Venga, tíos, Viriato, Galba, no peleéis. Ya sé que si no peleáis la serie "Hispania" pierde como... no sé... como interés, como garra, pero por otro lado vuestras peleas son bastantes inútiles. Si al final van a venir los Borbones... ¿No lo visteis el otro día en "Felipe y Letizia"? Ah, no, claro, que a la hora que Telecinco emitía esa serie vosotros os estabais dando de hostias en Antena 3. Pues yo os lo cuento: podéis hacer lo que os dé la gana, arrasar aldeas, tender emboscadas, pasar por la espada a cuantos enemigos se crucen en vuestro camino, pero hagáis lo que hagáis dentro de dos mil años o así aquí va a estar gobernando un paisanín muy campechano llamado Juan Carlos que se parece un montón a un actor llamado Juanjo Puigcorbé y que no tiene nada que ver ni con el Imperio Romano ni con los simpáticos lusitanos.
Hacedme caso, "Felipe y Letizia" es algo así como la temporada 2.200 de "Hispania". Y claro, si has visto la temporada 2.200 de una serie gozas de una cierta perspectiva que te permite ver la temporada 1 con otros ojos. Mataos todo lo que os apetezca, pero vuestros tataratataranietos estarán agitando una banderita roja y gualda, -ya sé que no conocéis esa bandera... es un poco largo de explicar-, para celebrar que Felipe se casa con Letizia y se convierten en los príncipes de España, -"España" es como "Hispania" pero en español, que es una lengua que... bueno, ya os lo cuento otro día-. Y eso sin hablar de los visigodos, de los árabes, de los Reyes Católicos, de los Austrias, de las Repúblicas y de algún dictadorzuelo hijoputilla que hubo por ahí en medio.
Así que, de verdad, Viriato, Galba, creedme. Tomadme como si yo viniera enviado desde el futuro. Si hubierais visto la serie de Telecinco os daríais cuenta de que sois un poco panolis. En vez de zurraros, haced el amor, emborrachaos juntos, organizad Jornadas de Amistad Luso-Romanas. Lo que queráis. Pero antes de volver a entrar en batalla echad un vistazo a "Felipe y Letizia". ¿De verdad merece la pena que os matéis a lo bestia para acabar así dos mil años después?
1 comentario:
¡Buenísimo! Aunque a mí la que de verdad me fascina es la épica de los audímetros... Esa contienda metatelevisiva en la que se llegan a cometer todo tipo de tropelías, atrocidades inéditas como prescindir de los anuncios... los estandartes en llamas... unos y otros cortejando a la incierta victoria... qué espectáculo para los encendidos corazones...
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