El algodón no engaña, decía el anuncio. Bueno, vale, pero las matemáticas siguen siendo en esto mejores que el algodón. “Destino: España” (noche de los martes en La 1) aprueba con sobresaliente la prueba televisiva del algodón, pero tiene dificultades matemáticas para seguir siendo lo que a todos nos gusta pensar que es: la continuación lógica de “Españoles por el mundo” (también noche de los martes en La 1, pero una hora antes).
“Españoles por el mundo” nos lleva desde hace unos años a recorrer el mundo de la mano de compatriotas que viven por esos mundos y ejercen de cicerones. Viendo el éxito de crítica y público (qué pasa; si todo el mundo dice “éxito de crítica y público”, a ver por qué no iba a decirlo yo), el programa se complementó con la devolución de la visita que las normas de cortesía establecen. Así completamos la noche recorriendo España de la mano de visitantes que viven por estas Españas y ejercen de cicerones. Pero el número de países es enorme y el de comunidades autónomas no. Así que o se limitan las entregas de “Destino: España” a 17 o repetimos autonomías. Y, afortunadamente, repetimos.
Esta semana “Destino: España” visitó por tercera vez Asturias. Hubo sidra, madreñas y fabada, pero también orbayu, esa lluvia fina y pertinaz que empapa mejor que un chaparrón y transforma el paisaje gris en verde. Así tiene que ser “Destino: España”. No un turbión de 17 episodios que marcha pronto y deja el suelo seco y cuarteado, sino una lluvia fina e insistente. Como la acogida a los que nos visitan. Como la constante tarea de las asociaciones de ayuda a los inmigrantes que, como Intervalo en Asturias, no descansan. Como el orbayu asturiano: pertinaz hasta empaparnos y capaz de transformar el gris en verde.
1 comentario:
Puxaaaaaaaa Asturies! Como diz la páxina del feisbuc: "N'asturies,llueve lo suficiente p'a que los turistas nun se queden a vivir". 1abrazu, o dos. Sigue así.
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