Dicen que el ensayista y periodista (entre otras muchas cosas) Eugenio D´Ors solía peguntar a su secretaria si entendía lo que le estaba dictando, y si ella le decía que sí lo entendía, entonces el escritor replicaba: “Pues oscurezcámoslo”. Hay muchos que, sin tener el talento de D´Ors, dedican su vida a oscurecer las cosas todo lo que pueden: portavoces de partidos políticos, entrenadores de fútbol, tertulianos de ultraderecha y Mercedes Milá, por citar sólo unos ejemplos. Ser oscuro está chupado. Justificar lo injustificable con el “y tú más”, inventarse estadísticas alucinadas o entrevistar a chiflados que creen que España está en manos de un gobierno marxista-terrorista no lleva más de cinco minutos. Preparar un reportaje para ser emitido en “Informe semanal” (TVE-1) lleva más tiempo.
A diferencia de Eugenio D´Ors y de Mourinho, los chicos de “Informe semanal” no intentan oscurecer las cosas, sino iluminarlas. Y eso es muy difícil. Comparen uno de esos reportajes que acompañan a ciertas tertulias de alguna de esas cadenas que han crecido al calor de la TDT con los reportajes de “Informe semanal” sobre el lío de la nueva (es un decir) Rumasa, el Egipto post-Mubarak o los escenarios de la película de Javier Mariscal y Fernando Trueba. Oscuridad y luz. Quizás el único defecto de “Informe semanal” es que, a veces, le falta un poquito de ironía. A otros, sin embargo, les sobra fanatismo, hablar siempre en nombre de la Verdad y condenar inapelablemente toda opinión contraria. Anthony Ashley Cooper, tercer conde de Shaftesbury, decía que el uso de la razón no se aprende en los tratados de los doctos o en los discursos de los oradores, sino en la libertad de ironizar y de expresar dudas con corrección de lenguaje, y en la posibilidad de examinar cualquier argumento sin ofender al adversario. “Informe semanal” suele expresar dudas, utiliza un lenguaje correcto y nunca es grosero ni faltón, pero puede que le falte un poquito de ironía.
Si “Informe semanal” se emitiera los lunes (ya sé que suena a sacrilegio), podría permitirse ser más irónico, porque la ironía no es para los sábados. ¿Se imaginan a Buenafuente presentando el “Informe semanal” de siempre un lunes por la noche?
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