A ver si se entiende así. En el mundo hay gente que nace en el seno de una clase pija, como por ejemplo Carmen Lomana, y otros que no, como, por ejemplo, yo. Bueno, y seguramente como quien está leyendo esto. Esto fue fácil, así que sigo. Puede que entre los que nacen en clase pija crezcan individuos que no sean pijos, pero no los conozco. Es más, si intento pensar en ello se me aparece la imagen de los cachorros de las sucesivas camadas de Julio Iglesias haciendo mohínes y tengo que dejarlo. Así que me temo que todos los hijos de la clase pija, son pijos. Sigo un poco más.
Entre los que nacen en la clase no pija los hay desclasados que aspiran a ser pijos sin poder serlo: arrastran un pecado original que los pijos de nacimiento nunca les perdonarán. Son los pijos en vísperas, los quiero y no puedo, los que quieren ser como ellos, los que se mueren por acercarse a los pijos famosos y hacerse una foto. Son útiles: sirven para reafirmar a los pijos en su pijotería. Éstos son los que ven programas como ese infame “Universo Lomana” que estrenó el domingo Telecinco. El problema no es que estos programas sean malos, que lo son, el problema es que en ellos salen pijos hablando de pijadas con el aplomo que da creerse admirado por todo el mundo: el que es pijo porque lo es y el que no lo es porque querría serlo. Y de eso nada.
Es a lo que iba: entre la clase no pija hay personas que no queremos hablar como ellos, porque no saben hablar; ni ser como ellos, porque nos aburre; ni vestir como ellos, porque conjuntar marcas va en nuestra lista de prioridades después del horóscopo. Los pijos necesitan admiradores boquiabiertos para seguir siendo lo que son, pero con nosotros que no cuenten. Nos resulta indiferente tropezarlos un día por la calle y nos molesta verlos en la tele promocionándose. No me parece que sea tan difícil de entender.
Se me revuelve el estómago cuando no se le cae la cara de vergüenza al decir que estamos en tiempos difíciles o "esto para nosotros se sale de precio". Pero aún la perspectiva se vuelve más vomitiva cuando la gente le saca fotos, la rodea y la aplaude mientras le compra un décimo a un gitano. ¡Qué valentía la de Lomana!. Cuánto mundo tiene esta mujer que pide "descuentillos" por los mercadillos y se disloca sin saber ni lo que es.
ResponderEliminarA veces tiendo a pensar que este tipo de programas están subyugados bajo la terrible trama "mira, mira si eres rica lo que te va a pasar" haciéndonos pensar así que realmente, no ser ricos es lo mejor que nos podía haber pasado.
En esta "cadena amiga" que es Telecinco,tanto Belén Esteban cómo Carmen Lomana,acabarán presentando los informativos.Sino al tiempo.Vamos a echar de menos hasta a Pedro Piqueras (que ya es echar de menos).
ResponderEliminar