Ver "Sálvame" es como hundirse en las profundidades más oscuras del mundo que habitamos. De hecho, el programa de Jorge Javier Vázquez muestra fascinantes similitudes con la fauna abisal que se encuentra en los océanos a partir de los 2.000 metros de profundidad. Es un territorio inhóspito, en donde no existen las estaciones, en donde la temperatura no varía y se mantiene cerca de los cero grados, en donde la oscuridad es perpetua. No hay luz por debajo de los 600 metros, por lo que estos peces carecen de ojos funcionales pero han desarrollado una prodigiosa capacidad para detectar su fuente de alimento: los cadáveres que caen de los peces que viven en capas superiores, sus heces y otros residuos orgánicos de los animales que sí reciben la energía del sol. Viven bajo presiones fortísimas, hasta de 200 kg/cm2, por eso sus cuerpos son blandos y sus huesos pequeños. Sus formas suelen ser monstruosas, sus colmillos desproporcionados. La necesidad de atrapar pequeños restos de desperdicios que caen de las alturas explica que habitualmente su boca sea el órgano más grande de todo su organismo.
¿No es JJV un pez de las profundidades afóticas? Les supongo enterados de su último logro: una aficionada a las prácticas sadomasoquistas acude al plató acompañada de uno de sus esclavos sexuales, al que tiene sometido hace cuatro años para que le chupe los pies (¡¿?!); en el curso de la entrevista el esclavo empieza a pasar de todo, dice que él conoció a la mujer ésta hace pocas horas, que ni sometimiento ni pollas, y que en verdad es un maltratador condenado por violencia contra las mujeres. Se cree que el pez que habita a mayor profundidad es el abyssobrotula galatheae, que ha sido localizado en fosas que llegan a los 8.000 metros, pero yo no lo creo. Sólo es cuestión de tiempo que la ictiología abisal dé con el abyssobrotula jorgejaviervazqueae en alguna sima congelada y oscura, todavía más remota, a la que seguro que el presentador de "Sálvame" se retira al final de cada programa. No quiero ni imaginar cómo estará de deformado el Premio Ondas por la presión de la profundidad.
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