Apetece hacer la vista gorda con la última salida del tiesto de Íker Jiménez en “Cuarto milenio”, pero como “Supernanny” sigue sin ocuparse de enseñar al chaval a portarse bien, habrá que hacer algo. Da pereza, pero vamos allá.
Es que el otro día salió muy digno en su programa de Cuatro despotricando contra la ciencia y los científicos porque no había encontrado biólogos que quisieran visitar su programa a ocuparse de sus conspiranoias, a rendirle pleitesía, a darle con su presencia un prestigio y una imagen de seriedad que no se merece. Unos quieren un Ministerio, otros una subvención, y este tío lo que quiere es que la ciencia se deje de menudencias como explicar el mundo y transformarlo para dedicarse a sus gilichorradas. Sí, claro; y dos huevos duros.
Pero si, además, para rellenar un programa así no se necesitan científicos ni nada. Basta con pisar el acelerador de la máquina de desbarrar y rellenar las horas de tele que haga falta. No hay que montar una pataleta porque unos señores malos y feos no quieran jugar con uno a los misterios paranormales de la señorita Pepis. Si no quieren hablar de la lluvia roja de Kerala porque según ellos sólo estaba contaminadas con esporas de líquenes en vez de verlas rebosantes de vida extraterrestre, no pasa nada: montas una “investigación” de las tuyas en la que hablas y hablas sin resolver nada de nada. Puedes decir que además de ser de origen extraterrestre, la lluvia roja esa es fruto del ataque de un ejército de zombis, un mensaje secreto enviado por una civilización extinguida, una profecía oculta del “Libro de los muertos”, una teleplastia acuosa creada por ectoplasmas cabreados, una interferencia energética adimensional o una oscilación de antimateria al converger con las pulseras magnéticas que pone la peña para hacer el ridículo. Ya verás, Fríker, cómo cuela y puedes seguir forrándote con tu nave del misterio de pacotilla y tus deuvedés.
Alguien tiene que decirle a Iker que lo suyo ya no está de moda, que Jimenez Del Oso ya no está entre nosotros, que J.J. Benitez en realidad no se cree lo que escribe, que los biólogos aprendieron que el mundo evoluciona. ¡Ay Iker! Quizá si te hubieras dedicado a hacer pan...
ResponderEliminarPues no lo sé, pero el que contó la historia de la Lluvia de Kerala fue JM Nieves, director de Ciencia y Tecnología de Abc.
ResponderEliminarLa semana pasada estaba el profesor de Criminología de la Universidad de Valencia, Vicente Garrido, que es autoridad mundial. Y Manuel Martín Loeches, director de Neurociencia Cognitiva de la Complutense.
Todos, evidentemente, unos frikis comparados con vosotros, claro.
A mi me gustaría el éxito de Iker.No se pierden un minuto de mi programa ni mis enemigos. Seguro que preferís Sálvame y otras cosas tan edificantes para el país.
El comentario final me pareció genial. Y no habló de que había invitado a un científico y no quiso ir. Dijo que a los científicos españoles no les interesaba el asunto y no estaban al tanto de él. Si os interesa, veréis que son seis las publicaciones científicas que lo han publicado. En la radio, ese tema de Kerala, lo trató iker hace tres semanas con !Pérez Mercader!
Seguro que no lo conocéis. pero es el astrobiólogo más importante de España.
Es decir, pese a quien oese, Cuarto Milenio es de los programas que más científicos lleva. Y eso da rabia, parece.
Pues nada. Lo siento, porque CM es el único programa que queda del inicio de cuatro.
A solicitar que lo quiten y nos pongan más Enemigos Íntimos y esas cosas. !País!
Sobre el "discurso" de Iker Jimenez:
ResponderEliminarhttp://blogs.elcorreo.com/magonia/2010/12/9/iker-jimenez-dice-en-ciencia-verdad-depende-mafias-y
¿Y todavía se considera que es un buen periodista?
Critica los procesos de la ciencia, pero creo que antes de hacerlo debería intentar conocerlos. Así dejaría de decir tonterías como lo de las mafias y las verdades impuestas.
Sobre el tema de Kerala: se ha investigado y ya se ha resuelto, pero la solución parece que no le gustó al señor Jiménez. Le interesa más vender misterios y le molesta que los investigadores no hayan entrado en su juego
La irracionalidad de una cosa no es un argumento en contra de su existencia, sino más bien una condición de la misma.
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