En la película “Terminator Salvation”, Marcus Wright, un Terminator T-7RPI con cerebro y corazón humanos, dice: “Yo no soy buena gente”. Pero Blair Williams, una luchadora de la resistencia humana frente a las máquinas que entiende al Terminator mejor que él mismo, replica: “Sí lo eres, aunque aún no lo sabes”. Como Blair, algunos creemos que debajo del caparazón mecánico de las cadenas televisivas late un corazón humano. Por eso, aunque Jorge Javier Vázquez o los guionistas de “Física o química” reconozcan que no son buena gente cuando, antes de acostarse, se miran al espejo y piensan en lo que han hecho durante el día, lo cierto es que sí lo son, pero no lo saben. No es maldad, es ignorancia de que hay un mundo más allá de la tontería y de que hay institutos de carne y hueso más acá del “Zurbarán”.
Hoy, sin embargo, no quiero habar del bueno de Jorge ni de los buenos guionistas de “Física o química”. Ni siquiera me apetece hablar del buen Iker Jiménez o de los buenos tertulianos de mega-ultra derecha que anidan en la TDT e incluso en alguna cadena pública. Hoy quiero hablar de los títulos de crédito de las películas. Ya ven qué tontería. Me parece muy bien que La Sexta 3 dedique esta semana al cine de Woody Allen, y que TVE emita películas sin cortes publicitarios. También me parece bien que La 2 se esfuerce en programar cine rarito, y hasta entiendo que las películas de Jackie Chan ganen por goleada a las de Humphrey Bogart, porque a mi abuela le gustaba mucho el tal Chan. Pero lo que no me parece bien es que, aunque los espectadores siempre estemos dispuestos a sentarnos en el sofá para disfrutar de Bogart o de Chan, ver los títulos de crédito de una película sea una misión casi imposible. Creo que el tipo que ordena cortar los títulos de crédito de “Hannah y sus hermanas” es buena gente, pero aún no lo sabe porque no sabe que la gente es buena gente.
Ver los títulos de crédito de una película es un acto de necesidad y de cortesía, como viajar en avión y escuchar las explicaciones de los auxiliares de vuelo acerca de las máscaras de oxígeno. Una película sin títulos de crédito es como un vuelo sin indicaciones de seguridad. Y si alguien no quiere que sepamos cómo se utiliza una máscara de oxígeno no es que sea malo, es que aún no sabe que es bueno.
1 comentario:
Ni soy auxiliar de vuelo ni en mi vida me he quedadi a ver los créditos de una película, pero desde ya atenderé las explicaciones de las azafatas/os y veré quien es el director de ftogtrafia de las películas. Creo que no puedo exlicar mejor cuanto me gustó este post.
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