La diferencia fundamental entre una televisión que quiere ser respetada y otra televisión que tan sólo quiere ser consumida es que la primera es capaz de colgar en la red su archivo histórico. Es lo que está ocurriendo con RTVE, que de forma laboriosa y poco publicitada lleva años inserta en la tarea galáctica de ofrecer en su página web miles y más miles de horas con materiales emitidos durante las últimas décadas. Decenas de series que seguimos recordando muchos años después de su emisión, -"Fortunata y Jacinta", "La barraca", "Ramón y Cajal", "Historias para no dormir", "Celia"-, se pueden volver a ver íntegras, miles de entrevistas, "Informes Semanales" como para mantener entretenido a Robinson Crusoe, todo el humor de mitos como Eugenio, Tip y Coll, Faemino y Cansado, algunos programas de "La clave", espacios como "La edad de oro" que definieron su época de emisión. Por encima de otro tipo de motivaciones, se nota en este empeño un profundo sentido de orgullo y dignidad por la labor realizada...
... que ni de coña podemos encontrar en la página web de Telecinco. ¿Se imaginan a esta cadena colgando en la red su archivo histórico? No es cuestión de antigüedad: la cadena que fue de Carlotti y ahora es de Vasile lleva ya más de veinte años en antena y podría tener material suficiente para crear una página llena de contenidos que repasáramos con interés durante meses. Pero no lo hace. No cuelga la colección íntegra de "La máquina de la verdad". No pone a nuestra disposición lo más interesante de "Aquí hay tomate". Los concursantes de antiguas emisiones de GH, henchidos de vocación de eternidad, ni siquiera pueden ser encontrados ahora al no existir un archivo histórico completo del viejo reality. Y es una pena, porque si Telecinco quisiera ser respetada y no sólo consumida debería colgar en la red todos los programas en los que Ana Rosa trató el caso Mari Luz y aquel debate en "La Noria" en el que Jordi González aseguró que no había podido encontrar ningún contertulio que criticase la actuación de AR.
Bienvenidos a Telecirco,donde el respeto y la inteligencia...brilla por su ausencia.
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