han informado bien de lo que suele terminar pasando con los Mesías.
23/7/11
LA CERVECITA
¿Ha sido la lucha de clases el motor de la historia de la humanidad? ¿O lo ha sido el ansia por el desarrollo de todas las potencialidades del espíritu humano? ¿Quizá todo nuestro comportamiento está movido únicamente por deseos sexuales incestuosos reprimidos y sublimados en tareas socialmente aceptables? ¿Es la lucha entre iguales, el anhelo de unión con la divinidad, la guerra como la esencia de la civilización? Pues no, querido lector, según un fascinante documental que vamos a poder ver estos días en el canal Odisea, -a poco que lo busque en su mando a distancia seguro que lo encuentra-, la clave que explica la situación de la especie humana actual, -sedentaria, socialmente organizada, tecnológica-, es el pan. Pero no el pan sólido que comemos diariamente, sino el pan líquido que también forma parte de la dieta cotidiana de media humanidad. La cerveza. La cervecita. La cervecita fresquita tomada al sol en una terracita. Olvídense de Marx, de Hegel y de Freud. Las Supernenas defendían que lo que mueve al mundo es el amor. Pues no: es la cerveza. Por una vez los intelectuales defienden una teoría que los demás mortales podemos entender y con la que todo el mundo está de acuerdo.
“Cómo la cerveza salvó al mundo” es la fascinante historia de unos humanos de hace cinco o seis mil años que encontraron un procedimiento eficaz para obtener una fuente de alimento nutritiva y calórica que podía conservarse durante un cierto tiempo y permitía su traslado con facilidad. Es cierto que estas cervezas neolíticas serían difícilmente reconocidas como tales por los consumidores actuales de Budweiser, pero también parece ser cierto, -en opinión de los especialistas que intervienen en el documental-, que fue el cultivo de la cebada y su empleo en la producción de cervecita lo que determinó el tránsito desde el nomadismo al sedentarismo, los primeros adelantos tecnológicos de las sociedades primitivas, y las ganas de formar grupos de amigos para echarse unas risas y charlar sobre la belleza de la vida. Todos necesitamos un poco de sur para poder ver el norte. El documental de Odisea lo demuestra científicamente.
“Cómo la cerveza salvó al mundo” es la fascinante historia de unos humanos de hace cinco o seis mil años que encontraron un procedimiento eficaz para obtener una fuente de alimento nutritiva y calórica que podía conservarse durante un cierto tiempo y permitía su traslado con facilidad. Es cierto que estas cervezas neolíticas serían difícilmente reconocidas como tales por los consumidores actuales de Budweiser, pero también parece ser cierto, -en opinión de los especialistas que intervienen en el documental-, que fue el cultivo de la cebada y su empleo en la producción de cervecita lo que determinó el tránsito desde el nomadismo al sedentarismo, los primeros adelantos tecnológicos de las sociedades primitivas, y las ganas de formar grupos de amigos para echarse unas risas y charlar sobre la belleza de la vida. Todos necesitamos un poco de sur para poder ver el norte. El documental de Odisea lo demuestra científicamente.
22/7/11
QUE LLUEVA
Que llueva, que llueva mucho. Que caiga un diluvio de proporciones bíblicas que convierta la borrasca a la que se enfrentó Noé en una fina llovizna de primavera. A mí es que no se me ocurre otro remedio contra los programas veraniegos de playa, baile y fiestas nocturnas. El verano es maravilloso, todos lo sabemos, pero no hace falta ser Buda para darse cuenta también de que allá donde hay placer hay dolor. El placer son las vacaciones, las horas muertas sobre la arena, el murmullo del mar. El dolor es “Mójate” en Cuatro y “Comer beber amar” en Antena 3. ¿Merece la pena dejar de trabajar un mes y recorrer caminos nuevos llenos de aventuras, llenos de conocimientos, si luego hay que soportar a Rafa Méndez y sus trastornos del desarrollo recorriendo las calles de Marbella en busca de “jóvenes con ritmo”? ¿Estamos dispuestos a ver la bola de fuego del sol sumergiéndose lentamente en el océano si el precio es el regreso a nuestros televisores de Josie y sus aventuras en el mundo de los organismos basados en la biología de la silicona?
Así que tiene que llover, tiene que llover, tiene que lloveeer, tiene que llover a cántaros. Anda que no nos íbamos a reír como resucitados si el cambio climático trajese como efecto secundario una borrasca permanente allá donde se estuviera grabando “Mójate” y “Comer beber amar”. La vida tendría otro sentido si todos esos programas se redujeran a imágenes de Daniela Blume resguardada bajo un toldo chorreante que amenaza con venirse abajo y a los intentos frenéticos de Marbelys por mantener la emoción del espectador mientras dos homo sapiens bailan en trampolines bajo un fortísimo granizo que se acompañara de vientos huracanados. Que sólo lloviera durante los minutos de grabación de estos programas para no fastidiar al resto de veraneantes que no muestran signos de decortización cerebral. Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva, los pajaritos cantan, las nubes se levantan y los programas veraniegos se van a freír monas. Que llueva, que llueva mucho.
Así que tiene que llover, tiene que llover, tiene que lloveeer, tiene que llover a cántaros. Anda que no nos íbamos a reír como resucitados si el cambio climático trajese como efecto secundario una borrasca permanente allá donde se estuviera grabando “Mójate” y “Comer beber amar”. La vida tendría otro sentido si todos esos programas se redujeran a imágenes de Daniela Blume resguardada bajo un toldo chorreante que amenaza con venirse abajo y a los intentos frenéticos de Marbelys por mantener la emoción del espectador mientras dos homo sapiens bailan en trampolines bajo un fortísimo granizo que se acompañara de vientos huracanados. Que sólo lloviera durante los minutos de grabación de estos programas para no fastidiar al resto de veraneantes que no muestran signos de decortización cerebral. Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva, los pajaritos cantan, las nubes se levantan y los programas veraniegos se van a freír monas. Que llueva, que llueva mucho.
21/7/11
NEVER ENDING "ILUSTRES IGNORANTES" TOUR
“Ilustres ignorantes” sale de gira mundial. Es extraño. O no. Normalmente las giras mundiales las hacen las bandas de rock and roll, los presidentes de EE.UU. o las estrellas de Hollywood que están promocionando la última película de superhéroes Marvel. A lo mejor Javier Cansado es una banda de rock and roll postapocalíptico, Pepe Colubi es el primer presidente brasileño de los Estados Unidos y Javier Coronas es la nueva estrella en la que Brian Singer confía para renovar y dotar de matices zaragozanos el personaje del mutante Lobezno durante las próximas seis entregas de la serie. O no. La gira mundial de “Ilustres ignorantes” no es más que un experimento que afronta la única cadena española que hace experimentos. Normalmente los experimentos los realizan las compañías farmacéuticas que quieren probar si el fármaco que funciona en pastillas también funciona en jarabe, los aceleradores de partículas ginebrinos o el Masachusetts Institute of Technology. A lo mejor Canal+ quiere probar si el show que ha demostrado ser el mejor programa de humor de la televisión española sigue manteniendo su efectividad si se cambia su formato y se ofrece como presentaciones teatrales, o ver si la gira mundial hace que la genialidad de Colubi, Coronas y Cansado salte por los aires y podamos estudiar sus componentes nanoparticulares, o confiar en que un alto ejecutivo del MIT veranee cerca de, pongamos, Burgos, los vea en directo y les ofrezca una beca polimillonaria para intentar competir contra Bill Maher y Jimmy Fallon ahora que los EE.UU. están gobernados por un presidente brasileño. O no.
Sea como sea, “Ilustres ignorantes” sale de gira mundial, arranca en Barcelona estos días y probablemente termine actuando muy cerca de donde nos encontramos los amantes de los buenos espectáculos. En eso se parecen Coronas, Cansado y Colubi a Bob Dylan. O no. Bob Dylan lleva embarcado en una “gira interminable” desde 1988. Ya ha llegado a los 2000 conciertos. “Ilustres ignorantes” se merece que su gira sea igualmente interminable. Nosotros, el público, también.
Sea como sea, “Ilustres ignorantes” sale de gira mundial, arranca en Barcelona estos días y probablemente termine actuando muy cerca de donde nos encontramos los amantes de los buenos espectáculos. En eso se parecen Coronas, Cansado y Colubi a Bob Dylan. O no. Bob Dylan lleva embarcado en una “gira interminable” desde 1988. Ya ha llegado a los 2000 conciertos. “Ilustres ignorantes” se merece que su gira sea igualmente interminable. Nosotros, el público, también.
20/7/11
CÓMO CONOCÍ A "CÓMO CONOCÍ A VUESTRA MADRE"
Chicos, para que podáis entender cómo conocí a “Cómo conocí a vuestra madre” es necesario que antes os explique cómo era la televisión a principios de los años 10. A comienzos del siglo XXI la comedia televisiva atravesaba una grave crisis. El tío Edu y la tía Marta y yo solíamos reunirnos en casa de Roni para ver comedias, pero pocas veces nos reíamos con ganas; como mucho, sonreíamos levemente con cierta melancolía. Curiosamente, esta crisis era debida al extraordinario éxito que habían alcanzado las viejísimas “Seinfeld”, “Friends” y “Frasier”. Todos teníamos la seguridad de que jamás volveríamos a ver una telecomedia tan buena como estas tres.
Marta nos habló un día de una nueva serie que trataba sobre un grupo de jóvenes estudiantes de ciencias, completamente obsesionados por la física y por una vecina preciosa que no entendía nada de sus mundos. Tenía un personaje muy divertido, un friki con síndrome de Asperger y te partías el culo con él. Vimos algunos capítulos y nos reímos mucho... pero esa serie no era “Cómo conocí a vuestra madre”. También le recomendaron a Edu otra comedia sobre la convivencia de dos hermanos y el hijo de uno de ellos. Uno de los hermanos sólo pensaba en ligar y eso daba lugar a un humor muy salido y lleno de ironía muy bestia. Al parecer, el actor estaba todavía peor que el personaje y tuvieron que acabar sustituyéndolo. La serie estaba bien... pero ésa tampoco era “Cómo conocí a vuestra madre”.
Hasta que un verano, el verano de 2011, antes de que nacierais, Fox y Neox incluyeron simultáneamente en su programación de tarde capítulos de una serie sobre cinco amigos que vivían en Nueva York. La estructura de la sitcom recordaba mucho a “Friends”, pero sus guiones tenían una magia especial que “Friends” no tenía y sus diálogos estaban a la altura de las mejores conversaciones entre Frasier Crane y su hermano Niles. Cada tarde nos juntábamos todos, veíamos tres capítulos y reíamos como locos. La comedia televisiva había superado completamente la crisis y empezaba la etapa que ahora estáis disfrutando vosotros.
Marta nos habló un día de una nueva serie que trataba sobre un grupo de jóvenes estudiantes de ciencias, completamente obsesionados por la física y por una vecina preciosa que no entendía nada de sus mundos. Tenía un personaje muy divertido, un friki con síndrome de Asperger y te partías el culo con él. Vimos algunos capítulos y nos reímos mucho... pero esa serie no era “Cómo conocí a vuestra madre”. También le recomendaron a Edu otra comedia sobre la convivencia de dos hermanos y el hijo de uno de ellos. Uno de los hermanos sólo pensaba en ligar y eso daba lugar a un humor muy salido y lleno de ironía muy bestia. Al parecer, el actor estaba todavía peor que el personaje y tuvieron que acabar sustituyéndolo. La serie estaba bien... pero ésa tampoco era “Cómo conocí a vuestra madre”.
Hasta que un verano, el verano de 2011, antes de que nacierais, Fox y Neox incluyeron simultáneamente en su programación de tarde capítulos de una serie sobre cinco amigos que vivían en Nueva York. La estructura de la sitcom recordaba mucho a “Friends”, pero sus guiones tenían una magia especial que “Friends” no tenía y sus diálogos estaban a la altura de las mejores conversaciones entre Frasier Crane y su hermano Niles. Cada tarde nos juntábamos todos, veíamos tres capítulos y reíamos como locos. La comedia televisiva había superado completamente la crisis y empezaba la etapa que ahora estáis disfrutando vosotros.
19/7/11
DISFUNCIONALES
No, las familias que aparecen retratadas en “Modern family” y “Hope” no son familias disfuncionales, como se empeñan en señalar los resúmenes de prensa que se refieren a dichas series. De hecho, son familias que funcionan, y éste es el criterio fundamental para considerar funcional o disfuncional a una familia. Disfuncional sería hoy en día la familia Ingalls de “La casa de la pradera”, aquella foto sepia llamada “Los Waltons”, la pirámide de “Con ocho basta” o el monolito de “La hora de Bill Cosby”. En el mundo actual estas familias saltarían por los aires hechas pedazos al cabo de dos adolescencias y una menopausia. Si quieres que tu familia funcione en 2011 más te vale tomar como modelo a los Simpson o los Griffin.
Cada momento de la historia determina qué funciona y qué no funciona. No hay vuelta de hoja. FOX emite y reemite durante este verano la T2 de “Modern family” y la T1 de “Hope”, -¿por qué, por qué no han mantenido el título original “Raising Hope”?-. Las dos son series brillantes, comedias ágiles, inteligentes, narradas con perspicacia y cuyos capítulos pueden ser vistos de principio a fin saltando de detalle genial en detalle genial. Se trata de dos sitcoms perfectamente funcionales cuyos protagonistas son familias multiétnicas, con formas nuevas de vivir el vínculo familiar, parejas homosexuales, intergeneracionales, hijos egoístas y padres cuarentones aún adolescentes. Es decir, familias perfectamente funcionales, que han conseguido sofisticadísimas soluciones para adaptarse a la permanente caída al abismo en la que todos vivimos.
No es que la familia sea el núcleo elemental de la sociedad. Es que al núcleo elemental de la sociedad, sea como sea en cada caso, lo llamamos “familia”. Y cada sociedad diferente se ha definido por familias diferentes. Los Pritchett de “Modern family” y los Chance de “Hope” son los tataranietos de los Ingalls de “La casa de la pradera”. Y, si pudiera verlos, Charles Ingalls estaría orgulloso de su descendencia. No entendería nada, pero estaría orgulloso de lo funcionales que son.
Cada momento de la historia determina qué funciona y qué no funciona. No hay vuelta de hoja. FOX emite y reemite durante este verano la T2 de “Modern family” y la T1 de “Hope”, -¿por qué, por qué no han mantenido el título original “Raising Hope”?-. Las dos son series brillantes, comedias ágiles, inteligentes, narradas con perspicacia y cuyos capítulos pueden ser vistos de principio a fin saltando de detalle genial en detalle genial. Se trata de dos sitcoms perfectamente funcionales cuyos protagonistas son familias multiétnicas, con formas nuevas de vivir el vínculo familiar, parejas homosexuales, intergeneracionales, hijos egoístas y padres cuarentones aún adolescentes. Es decir, familias perfectamente funcionales, que han conseguido sofisticadísimas soluciones para adaptarse a la permanente caída al abismo en la que todos vivimos.
No es que la familia sea el núcleo elemental de la sociedad. Es que al núcleo elemental de la sociedad, sea como sea en cada caso, lo llamamos “familia”. Y cada sociedad diferente se ha definido por familias diferentes. Los Pritchett de “Modern family” y los Chance de “Hope” son los tataranietos de los Ingalls de “La casa de la pradera”. Y, si pudiera verlos, Charles Ingalls estaría orgulloso de su descendencia. No entendería nada, pero estaría orgulloso de lo funcionales que son.
18/7/11
VÍCTOR SANDOVAL Y NACHO POLO ESTÁN ENTRE NOSOTROS
Me fue de mayor utilidad una entretenida peliculita que horas y horas de sesudas reflexiones acerca de la naturaleza humana. Pasé toda la semana aturdido por la polémica entre Víctor Sandoval y Nacho Polo, su permanente presencia en los estercoleros de Telecinco y el reto que todo ello suponía para la defensa del concepto de dignidad humana a comienzos del siglo XXI. Que dos entes de apariencia homínida se pongan a discutir delante de España cuál de los dos no funcionaba en la cama, quién traía a terceras personas para las performances grupales, o el riesgo de amputación que conlleva la picadura de algunas arañas, cuestiona conceptos sólidamente establecidos acerca de la condición humana. Releí a Viktor Frankl. Y nada. Busqué en Kavafis claves que me condujeran por los oscurísimos rodeos que puede tomar el alma humana para pagar extrañas deudas. Y nada. Hasta que me desplomé en el sofá anteayer y pillé casualmente el comienzo de “Men in black” en SyFy. Coño, ahí estaba la respuesta. Qué Frankl, ni Kavafis, ni pijadas. Los extraterrestres están entre nosotros y Sandoval y Polo son dos de ellos. Fin.
Sherlock Holmes lo tenía claro: una vez eliminadas todas las opciones imposibles, la que queda, por muy improbable que sea, ha de ser la verdadera. Como Fermat, he garabateado al margen de esta columna la demostración matemática de que los dos enamorados no pueden poseer una estructura celular basada en las raíces evolutivas que comparte toda la vida de nuestro planeta. Ergo, vienen de fuera. De muy fuera, me atrevo a añadir. Ahora sólo queda probarlo: necesito que Tommy Lee Jones irrumpa en los platós y les dispare con su despresurizador volatilizante de neutrinos pseudoblásticos para que salten por los aires las putas jetas de látex bajo las que se ocultan y veamos su verdadera anatomía invertebrada de blandiblub (¿o blandiglub?) azul mucoso. Entonces todo volverá a tener sentido. Correrán como cucarachas por los pasillos de Telecinco entre agudísimos chillidos. La idea de “hombre” habría superado una nueva prueba.
Sherlock Holmes lo tenía claro: una vez eliminadas todas las opciones imposibles, la que queda, por muy improbable que sea, ha de ser la verdadera. Como Fermat, he garabateado al margen de esta columna la demostración matemática de que los dos enamorados no pueden poseer una estructura celular basada en las raíces evolutivas que comparte toda la vida de nuestro planeta. Ergo, vienen de fuera. De muy fuera, me atrevo a añadir. Ahora sólo queda probarlo: necesito que Tommy Lee Jones irrumpa en los platós y les dispare con su despresurizador volatilizante de neutrinos pseudoblásticos para que salten por los aires las putas jetas de látex bajo las que se ocultan y veamos su verdadera anatomía invertebrada de blandiblub (¿o blandiglub?) azul mucoso. Entonces todo volverá a tener sentido. Correrán como cucarachas por los pasillos de Telecinco entre agudísimos chillidos. La idea de “hombre” habría superado una nueva prueba.
17/7/11
NI SACERDOTE NI BANKERO
Confieso que la inclusión del logotipo de las Jornadas Mundiales de la Juventud en el anuncio de Bankia me está provocando graves problemas conceptuales. Como saben, las siglas JMJ 2011 aluden a una reunión mundial de jóvenes cristianos que tendrá lugar en Madrid este verano bajo el liderazgo de un señor con gorros raros que dice ser el enviado de Dios en la Tierra. Mis problemas conceptuales no se refieren a la definición de “joven” ni al estatus gnoseológico de “enviado de Dios”. Por su parte, Bankia es una institución financiera de reciente creación cuyo origen está en las cajas de ahorros de toda la vida, a partir del momento en que las cajas de ahorro de toda la vida dejaron de ser las cajas de ahorros de toda la vida. Olviden también esto: mis desasosiegos conceptuales no tienen que ver con la transustancialización de lo público en privado; en estos temas mis reflexiones se refieren más al Código Penal que a la filosofía.
Lo que quita el sueño a un teórico televisivo como yo es saber quién está patrocinando a quién en dicho spot. El anuncio es de Bankia, pero en una esquina se subanuncia la reunión católica. ¿Es la nueva banca, -cuyos tres directivos principales se han asignado un sueldo de 10,15 millones de euros anuales-, la que apoya a los “arraigados y edificados en Cristo”, -lo he tomado de la cabecera de la página web de JMJ2011? ¿O, por el contrario, es Su Santidad Benedicto XVI el que con tal simbiosis publicitaria pretende bendecir Bankia y, ya puestos a imponer parabienes, el Banco Financiero y de Ahorros, el Sistema Institucional de Protección y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria? ¿Ha sido casual la relación entre ambas marcas comerciales e igual podríamos habernos encontrado logotipos del JMJ2011 en un spot de Eau de Rochas, Lavavajillas Miele o Cruceros Pullmantur? ¿Incluiría Bankia en su publicidad las siglas del Festival Internacional de Benicàssim? ¿Casualidad o causalidad? ¿Por qué me comeré tanto la cabeza con estas idioteces yo, que no tengo pensado hacerme ni sacerdote ni bankero?
16/7/11
DESCONECTEN A "HOUSE"
A favor de la muerte digna de las series de televisión. En contra del ensañamiento terapéutico. A favor de que se permita que las grandes series fallezcan con nobleza. En contra de que se mantenga artificialmente su vida mediante técnicas agresivas, que provocan sufrimiento innecesario para los protagonistas y sus seguidores, y sólo consiguen prolongar agónicamente dos o tres temporadas más su duración. A favor de muertes como las que sufrieron “The wire”, “In treatment” o “Hermanos de sangre”. En contra del ridículo que supusieron las temporadas finales de “Prison break”, lo que está ocurriendo con “Anatomía de Grey” o lo prescindible que fue la última temporada de “Flashforward”, -que, curiosamente, coincidió con la primera-.
Por favor, dejemos a “House” morir en paz. No nos ensañemos terapéuticamente con él. La serie se ha terminado; de hecho, entró en estado vegetativo hace un par de temporadas. Es cierto que incluso en estos instantes de agonía final ha dado lugar a momentos brillantes que hacían pensar en la curación del enfermo. Pero no. Lo vimos esta semana con el último capítulo de la séptima temporada que emitió Cuatro, y cuyos minutos finales pasarán a la historia de la ignominia televisiva por su falta de respeto a la gloria de una gran serie. Qué vergüenza. Qué ridículo. Qué mamarrachada sin pies ni cabeza traída por los pelos para conseguir que el paciente logre sobrevivir un minuto más. “House” no es más que un vegetal intubado, conectado a respiradores y marcapasos, atiborrado de drogas. Wilson no puede seguir disimulando lo abochornado que se siente en cada escena. Cuddy se va. Y Gregory House sufre contracturas musculares debido a ser una permanente mueca de una parodia de una caricatura del personaje que una vez fue.
Nos dio pena el final de “The wire”. Nos dio vergüenza el final de “Prison break”. Fue peor lo segundo que lo primero. Desconecten a “House” de todos los aparatos y dejénle morir tranquilo. Es lo que él hizo siempre con sus pacientes.
Por favor, dejemos a “House” morir en paz. No nos ensañemos terapéuticamente con él. La serie se ha terminado; de hecho, entró en estado vegetativo hace un par de temporadas. Es cierto que incluso en estos instantes de agonía final ha dado lugar a momentos brillantes que hacían pensar en la curación del enfermo. Pero no. Lo vimos esta semana con el último capítulo de la séptima temporada que emitió Cuatro, y cuyos minutos finales pasarán a la historia de la ignominia televisiva por su falta de respeto a la gloria de una gran serie. Qué vergüenza. Qué ridículo. Qué mamarrachada sin pies ni cabeza traída por los pelos para conseguir que el paciente logre sobrevivir un minuto más. “House” no es más que un vegetal intubado, conectado a respiradores y marcapasos, atiborrado de drogas. Wilson no puede seguir disimulando lo abochornado que se siente en cada escena. Cuddy se va. Y Gregory House sufre contracturas musculares debido a ser una permanente mueca de una parodia de una caricatura del personaje que una vez fue.
Nos dio pena el final de “The wire”. Nos dio vergüenza el final de “Prison break”. Fue peor lo segundo que lo primero. Desconecten a “House” de todos los aparatos y dejénle morir tranquilo. Es lo que él hizo siempre con sus pacientes.
15/7/11
PUEDE CONTENER TRAZAS DE CACAHUETE
“Puede contener trazas de cacahuete”. Lo advierten los envases de patatas fritas, los de leche de soja; se lee en letra muy pequeñina en la parte de abajo de los botes de ravioli con tomate. Nadie sabe cuál es la conexión lógica que pueden mantener los cacahuetes con las patatas fritas, la leche de soja o los ravioli con tomate, pero ahí está, amenazando con reacciones alérgicas a los propensos incautos que se pongan a comer alegremente esos productos. El otro día estaba viendo los informativos de Telecinco cuando empecé súbitamente a encontrarme mal. De pronto se me infló la lengua y las manos. Un sarpullido en forma de pequeñas vesículas supurantes se me extendió por el cuello, buena parte del pecho, las inglés. No podía respirar. “Zocoggo, zocoggo”, jadeé y acudió en mi auxilio el personal sanitario con el que permanentemente convivo, seleccionado por que sabe identificar a la perfección un shock anafiláctico y actuar en consecuencia. Una inyección de adrenalina más tarde me encontraba como nuevo. En Telecinco estaban pronosticando lluvias para el norte de la península.
Rebusqué en la basura y rescaté el envase del informativo de Telecinco. Estaba húmedo, y la parte en donde relataba los ingredientes casi se había borrado bajo el aceite de una lata de bonito y los restos de lágrimas de un reality. Pero aún podía leerse lo suficiente como para comprobar que abajo del todo, con una letra incluso más pequeña que la de la información nutricional, aparecía el aviso: “Puede contener trazas de Ortega Cano y de María José Campanario”. Joder, eso lo explicaba todo. Padezco desde pequeño una alergia extrema a la mezcla de noticias del corazón y de sucesos, especialmente si se presentan en medio de informativos supuestamente serios. Leo con cierta atención los envases de los programas de televisión que consumo, pero nunca se me había ocurrido que los informativos de Pedro Piqueras pudieran contener trazas de cacahuete. Los fabricarán en las mismas plantas que envasan patatas fritas, leche de soja y ravioli con tomate.
Rebusqué en la basura y rescaté el envase del informativo de Telecinco. Estaba húmedo, y la parte en donde relataba los ingredientes casi se había borrado bajo el aceite de una lata de bonito y los restos de lágrimas de un reality. Pero aún podía leerse lo suficiente como para comprobar que abajo del todo, con una letra incluso más pequeña que la de la información nutricional, aparecía el aviso: “Puede contener trazas de Ortega Cano y de María José Campanario”. Joder, eso lo explicaba todo. Padezco desde pequeño una alergia extrema a la mezcla de noticias del corazón y de sucesos, especialmente si se presentan en medio de informativos supuestamente serios. Leo con cierta atención los envases de los programas de televisión que consumo, pero nunca se me había ocurrido que los informativos de Pedro Piqueras pudieran contener trazas de cacahuete. Los fabricarán en las mismas plantas que envasan patatas fritas, leche de soja y ravioli con tomate.
14/7/11
TRAMPILLA
Los espectadores sentimos un extraño placer cuando vemos caer cosas por trampillas. No hay otra explicación. “Atrapa un millón” es un concurso presentado por Carlos Sobera con una dinámica de preguntas y respuestas completamente tradicional cuyo único aliciente consiste en ver cómo se abre una trampilla y se pierde por ella una gran cantidad de dinero cada vez que los concursantes cometen un error. Y está teniendo muy aceptables índices de audiencia. Se estrenó la semana pasada “Ahora caigo”, concurso presentado por Arturo Valls con una dinámica de preguntas y respuestas completamente tradicional, -¿no he escrito ya esta frase en algún sitio recientemente?-, que basa todo su atractivo en ver caer por una trampilla a los concursantes que fallan en su competición contra otros. Y ha superado la media de audiencia de la cadena. Sartre defendería que la trampilla es ante todo una promesa de la nada con la que la existencia está en permanente diálogo. Freud vería en la trampilla el esfínter, el orificio digestivo, uretral o vaginal, por el que se precipitan los fluidos del deseo. Los programadores televisivos no son ni filósofos existencialistas ni psiquiatras psicoanalistas, pero saben que basta con poner una trampilla en un programa para que las cifras del share se multipliquen por dos.
Yo mismo, confieso, vería interesadísimo “No le digas a mamá que trabajo en la tele” si supiera que está colocado sobre una trampilla que se abrirá en el preciso instante en el que bajen del 2% de audiencia. La televisión sería el jardín del Edén si en medio de “Enemigos íntimos” de pronto el suelo se abriera bajo los pies de los presentes y viéramos como se precipitan a través de un esfínter hacia la nada Santi Acosta y todos sus dothrakis. ¿Y por qué limitarse a programas o personas? ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para disfrutar de un concurso en el que sea toda Telecinco la que caiga por una trampilla y veamos entremezclarse en su caída al vacío las caras infladas, cortisonadas, panificadas, polisaturadas de Jorge Javier y Aída Nízar?
Yo mismo, confieso, vería interesadísimo “No le digas a mamá que trabajo en la tele” si supiera que está colocado sobre una trampilla que se abrirá en el preciso instante en el que bajen del 2% de audiencia. La televisión sería el jardín del Edén si en medio de “Enemigos íntimos” de pronto el suelo se abriera bajo los pies de los presentes y viéramos como se precipitan a través de un esfínter hacia la nada Santi Acosta y todos sus dothrakis. ¿Y por qué limitarse a programas o personas? ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para disfrutar de un concurso en el que sea toda Telecinco la que caiga por una trampilla y veamos entremezclarse en su caída al vacío las caras infladas, cortisonadas, panificadas, polisaturadas de Jorge Javier y Aída Nízar?
13/7/11
LOS MISTERIOS DE ÍKER
Tenemos un nuevo caso para Laura Lebrel, ya saben, la peligrosamente inofensiva investigadora de “Los misterios de Laura”. Cada semana nos deja boquiabiertos resolviendo un asesinato como los de antes con el procedimiento de toda la vida: instinto, oficio, olfato, intuición y una capacidad pasmosa para deshacer el nudo más trabado jamás urdido por la coartada más ajustada jamás trenzada. Cada noche del lunes triunfa en La 1 y cada semana tiene más seguidores, adictos a esos cinco minutos finales en los que Laura desmonta punto por punto la coartada del asesino y todas las piezas sueltas encajan en una explicación racional.
Como el próximo lunes resolverá el último crimen de esta temporada le proponemos un caso para las vacaciones. Un caso menor que para ella será un juego de niños: averiguar por qué “Cuarto milenio” (domingo, noche, en Cuatro) se enfrenta, como Laura, cada día a un misterio, pero nunca, nunca, nunca, incluye esos cinco minutos finales en los que todo se resuelve y se ofrece una explicación racional y sensata del caso.
¿Será que los programadores cortan esos últimos cinco minutos para meter publicidad y nos dejan sin las sabias explicaciones de Íker Jiménez? ¿Será que cuando Íker va a explicar de una puñetera vez en su vida algún misterio de los suyos le da un ataque de tos o de risa y nos quedamos sin la explicación? ¿Será que Íker trabaja en la sombra para el gobierno en la sombra del mundo en la sombra y nunca explica nada porque nos quiere mantener en la ignorancia para alimentarse de nuestros cerebros, beber nuestra sangre o llevarnos abducidos al planeta Mongo? ¿O será que ni Íker ni ninguno de los de su gremio de vendedores de misterios sin resolver tienen ni idea de nada, no saben explicar nada y se inventan misterios de pacotilla para vivir de una retórica fácil, hueca y repetitiva? ¡Laura, por Dios, deja a los gemelos con la abuela y échanos una mano!
Como el próximo lunes resolverá el último crimen de esta temporada le proponemos un caso para las vacaciones. Un caso menor que para ella será un juego de niños: averiguar por qué “Cuarto milenio” (domingo, noche, en Cuatro) se enfrenta, como Laura, cada día a un misterio, pero nunca, nunca, nunca, incluye esos cinco minutos finales en los que todo se resuelve y se ofrece una explicación racional y sensata del caso.
¿Será que los programadores cortan esos últimos cinco minutos para meter publicidad y nos dejan sin las sabias explicaciones de Íker Jiménez? ¿Será que cuando Íker va a explicar de una puñetera vez en su vida algún misterio de los suyos le da un ataque de tos o de risa y nos quedamos sin la explicación? ¿Será que Íker trabaja en la sombra para el gobierno en la sombra del mundo en la sombra y nunca explica nada porque nos quiere mantener en la ignorancia para alimentarse de nuestros cerebros, beber nuestra sangre o llevarnos abducidos al planeta Mongo? ¿O será que ni Íker ni ninguno de los de su gremio de vendedores de misterios sin resolver tienen ni idea de nada, no saben explicar nada y se inventan misterios de pacotilla para vivir de una retórica fácil, hueca y repetitiva? ¡Laura, por Dios, deja a los gemelos con la abuela y échanos una mano!
12/7/11
GAMBERROS EN LOS SANFERMINES
Los gamberros lo estropean todo, no se paran ante nada. Incluso las fiestas más tradicionales, pensadas para el disfrute general desde tiempo inmemorial, tienen que fastidiarse con sus estúpidas ocurrencias: si hay una merienda campestre, inician una guerra de comida tirándose la empanada unos a otros; si hay un desfile popular por las calles del pueblo, empiezan unos a pedir agua bajo las ventanas y otros a tirar calderos repletos sobre los viandantes dando al traste con la tradición, con lo bonitas que son las tradiciones.
En los encierros de San Fermín pasa lo mismo. Todos los años lo podemos ver en la tele. Siempre hay unos cuantos que parece que solo disfrutan fastidiando a los demás. Será eso, que quieren salir en la tele para fanfarronear después delante de los suyos. Con lo hermoso que es ver una carrera rápida y limpia como manda la tradición, año tras año hay que aguantar a unos cuantos desaprensivos que no entienden la fiesta y se dedican a molestar a los demás parándose en medio del recorrido, cruzándose, volviendo hacia atrás, obstaculizando la carrera con su torpeza. Se crean así situaciones de peligro que nos tienen a todos en vilo pendientes de la pantalla. Y eso no es nada. Estarán de acuerdo conmigo en que los peores son unos desaprensivos que sueltan una manada de toros en cada carrera. ¡Toros! ¡Toros sueltos! Se viven situaciones terribles que las autoridades deberían atajar identificando a los gamberros que sueltan tan peligrosos animales entre los indefensos ciudadanos que solo quieren disfrutar de una inocente y sana tradición haciendo deporte en honor a su santo patrón.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad están para eso: para garantizar la seguridad. Pues que se apliquen con los gamberros que un año tras otro demuestran que no saben disfrutar de las tradiciones sin molestar a los demás. A ver si los pillan y dejan de soltar impunemente toros por la calle. ¡Toros por la calle! ¿Están locos o qué?
En los encierros de San Fermín pasa lo mismo. Todos los años lo podemos ver en la tele. Siempre hay unos cuantos que parece que solo disfrutan fastidiando a los demás. Será eso, que quieren salir en la tele para fanfarronear después delante de los suyos. Con lo hermoso que es ver una carrera rápida y limpia como manda la tradición, año tras año hay que aguantar a unos cuantos desaprensivos que no entienden la fiesta y se dedican a molestar a los demás parándose en medio del recorrido, cruzándose, volviendo hacia atrás, obstaculizando la carrera con su torpeza. Se crean así situaciones de peligro que nos tienen a todos en vilo pendientes de la pantalla. Y eso no es nada. Estarán de acuerdo conmigo en que los peores son unos desaprensivos que sueltan una manada de toros en cada carrera. ¡Toros! ¡Toros sueltos! Se viven situaciones terribles que las autoridades deberían atajar identificando a los gamberros que sueltan tan peligrosos animales entre los indefensos ciudadanos que solo quieren disfrutar de una inocente y sana tradición haciendo deporte en honor a su santo patrón.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad están para eso: para garantizar la seguridad. Pues que se apliquen con los gamberros que un año tras otro demuestran que no saben disfrutar de las tradiciones sin molestar a los demás. A ver si los pillan y dejan de soltar impunemente toros por la calle. ¡Toros por la calle! ¿Están locos o qué?
11/7/11
MOVER MONTAÑAS EN LA MOCHILA
El verano pasado TVE repuso “Un país en la mochila”, la impagable serie documental del irrepetible José Antonio Labordeta. En serio decíamos que había que hacer una versión actualizada y en broma nos ofrecíamos para hacer de Labordeta y recorrer los andurriales zampando todo el chorizo de la comarca y vino de la tierra que exigiera el guión. No hace falta volver a decirlo. TVE ya actualizó la serie, aunque, dita sea, no contó con nosotros para hacer de Labordeta. ¿Fueron Imanol Arias y Juan Echanove quienes protagonizaron la versión 2.0 de “Un país en la mochila” presentando “Un país para comérselo”? Pues casi, porque zamparon de lo lindo, pero no. El nuevo Labordeta fue José María Pérez 'Peridis', que, aunque no probó bocado, hizo la versión de “Un país en la mochila” que le hubiera gustado ver al ‘Abuelo’.
La serie de ‘Peridis’ se llama “Mover montañas”, consta de nueve episodios, se emitió el pasado invierno y entonces no le prestamos la atención que se merecía, dejando que pasara desapercibida sepultada en medio de la programación de tarde de La 2. Pues esta es la nuestra: ahora la reponen los sábados por la mañana y tenemos todo el tiempo del mundo para verla, grabarla o perseguirla en la “Televisión a la carta” de TVE. Realiza un recorrido por diferentes comarcas españolas en las que se está fraguando lo que será la vida rural del siglo XXI. Casas de piedra, amplios paisajes, nuevos proyectos e ilusión a raudales. Denle una oportunidad.
Y no se entristezcan porque ‘Peridis’ haya abandonado la línea que marcó con su inolvidable serie “Mil años de Románico” (actualmente se reemite en las mañanas de La 2 de lunes a viernes). Intentaremos convencer a RTVE para que nos deje a nosotros continuar con “Mil doscientos años de Prerrománico”, “Setecientos años de Gótico”, “Quinientos años de Renacimiento”, “Cien años de Modernismo”, o lo que sea. Y si cuela, cuela.
La serie de ‘Peridis’ se llama “Mover montañas”, consta de nueve episodios, se emitió el pasado invierno y entonces no le prestamos la atención que se merecía, dejando que pasara desapercibida sepultada en medio de la programación de tarde de La 2. Pues esta es la nuestra: ahora la reponen los sábados por la mañana y tenemos todo el tiempo del mundo para verla, grabarla o perseguirla en la “Televisión a la carta” de TVE. Realiza un recorrido por diferentes comarcas españolas en las que se está fraguando lo que será la vida rural del siglo XXI. Casas de piedra, amplios paisajes, nuevos proyectos e ilusión a raudales. Denle una oportunidad.
Y no se entristezcan porque ‘Peridis’ haya abandonado la línea que marcó con su inolvidable serie “Mil años de Románico” (actualmente se reemite en las mañanas de La 2 de lunes a viernes). Intentaremos convencer a RTVE para que nos deje a nosotros continuar con “Mil doscientos años de Prerrománico”, “Setecientos años de Gótico”, “Quinientos años de Renacimiento”, “Cien años de Modernismo”, o lo que sea. Y si cuela, cuela.
10/7/11
POR FAVOR
Por favor, avise a alguien que avise a alguien que avise a alguien que avise a alguien que avise a alguien que avise a la madre de Goyo González de que su hijo trabaja en la tele. Y, ya puestos, avise a alguien que avise a alguien que avise a alguien que avise a alguien que avise a alguien que avise a las madres de Dani Rovira, Lorena Castell, Raúl Pérez y los demás colaboradores de “No le digas a mamá que trabajo en la tele” de que sus hijos trabajan en la tele. Dicen que cualquier persona está conectada con cualquier otra a través de una media de seis intermediarios. A ver si funciona.
El pasado lunes estos señores estrenaron un nuevo programa diario en las sobremesas de Cuatro y la cosa les va de mal en peor. Es un espacio en plan jijí-jajá como era su predecesor “Tonterías las justas”, así que el día del estreno tuvo a los seguidores habituales de Flo a ver si seguía eficazmente el habitual jijí-jajá. Ya tenemos el resultado: No. De casi 600.000 espectadores en su estreno, fueron perdiendo audiencia día a día y el viernes se tuvieron que conformar con 373.000, el 2,8% de cuota de pantalla. Eso es menos de la mitad de la audiencia media de Cuatro, así que la duda está ahora en saber si la joven cadena aprendiz de Telecinco va a permitir unos días más de descalabro o va a portarse como una aventajada aprendiz.
“Aquí las hostias las vamos a dar de verdad”, dijo Goyo Jiménez antes del estreno cuando le preguntaron por las diferencias entre el nuevo programa y “Tonterías las justas”. Cumplieron su palabra nada más llegar dándose una buena. Ahora, la única salvación es que las mamás del equipo se enteren de que sus hijos trabajan en la tele y avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que, por favor, vean “NLDAMQTELT”.
El pasado lunes estos señores estrenaron un nuevo programa diario en las sobremesas de Cuatro y la cosa les va de mal en peor. Es un espacio en plan jijí-jajá como era su predecesor “Tonterías las justas”, así que el día del estreno tuvo a los seguidores habituales de Flo a ver si seguía eficazmente el habitual jijí-jajá. Ya tenemos el resultado: No. De casi 600.000 espectadores en su estreno, fueron perdiendo audiencia día a día y el viernes se tuvieron que conformar con 373.000, el 2,8% de cuota de pantalla. Eso es menos de la mitad de la audiencia media de Cuatro, así que la duda está ahora en saber si la joven cadena aprendiz de Telecinco va a permitir unos días más de descalabro o va a portarse como una aventajada aprendiz.
“Aquí las hostias las vamos a dar de verdad”, dijo Goyo Jiménez antes del estreno cuando le preguntaron por las diferencias entre el nuevo programa y “Tonterías las justas”. Cumplieron su palabra nada más llegar dándose una buena. Ahora, la única salvación es que las mamás del equipo se enteren de que sus hijos trabajan en la tele y avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que avisen a sus conocidos para que, por favor, vean “NLDAMQTELT”.
9/7/11
CABRIOLAS, AROS EN LLAMAS Y TARTAS DE MERENGUE
Al fin ha ocurrido: Jorge Javier Vázquez, mira que estaba avisado, ha terminado por meter sus lindos zapatos de charol en la mierda del estercolero en el que trabaja. Y vistos los buenos datos de audiencia que está consiguiendo Telecinco con el nuevo paso hacia el abismo que ensayó el jueves por la noche en “Supervivientes”, Jorgito corre peligro de acabar sumergido en porquería hasta las trancas.
Pero bueno, Jorgito, ¿cómo se te ocurre llamar a Aída Nízar hija de puta? ¿En qué cabeza cabe enfrentarse a su madre y echarla del plató? ¿No hubiera sido mejor que siguieras al margen de las trifulcas mientras los demás gritaban y se insultaban? En el circo (trabajas en el circo, que no se te olvide) el jefe de pista dirige y anima el cotarro, pero las cabriolas y los saltos mortales los hacen otros: siempre es mejor que sean los demás los que tropiecen y se partan el cuello. En la jaula de fieras (trabajas en una jaula de fieras, que lo sepas) el domador da latigazos y sujeta el aro en llamas, pero los rugidos y los saltos los dan otros: son fieras salvajes a las que hay que saber manejar sin mezclarse con ellas. Jorgito, por lo que más quieras, no abandones tu cómodo papel de payaso listo, deja que sean otros los que se tiran tartas y dan trompazos.
Porque, cuidadín Javierín, una cosa es ser el jefe de pista, el domador de fieras, el payaso listo, y otra es ser el dueño del circo. El dueño te explicará en su despacho que Aída la engreída puede ser una hija de puta, pero es vuestra hija de puta; que puedes echar a su madre del plató, pero no dejará que se vaya mientras su presencia sea rentable. Y reza para que no ordene que el jefe de pista, el domador de fieras, el payaso listo, en lo sucesivo se sume al espectáculo haciendo cabriolas, saltando aros en llamas y lanzando tartas de merengue.
Pero bueno, Jorgito, ¿cómo se te ocurre llamar a Aída Nízar hija de puta? ¿En qué cabeza cabe enfrentarse a su madre y echarla del plató? ¿No hubiera sido mejor que siguieras al margen de las trifulcas mientras los demás gritaban y se insultaban? En el circo (trabajas en el circo, que no se te olvide) el jefe de pista dirige y anima el cotarro, pero las cabriolas y los saltos mortales los hacen otros: siempre es mejor que sean los demás los que tropiecen y se partan el cuello. En la jaula de fieras (trabajas en una jaula de fieras, que lo sepas) el domador da latigazos y sujeta el aro en llamas, pero los rugidos y los saltos los dan otros: son fieras salvajes a las que hay que saber manejar sin mezclarse con ellas. Jorgito, por lo que más quieras, no abandones tu cómodo papel de payaso listo, deja que sean otros los que se tiran tartas y dan trompazos.
Porque, cuidadín Javierín, una cosa es ser el jefe de pista, el domador de fieras, el payaso listo, y otra es ser el dueño del circo. El dueño te explicará en su despacho que Aída la engreída puede ser una hija de puta, pero es vuestra hija de puta; que puedes echar a su madre del plató, pero no dejará que se vaya mientras su presencia sea rentable. Y reza para que no ordene que el jefe de pista, el domador de fieras, el payaso listo, en lo sucesivo se sume al espectáculo haciendo cabriolas, saltando aros en llamas y lanzando tartas de merengue.
8/7/11
CRECER SIN BELLEZA
Supongo que la fusión de Cuatro con Telecinco es buena para las cuentas de PRISA, Mediaset, Telefónica, Mediobanca, J. P. Morgan y el ejército de consejeros delegados que dirigen el negocio televisivo como si fuera una enorme hamburguesería. Vale. Cuatro y Telecinco venden hamburguesas para los ojos y sus consejeros delegados sólo pretenden ganar todo el dinero que puedan. De acuerdo. Supongo también que el acuerdo empresarial entre Cuatro y Telecinco permitirá que Cuatro crezca en audiencia y en ingresos publicitarios, que es el único objetivo de los consejeros delegados. Bien. Pero hay formas y formas de crecer. Parece que Cuatro ha elegido el crecimiento sin belleza.
Si han tenido la mala puntería de toparse con el concurso “¡Mójate!”, presentado por Marbelys Zamora y Rafa Méndez, seguro que se han acordado de Jesús Gil y sus “Noches de tal y tal”, de las “Mama Chicho” y de la horrible estética (de ética ni hablamos) que durante tanto tiempo supuró Telecinco. Se puede crecer de forma caótica, ruidosa, desquiciada y fascinante, como esa Atenas que desde lejos parece una ciudad de sal, y también se puede crecer de forma caótica, ruidosa, desquiciada y fea, como tantos lugares del Mediterráneo español, como Telecinco en sus inicios y como esta nueva etapa empresarial de Cuatro. “¡Mójate!” es un insulto al medio televisivo, a los espectadores, al verano, a las piscinas, a la música y al universo. Esos seres humanos moviendo sus cuerpos mientras suena una música que seguro que es la misma que acompaña a Hitler en el infierno, esos chapuzones patéticos, esos primeros planos de las partes más sabrosas de la anatomía de los concursantes, esos presentadores que insisten en que un tipo ultratatuado mueva el “paquetón”, esa estética que avergonzaría a Jesús Gil y esas coreografías que espantarían a la “Mama chicho” menos exigente, hacen de “¡Mójate!” un desierto y de Cuatro una ciudad de vacaciones sin alma.
Creceréis, pero no convenceréis.
Si han tenido la mala puntería de toparse con el concurso “¡Mójate!”, presentado por Marbelys Zamora y Rafa Méndez, seguro que se han acordado de Jesús Gil y sus “Noches de tal y tal”, de las “Mama Chicho” y de la horrible estética (de ética ni hablamos) que durante tanto tiempo supuró Telecinco. Se puede crecer de forma caótica, ruidosa, desquiciada y fascinante, como esa Atenas que desde lejos parece una ciudad de sal, y también se puede crecer de forma caótica, ruidosa, desquiciada y fea, como tantos lugares del Mediterráneo español, como Telecinco en sus inicios y como esta nueva etapa empresarial de Cuatro. “¡Mójate!” es un insulto al medio televisivo, a los espectadores, al verano, a las piscinas, a la música y al universo. Esos seres humanos moviendo sus cuerpos mientras suena una música que seguro que es la misma que acompaña a Hitler en el infierno, esos chapuzones patéticos, esos primeros planos de las partes más sabrosas de la anatomía de los concursantes, esos presentadores que insisten en que un tipo ultratatuado mueva el “paquetón”, esa estética que avergonzaría a Jesús Gil y esas coreografías que espantarían a la “Mama chicho” menos exigente, hacen de “¡Mójate!” un desierto y de Cuatro una ciudad de vacaciones sin alma.
Creceréis, pero no convenceréis.
7/7/11
SICILIA Y EL UNIVERSO
Sólo una cadena como La 2 es capaz de llevarnos de viaje por la mañana a Sicilia en “Paraísos cercanos” y, en la madrugada, trasportarnos hasta el infinito y más allá en el documental “Viaje a los confines del universo”. Es cierto que Sicilia está muy cerquita de nosotros y los confines del universo están muy lejos, pero algo tiene La 2 cuando consigue que los espectadores paseemos por Palermo como si estuviéramos en una galaxia muy lejana y que veamos los límites del universo como si nos encontráramos en el Valle de los Templos en Agrigento. Ese algo que tiene La 2 es el mismo algo que tenía Issac Newton.
Newton mostró que el comportamiento de los planetas merece tanta admiración y tanto asombro como el de la piedra que cae, pero no más. Cuando la caída de la piedra y el movimiento del planeta se consideraban de forma separada, la una parecía natural porque se observaba cotidianamente y el otro parecía milagroso porque es de observación poco vulgar. Newton, como dice L.W.H. Hull, descubrió que el movimiento del planeta y la caída de la piedra son calculables según las mismas leyes, y entonces el movimiento del planeta deja de ser milagroso. La 2 nos muestra todos los días que una playa a los pies de las ruinas de un templo griego merece tanta admiración como una estrella escondida en una galaxia. Un pueblo llamado Corleone puede parecer hermosamente natural porque estamos acostumbrados a observar ese nombre cotidianamente en películas como “El padrino”, mientras que el majestuoso silencio del cosmos parece milagroso. Por eso cuando pensamos en Corleone se nos viene a la cabeza un mafioso con la cara de Marlon Brando a punto de ofrecernos una oferta que no podremos rechazar, mientras que echar un vistazo al universo es una invitación a pensar en Dios o en las leyes de Kepler.
La 2 nos muestra que los confines del universo en la madrugada son tan fascinantes como los paisajes de Sicilia por la mañana, pero no más.
Newton mostró que el comportamiento de los planetas merece tanta admiración y tanto asombro como el de la piedra que cae, pero no más. Cuando la caída de la piedra y el movimiento del planeta se consideraban de forma separada, la una parecía natural porque se observaba cotidianamente y el otro parecía milagroso porque es de observación poco vulgar. Newton, como dice L.W.H. Hull, descubrió que el movimiento del planeta y la caída de la piedra son calculables según las mismas leyes, y entonces el movimiento del planeta deja de ser milagroso. La 2 nos muestra todos los días que una playa a los pies de las ruinas de un templo griego merece tanta admiración como una estrella escondida en una galaxia. Un pueblo llamado Corleone puede parecer hermosamente natural porque estamos acostumbrados a observar ese nombre cotidianamente en películas como “El padrino”, mientras que el majestuoso silencio del cosmos parece milagroso. Por eso cuando pensamos en Corleone se nos viene a la cabeza un mafioso con la cara de Marlon Brando a punto de ofrecernos una oferta que no podremos rechazar, mientras que echar un vistazo al universo es una invitación a pensar en Dios o en las leyes de Kepler.
La 2 nos muestra que los confines del universo en la madrugada son tan fascinantes como los paisajes de Sicilia por la mañana, pero no más.
6/7/11
SOLUCIÓN FINAL EN ATOCHA
Siete años después de la matanza de Atocha, lo sabemos todo de los terroristas que planearon y ejecutaron el atentado que acabó con la vida de 191 personas. Sabemos por qué lo hicieron y cómo lo hicieron. Sabemos cómo consiguieron el explosivo para fabricar las bombas, cómo introdujeron las mochilas en los trenes y hasta sabemos cómo Suárez Trashorras, ese imbécil absoluto, y Rafá Zouhier, ese absoluto imbécil, cambiaban explosivos por droga como quien cambia cromos de la Liga de fútbol. Sabemos que Jahmal Ahmidan, apodado “El chino”, debería estar en el infierno si hubiera un infierno, aunque probablemente no esté en ninguna parte. A pesar de lo que digan los interesados en mantener teorías que sonrojarían a Mulder y Scully, sabemos lo que pasó en el 11-M. Pero no sabemos casi nada de las 191 víctimas.
Telecinco estrenó el lunes “11-M”, una miniserie que reconstruye el antes y el durante del 11-M y que pone cara y vida a los que sufrieron las bombas, el fanatismo y la ignorancia de unos pocos. Sin sangre. Sin aspavientos. Sin trenes retorcidos y cuerpos destrozados. No es una miniserie de acción y misterio. Es la disección de un atentado y la oportunidad de recordar a las personas que perdieron la vida en un tren que no iba hacia el norte, como los de Sabina, sino hacia la vida cotidiana. Como el sabor de una fabada hecha con cariño y buenos productos o la felicidad de un niño que se baña en el mar vigilado por sus padres, el respeto a los hechos y a las víctimas está garantizado en una serie bien realizada, mejor pensada y excelentemente resuelta. La pregunta es si siete años son suficientes para soportar la brutalidad del 11-M. Todavía hoy es difícil ver sin desmoronarse una película como “La solución final”, que reconstruye la conferencia de Wannsee (20 de enero de 1942) donde se decidió la llamada “solución final” contra la población judía en Europa. ¿Podemos soportar la reconstrucción de la solución final de Atocha sólo siete años después de los atentados terroristas del 11-M?
En dos capítulos de 80 minutos cada uno, “11-M” nos pone a prueba.
Telecinco estrenó el lunes “11-M”, una miniserie que reconstruye el antes y el durante del 11-M y que pone cara y vida a los que sufrieron las bombas, el fanatismo y la ignorancia de unos pocos. Sin sangre. Sin aspavientos. Sin trenes retorcidos y cuerpos destrozados. No es una miniserie de acción y misterio. Es la disección de un atentado y la oportunidad de recordar a las personas que perdieron la vida en un tren que no iba hacia el norte, como los de Sabina, sino hacia la vida cotidiana. Como el sabor de una fabada hecha con cariño y buenos productos o la felicidad de un niño que se baña en el mar vigilado por sus padres, el respeto a los hechos y a las víctimas está garantizado en una serie bien realizada, mejor pensada y excelentemente resuelta. La pregunta es si siete años son suficientes para soportar la brutalidad del 11-M. Todavía hoy es difícil ver sin desmoronarse una película como “La solución final”, que reconstruye la conferencia de Wannsee (20 de enero de 1942) donde se decidió la llamada “solución final” contra la población judía en Europa. ¿Podemos soportar la reconstrucción de la solución final de Atocha sólo siete años después de los atentados terroristas del 11-M?
En dos capítulos de 80 minutos cada uno, “11-M” nos pone a prueba.
PEAZO ACTORACO
¿Y si Jesús Vázquez en verdad eligió equivocadamente la profesión de presentador televisivo cuando en realidad está malgastando un impresionante talento dramático para la interpretación? ¿Vieron ustedes el pasado lunes, durante la primera entrega del nuevo concurso “Uno para ganar”, la extraordinaria actuación que realizó dando vida a un presentador al que realmente le está interesando el programa que presenta? ¿No fue prodigioso? ¿Al Pacino hubiera sido capaz de fingir con tanta credibilidad una explosión de jubilosa alegría al comprobar que la concursante ha sido capaz de llevar una galleta desde su frente hasta su boca moviendo únicamente los músculos de la jeta? ¿Supera en algo la complejidad emocional que despliega Jack Lemmon en “Días de vino y rosas” a la trascendencia solemne aunque íntima con la que Vázquez describía la épica de la situación mientras a su espalda un concursante intentaba enganchar unas llaves en un clip que colgaba de un hilo que sujetaba con la boca? ¿Paul Newman? ¿Quién es ese pringao? ¿Podría Paul Newman haber presentado un concurso tan malísimamente espantosísimo, -la RAE no permite colocar dos superlativos juntos, pero esa norma se creó antes de la existencia de “Uno para ganar”-, y haber dado la impresión al espectador de que le parece un concurso excelente?
Es posible que Jesús Vázquez sea un magnífico presentador de programas tontitos. Pero es seguro que es un peazo actoraco del que podrían aprender muchas cosas Antonio Banderas o Javier Bardem. Es de elemental justicia crear una nueva categoría en los Premios de la Academia de Televisión del próximo año, -Premio al Presentador que Lleva Toda una Vida Disimulando Mejor la Porquería de Programas que le Toca Presentar-, que, obviamente, ganaría el conductor de “Allá tú”, “La guillotina”, “Guerra de sesos” y, ahora, “Uno para ganar”. Recogería el premio con alegría y agradecimiento. Y seguramente en ese momento no estaría interpretando un papel.
Es posible que Jesús Vázquez sea un magnífico presentador de programas tontitos. Pero es seguro que es un peazo actoraco del que podrían aprender muchas cosas Antonio Banderas o Javier Bardem. Es de elemental justicia crear una nueva categoría en los Premios de la Academia de Televisión del próximo año, -Premio al Presentador que Lleva Toda una Vida Disimulando Mejor la Porquería de Programas que le Toca Presentar-, que, obviamente, ganaría el conductor de “Allá tú”, “La guillotina”, “Guerra de sesos” y, ahora, “Uno para ganar”. Recogería el premio con alegría y agradecimiento. Y seguramente en ese momento no estaría interpretando un papel.
5/7/11
NUNCA DIGAS QUE NO TE PONDRÁS PELUQUÍN
El título de la película “Nunca digas nunca jamás” (domingo, La Sexta) es un buen chiste. Sean Connery, el mejor agente 007 con licencia para matar, estaba tan harto del personaje que decidió no volver a interpretarlo jamás. Y así fue… hasta que el productor Kevin McClory puso encima de la mesa unos cuantos millones de dólares. Nunca digas que nunca jamás dejarás el Barça por el Madrid (hola, Figo, ¿cómo va eso?). Nunca digas que nunca jamás verás una aburrida carrera de Fórmula 1 (llegó Fernando Alonso y todos aprendimos a decir “pit lane”) o una aburrida competición de golf (llegó Seve Ballesteros y el “swing” pasó a significar otra cosa mucho peor). Nunca digas que nunca jamás volverás a emocionarte con esa chorrada del festival de Eurovisión (Rosa cantó “Europe´s living a celebration” y nadie dudaba de que Massiel y Salomé tendrían compañía). Nunca digas que nunca jamás Telecinco emitirá una película de Ingmar Bergman un sábado por la tarde (ehhh… bueno…). Recordemos a Sean Connery.
Si Sean Connery volvió a meterse en el elegante traje de James Bond y se atrevió a ponerse un peluquín después de lucir una calva majestuosa en “El hombre que pudo reinar”, “El viento y el león” y “Robin y Marian”, entonces puede que Buenafuente fiche por Intereconomía, que el Stan de “Padre made in USA” abandone la CIA y se convierta en un peligroso liberal, que Ana Blanco se rice el pelo o que cada capítulo de la serie “Falling Skies” (TNT) no deje en el paladar del espectador un gusto a decepción. Puede que Steven Spielberg, productor de “Falling Skies”, necesite lo contrario de lo que le hizo falta a Sean Connery para que decidiera protagonizar “Nunca digas nunca jamás”. Menos dinero. Decía el gran Ray Harrihausen que la fantasía debía tener la apariencia de un sueño, porque si la fantasía parece real estás matando su esencia. El esfuerzo por dar realismo a las previsibles tribulaciones postapocalípticas de ese profesor de historia metido a guerrillero está matando la esencia de lo que debería ser una fantástica serie de ciencia-ficción. Estoy casi decidido a no ver el capítulo 3 de “Falling Skies”, pero creo que terminaré por ponerme el peluquín.
Si Sean Connery volvió a meterse en el elegante traje de James Bond y se atrevió a ponerse un peluquín después de lucir una calva majestuosa en “El hombre que pudo reinar”, “El viento y el león” y “Robin y Marian”, entonces puede que Buenafuente fiche por Intereconomía, que el Stan de “Padre made in USA” abandone la CIA y se convierta en un peligroso liberal, que Ana Blanco se rice el pelo o que cada capítulo de la serie “Falling Skies” (TNT) no deje en el paladar del espectador un gusto a decepción. Puede que Steven Spielberg, productor de “Falling Skies”, necesite lo contrario de lo que le hizo falta a Sean Connery para que decidiera protagonizar “Nunca digas nunca jamás”. Menos dinero. Decía el gran Ray Harrihausen que la fantasía debía tener la apariencia de un sueño, porque si la fantasía parece real estás matando su esencia. El esfuerzo por dar realismo a las previsibles tribulaciones postapocalípticas de ese profesor de historia metido a guerrillero está matando la esencia de lo que debería ser una fantástica serie de ciencia-ficción. Estoy casi decidido a no ver el capítulo 3 de “Falling Skies”, pero creo que terminaré por ponerme el peluquín.
4/7/11
HOMERO CON TROMPETA
Cuentan que cuando le preguntaron a Temístocles que si preferiría haber sido Homero o Aquiles, el político y general ateniense contestó con otra pregunta: “¿Y tú quién preferirías ser, el vencedor de Olimpia o el trompetero que anuncia las proezas de un atleta en los Juegos?”. Queda claro que Temístocles elegiría ser Aquiles antes que Homero, y vencedor de Olimpia antes que trompetero. Pero Aquiles no habría sido digno de ser interpretado por Brad Pitt si Homero no hubiera cantado sus hazañas, del mismo modo que el gol de Maradona a Inglaterra (aunque no fue en unos Juegos Olímpicos, sino en el Mundial de México de 1986) no habría sido lo mismo sin la narración de Víctor Hugo Morales (“Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste, para dejar en el camino a tanto inglés?”).
No todos podemos ser Aquiles o Maradona, pero tampoco es fácil ser Homero o Víctor Hugo Morales. Angela Merkel, Barack Obama y hasta Silvio Berlusconi son protagonistas de la historia, pero necesitamos las trompetas de un Iñaki Gabilondo o una Ana Pastor para que los espectadores (seguimos siendo una raza de espectadores, como los griegos) nos enteremos de quién juega y quién marca los goles. Aunque es cierto que el Movimiento 15-M nos ha mostrado que, además de escuchar a los trompeteros, es imprescindible salir de casa y tratar de ser pequeños Aquiles ante las murallas de Troya, programas como “Informe Semanal”, trompeteros como Ana Blanco o Buenafuente y reporteras como Almudena Ariza, ganadores de los Premios de la Academia de la Televisión al mejor programa informativo, mejor presentador de programas informativos, mejor presentador de programas de entretenimiento y mejor reportero, son tan necesarios como Víctor Hugo Morales y su “barrilete cósmico”.
Los indignados de Sol o de la plaza Sintagma de Atenas son como Aquiles en zapatillas, y la televisión debe aspirar a ser Homero con trompeta y sin la ayuda de hexámetros dactílicos. Ojalá los ciudadanos podamos meter un gol histórico a estos tiempos de mercado y deuda soberana, y que un Víctor Hugo Morales pueda contarlo como si se tratara del gol de Maradona a Inglaterra.
No todos podemos ser Aquiles o Maradona, pero tampoco es fácil ser Homero o Víctor Hugo Morales. Angela Merkel, Barack Obama y hasta Silvio Berlusconi son protagonistas de la historia, pero necesitamos las trompetas de un Iñaki Gabilondo o una Ana Pastor para que los espectadores (seguimos siendo una raza de espectadores, como los griegos) nos enteremos de quién juega y quién marca los goles. Aunque es cierto que el Movimiento 15-M nos ha mostrado que, además de escuchar a los trompeteros, es imprescindible salir de casa y tratar de ser pequeños Aquiles ante las murallas de Troya, programas como “Informe Semanal”, trompeteros como Ana Blanco o Buenafuente y reporteras como Almudena Ariza, ganadores de los Premios de la Academia de la Televisión al mejor programa informativo, mejor presentador de programas informativos, mejor presentador de programas de entretenimiento y mejor reportero, son tan necesarios como Víctor Hugo Morales y su “barrilete cósmico”.
Los indignados de Sol o de la plaza Sintagma de Atenas son como Aquiles en zapatillas, y la televisión debe aspirar a ser Homero con trompeta y sin la ayuda de hexámetros dactílicos. Ojalá los ciudadanos podamos meter un gol histórico a estos tiempos de mercado y deuda soberana, y que un Víctor Hugo Morales pueda contarlo como si se tratara del gol de Maradona a Inglaterra.
3/7/11
SILVESTER STALLONE ES URUGUAYO
No soporto a Sandra Bullock (perdóname, Koothrappali). No me hace gracia Silvester Stallone. No entiendo a Wesley Snipes. Y, sin embargo, me gusta “Demolition man” (viernes, TVE-1). No llego al extremo de decir que “Demolition man” es una actualización de “El dormilón” de Woody Allen, pero reconozco que soporto bien las muecas de Sandra Bullock vestida de policía, me hace gracia la cara de despiste de Stallone cuando despierta en el año 2032, y entiendo el gamberrismo de Snipes en un mundo en el que están prohibidos los besos, hay un Estatuto de Moralidad Verbal y no existe el papel higiénico. Pues sí, me gusta “Demolition man”. ¿Qué pasa? ¿Usted no tiene debilidades irracionales?
También me gusta la selección de Uruguay, así que veré la Copa América (Canal+ Liga) más pendiente de Forlán que de Messi o Neymar. Creo que la selección de Uruguay es el “Demolition man” del fútbol americano. Las aventuras de John Spartan en la ciudad de San Ángeles y del equipo de Óscar Tabárez en la Copa América son algo parecido al descubrimiento de los números irracionales por parte de los pitagóricos, que tenían prohibido revelar su existencia porque introducían un factor de desorden en el orden del cosmos. “Demolition man” y la selección uruguaya son irracionales porque una película que mezcla ciencia-ficción, acción y comedia protagonizada por Stallone y Bullock es tan inconmensurable como la diagonal del cuadrado con los lados, y una selección tan poco glamurosa (pero con tantos títulos de la Copa América como Argentina) de un país pequeñito que hace décadas que no gana un gran título es tan inextensa como el punto geométrico, como consecuencia de la infinita divisibilidad de las magnitudes uruguayas y geométricas. El orden está muy bien. Pero los números irracionales, John Spartan y la selección de Uruguay molan.
Si, tras ser descongelado, John Spartan se despertara vestido de azul celeste y compartiendo delantera con Forlán, Cavani y Suárez, los pitagóricos se darían a la bebida y Messi se echaría a temblar. ¿Ciencia-ficción? Ya veremos.
También me gusta la selección de Uruguay, así que veré la Copa América (Canal+ Liga) más pendiente de Forlán que de Messi o Neymar. Creo que la selección de Uruguay es el “Demolition man” del fútbol americano. Las aventuras de John Spartan en la ciudad de San Ángeles y del equipo de Óscar Tabárez en la Copa América son algo parecido al descubrimiento de los números irracionales por parte de los pitagóricos, que tenían prohibido revelar su existencia porque introducían un factor de desorden en el orden del cosmos. “Demolition man” y la selección uruguaya son irracionales porque una película que mezcla ciencia-ficción, acción y comedia protagonizada por Stallone y Bullock es tan inconmensurable como la diagonal del cuadrado con los lados, y una selección tan poco glamurosa (pero con tantos títulos de la Copa América como Argentina) de un país pequeñito que hace décadas que no gana un gran título es tan inextensa como el punto geométrico, como consecuencia de la infinita divisibilidad de las magnitudes uruguayas y geométricas. El orden está muy bien. Pero los números irracionales, John Spartan y la selección de Uruguay molan.
Si, tras ser descongelado, John Spartan se despertara vestido de azul celeste y compartiendo delantera con Forlán, Cavani y Suárez, los pitagóricos se darían a la bebida y Messi se echaría a temblar. ¿Ciencia-ficción? Ya veremos.
2/7/11
NADAL, CAMERON Y SABINA
En los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896, los primeros de la era moderna, cualquier deportista (eso sí, de sexo masculino) se podía inscribir y participar a título personal, puesto que todavía no funcionaba el sistema de equipos por países. John Boland, un estudiante irlandés que estaba de turismo en Atenas, se enteró de que iba a celebrarse en la capital ateniense un gran espectáculo deportivo y, como tenía una raqueta de tenis, se inscribió. Hasta ahí, todo casi normal. Lo asombroso, probablemente hasta para el mismo Boland, es que el estudiante irlandés ganó una medalla olímpica.
El campeonato de tenis de Wimbledon (Canal +), el más antiguo del mundo, se juega en hierba, los jugadores (y jugadoras) visten completamente de blanco y un nuevo John Boland tendría las mismas oportunidades de jugar en la pista central que Obélix de sentarse en el senado de Roma junto a Julio César. Qué lastima. Sería estupendo ver a Obélix pisando el mármol del Senado y a John Boland ganarle un set a Nadal. Y lo que ocurre en Wimbledon vale también para programas como “El hormiguero” (Cuatro, hasta antesdeayer). El programa de Pablo Motos no se juega en hierba, pero sólo está abierto a grandes “tenistas” como Cameron Díaz. ¿Alguien se imagina a Juan José Millás entrevistando a un turista irlandés que en ese momento pasaba unos días en Madrid? Pues no. Millás entrevista a Joaquín Sabina, Iñaki Gabilondo entrevista a Mario Vargas Llosa y Wimbledon se rinde a Nadal.
Nadal puede aparecer en un programa como “El hormiguero” o ser entrevistado por Millás, pero ni Cameron Díaz ni Joaquín Sabina pueden jugar un partido en Wimbledon. ¿Por qué? Porque parece más difícil ser el mejor tenista del mundo que una actriz guapísima o un tipo capaz de escribir canciones exactas. John Boland no podrá ganar una medalla en los Juegos Olímpicos de Londres ni jugar en Wimbledon, pero puede intentar protagonizar una peliculilla que necesite un poco de promoción o escribir “Así estoy yo sin ti”. Y el caso es que cuando uno se pierde en los ojos de Cameron Díaz y en los versos de Sabina, hasta ganar un partido a Nadal en la pista central de Wimbledon parece fácil.
El campeonato de tenis de Wimbledon (Canal +), el más antiguo del mundo, se juega en hierba, los jugadores (y jugadoras) visten completamente de blanco y un nuevo John Boland tendría las mismas oportunidades de jugar en la pista central que Obélix de sentarse en el senado de Roma junto a Julio César. Qué lastima. Sería estupendo ver a Obélix pisando el mármol del Senado y a John Boland ganarle un set a Nadal. Y lo que ocurre en Wimbledon vale también para programas como “El hormiguero” (Cuatro, hasta antesdeayer). El programa de Pablo Motos no se juega en hierba, pero sólo está abierto a grandes “tenistas” como Cameron Díaz. ¿Alguien se imagina a Juan José Millás entrevistando a un turista irlandés que en ese momento pasaba unos días en Madrid? Pues no. Millás entrevista a Joaquín Sabina, Iñaki Gabilondo entrevista a Mario Vargas Llosa y Wimbledon se rinde a Nadal.
Nadal puede aparecer en un programa como “El hormiguero” o ser entrevistado por Millás, pero ni Cameron Díaz ni Joaquín Sabina pueden jugar un partido en Wimbledon. ¿Por qué? Porque parece más difícil ser el mejor tenista del mundo que una actriz guapísima o un tipo capaz de escribir canciones exactas. John Boland no podrá ganar una medalla en los Juegos Olímpicos de Londres ni jugar en Wimbledon, pero puede intentar protagonizar una peliculilla que necesite un poco de promoción o escribir “Así estoy yo sin ti”. Y el caso es que cuando uno se pierde en los ojos de Cameron Díaz y en los versos de Sabina, hasta ganar un partido a Nadal en la pista central de Wimbledon parece fácil.
1/7/11
GAVILANES Y EVALUNAS
Las telenovelas están agazapadas. Fingen ser inofensivas y hacen poco ruido. Se pasean humildemente entre los demás programas y han conseguido dar la sensación de que nunca supondrán ningún peligro para ellos. Pero no es así. De madrugada, cuando nadie está atento, se reúnen y planean meticulosamente su asalto a la programación de la televisión española. Forman comisiones, se reparten los papeles y acuerdan cómo van a ir infiltrándose sutilmente por todas partes. Ayer terminaron de golpe “El hormiguero”, “El intermedio”, “Tonterías las justas”, “España directo” y “Buenafuente”. Algunos de esos programas volverán en otras cadenas después del verano, otros volverán en sus cadenas de origen, otros no volverán. Pero todos dejan un hueco por el que van a empezar a colarse los culebrones latinoamericanos. Disimuladamente. Sin llamar la atención. Insidiosamente. Como siempre son las invasiones y las enfermedades más difíciles de combatir.
Han sabido mutar y adaptarse a los nuevos tiempos. Ya no tienen esa estética uveacheésica que se aprecia en los registros fósiles de “Cristal” o “La dama de rosa”. Los galanes no llevan hombreras. Las cándidas chicas inocentes y las malvadas arpías robahombres no se cardan el pelo. Ahora están todos buenísimos y sus cuerpos tienen calidad blue-ray. Pero son la misma especie parásita. TVE anunció hace pocos días que el espacio que ocupaba “España directo” pasará a estar cubierto por telenovelas. Nadie le dio importancia. La marcha de “Buenafuente” dinamita toda la parrila de laSexta 2, se lleva por delante el debate diario “Al rojo vivo” y hace que la cadena cambie por completo su perfil. Ahora se llama “laSexta 2 Todo Novelas”. Nadie le da importancia.
Pero ellas se sonríen con disimulo. Comprueban que nadie las está viendo y celebran con euforia el cumplimiento exacto de sus planes de dominación. Saben que hoy es una hora de la televisión pública. Manaña una cadena entera de la TDT. Y después... ¡la televisión española entera puesta a los pies de gavilanes y evalunas!
Han sabido mutar y adaptarse a los nuevos tiempos. Ya no tienen esa estética uveacheésica que se aprecia en los registros fósiles de “Cristal” o “La dama de rosa”. Los galanes no llevan hombreras. Las cándidas chicas inocentes y las malvadas arpías robahombres no se cardan el pelo. Ahora están todos buenísimos y sus cuerpos tienen calidad blue-ray. Pero son la misma especie parásita. TVE anunció hace pocos días que el espacio que ocupaba “España directo” pasará a estar cubierto por telenovelas. Nadie le dio importancia. La marcha de “Buenafuente” dinamita toda la parrila de laSexta 2, se lleva por delante el debate diario “Al rojo vivo” y hace que la cadena cambie por completo su perfil. Ahora se llama “laSexta 2 Todo Novelas”. Nadie le da importancia.
Pero ellas se sonríen con disimulo. Comprueban que nadie las está viendo y celebran con euforia el cumplimiento exacto de sus planes de dominación. Saben que hoy es una hora de la televisión pública. Manaña una cadena entera de la TDT. Y después... ¡la televisión española entera puesta a los pies de gavilanes y evalunas!
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