“Mahoma, el mensajero de Dios” (Moustapha Akkad, 1976), narra la agitada vida del fundador del Islam. Las creencias de esta religión impedían al director del filme presentar la imagen del Profeta. Ni siquiera su voz podía ser escuchada en ningún momento del metraje. De forma que Akkad se las ingenió para narrar la historia de Mahoma sin que en ningún momento apareciese Mahoma: la trama está contada a partir de personajes secundarios; y cuando no quedaba más remedio que introducir al último Profeta en la escena, la cámara adopta el punto de vista subjetivo de Mahoma, por lo que vemos lo que él está viendo sin llegar a verle a él.
“Sobreviviendo a Picasso” (James Ivory, 1996), narra la fascinante vida del pintor cubista y andaluz. Los productores de la película no pudieron conseguir los derechos para poder incluir en la cinta ninguna imagen de ningún cuadro de Picasso, por lo que en muchas escenas vemos a Anthony Hopkins (Picasso) tomado en planos frontales mientras está pintando sin que en ningún momento lleguemos a ver qué es lo que está pintando.
Así que seguramente estos dos filmes sirvieron de inspiración a Fernando Merinero cuando abordó la tarea de rodar el documental “Las huellas de Dylan”, emitido la noche del domingo en La 2 como celebración del septuagésimo aniversario del artista, del profeta. “Las huellas de Dylan” es una crónica de la gira que el mejor escritor de canciones de la historia ruló por España durante el verano de 2004... sin que en ningún momento veamos ninguna imagen de Bob Dylan o escuchemos ninguna canción tomada de esos conciertos. El control paranoico que el viejo bluesman ejerce sobre todo lo que le rodea obligó a Merinero a centrarse en los espectadores, en Joaquín Sabina, en más espectadores, en Christina Rosenvinge, en más peregrinos, en Benjamín Prado, en Amaral. Y el resultado (¡bravo!) es puro Dylan: iconoclasta, como la película de Akkad, enigmático, como la película de Ivory. Feliz cumpleaños, maestro.
Lástima el destrozo de "Don´t think twice, it´s allright"...
ResponderEliminar