Se equivocó Andy Warhol, se equivocaba. No todo el mundo tiene derecho a 15 minutos de gloria saliendo por la tele. Los programas de testimonios y los realities que invaden las pantallas parecen dar la razón a Warhol, pero no. Los individuos pertenecientes a la clase lógica de los emperadores de Japón no pueden hacerlo. Acabamos de tener un ejemplo viendo cómo el emperador de Japón emitió un mensaje televisivo de apenas seis minutos y la cosa no funcionó como se esperaba.
¿Puede pasar un cometa cruzando el cielo con la intención de tranquilizar a la población? Podría intentarlo, pero no lo conseguiría porque un cometa es un hecho excepcional que altera la regularidad y previsibilidad de los cielos, y, como tal, siempre intranquilizó a los hombres. ¿Puede el gobernante celestial sobre las nubes japonés que actualmente ocupa el Trono del Crisantemo cruzar el cielo televisivo con la intención de tranquilizar a la población ante los desastres que están padeciendo? Hombre, acaba de intentarlo, pero es que cuesta tranquilizarse asistiendo al hecho excepcional de que el gran rey que gobierna todo bajo el cielo dé un mensaje televisivo por primera vez en la historia. Muy gorda tiene que ser la situación, piensa uno, para que haya ocurrido algo que nunca antes pasó.
Aquí, el rey tranquilizó la noche del 23 F saliendo por la tele porque estaba donde estábamos acostumbrados a verle: en la tele dando mensajes. Pero a lo más que había llegado el actual príncipe del cielo japonés fue a emitir un comunicado escrito cuando en 1995 el terremoto de Kobe causó 6.500 víctimas. Su padre dejó que por primera vez se oyera su voz por la radio cuando anunció la rendición del Imperio del Sol naciente en la Segunda Guerra Mundial. Ver el otro día a Akihito interrumpir la programación de las principales cadenas de televisión es como para morirse del susto. Aquí el rey lo hace todas las nochebuenas y no pasa nada porque, sumidos en la rutina, estamos pendientes de otras cosas.
Me gusta. Como los soberanos de la Antigüedad tardía, tipo el Disco de Teodosio, pero con un aparato visual adaptado a nuetros tiempos. El imperator, como en el ceremonial de la aparitio regis, se hace cuerpo, materia. El problema lo tiene nuestro rey y su dinastia que utiliza unos mecanismos de proyección de imagen pública a la altura de los de Paqui "La Cole".
ResponderEliminarDiego Gelmírez.
Cito textualmente: "¿Puede el gobernante celestial sobre las nubes japonés que actualmente ocupa el Trono del Crisantemo cruzar el cielo televisivo con la intención de tranquilizar a la población ante los desastres que están padeciendo?"
ResponderEliminarCreo que japonés habría que sustituirlo por japonesas, si se refiere a las nubes. En cambio, si se refiere al "gobernante" habría que poner "celestial sobre las nubes" entre comas, o cambiar la ubicacion del adjetivo.
Mucho listillo hay aqui, me parece.
ResponderEliminarAlucinante...a la corrección del lenguaje ahora se le llama "presunto listillo".
ResponderEliminarDiego Gelmírez.
Estoy seguro de dos cosas:
ResponderEliminar1. Sí, soy un listillo y me gusta.
2. Al señor Rico no le importará que se le corrija, ya que si nadie le avisa de su error no lo podrá corregir.
PD: Antonio, espero sinceramente que no se ofenda por la corrección y que esto cuente como un soborno, guiño guiño hola Sr. Thompson.
El señorito Pitagorín no es ningun listillo... simplemente un pelota... que busca sobornar al señor Antonio Rico.....
ResponderEliminar[aunque hay que reconocer, que tiene muchísima razón]
Igualmente, deseo dejar claro que, en "mi opinión", al señor Rico le molesta que no le corrijamos.... porque así no puede aclarar puntos de vista diferentes, etc....
Por supuestito que no molesta ninguna corrección. De hecho el motivo del pequeño lío que hay aquí montado está en no haber pasado antes por aquí para resolver las cosas como debe ser: dando la cara como un hombre para echarle la culpa de todo a otro que no está y no puede defenderse.
ResponderEliminarAsí que diré que la culpa es de Wikipedia, donde recopilé alguno de los tratamientos de cortesía con los que cabe referirse al emperador en Japón. Uno de ellos, usado en japonés antiguo, es "gobernante celestial sobre las nubes". Cogí la expresión en bloque (porque corresponde a una única palabra: “Sumeramikoto”) y le añadí “japonés”, no fuera a ser que alguien pensara que con “gobernante celestial sobre las nubes” me refería a D. Juan Carlos de Borbón o a Berlusconi. Y así quedó.
La expresión quedó un tanto confusa, es cierto, pero fue bonita mientras duró.
Chao, nos vemos en la próxima anfibología (todos, incluido el Sr. Thompson).