23/2/11

EL VASO SIEMPRE ESTÁ MEDIO LLENO

Como dice Leonor de Aquitania (Katharine Hepburn) en “El león en invierno”, todo es posible en un mundo donde los carpinteros resucitan. Todo es posible en un mundo (TVE-1) donde el último fotograma de “Brokeback Mountain”, -una hermosa película que cuenta la historia de amor entre dos vaqueros-, da paso al primer fotograma de “Mandíbulas II”, -una espantosa película que cuenta la historia de unos cocodrilos gigantes que aterrorizan a unos cuantos turistas-. Todo es posible en un mundo (La 2) donde una película tan exacta como “La clase” se emite justo después de un espectáculo tan inexacto como el sorteo de la Bonoloto. Todo es posible en un mundo ("V", TNT) donde la exaltación de la condición humana se codea sin mayores problemas éticos con la consideración de la tortura como una de los bellos medios para conseguir excelentes fines. Y, sin embargo, es posible una televisión pública capaz de emitir películas como “Brokeback Mountain” o “La clase” en horario de máxima audiencia, y es posible una serie de ciencia ficción que obligue a Stephen Hawking a reflexionar acerca de los extraterrestres. El vaso medio vacío siempre puede estar medio lleno.

Si Petrarca estaba seguro de que incluso en las legiones romanas podría encontrar almas pensativas dedicadas a la contemplación, los espectadores también podemos estar seguros de que incluso en las legiones de la programación televisiva podemos encontrar sensibilidad, bocados de realidad y humanismo de ciencia ficción. Aunque los carpinteros resuciten, los cocodrilos asusten a los turistas, la Bonoloto huela a opio del pueblo y el despellejamiento de un extraterrestre nos parezca menos cruel que el despellejamiento de San Bartolomé, siempre es posible la contemplación de un vaso medio lleno. Siempre. A pesar de Íker Jiménez, de Jorge Javier Vázquez y de la artista anteriormente conocida como Mercedes Milá; a pesar de los tertulianos fanáticos, del duelo entre Banderas y Stallone en “Asesinos” (La Sexta) y de que “Fiebre Maldini” (Canal+) dure tan poco; a pesar de los infocomerciales, de los programas astrológicos y del recuerdo del bigote de Tejero, nadie tiene por qué morirse de sed. Brindemos con la copa medio llena por el agua que hemos de beber. Salud.

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