Espartaco nos ha acompañado todo el verano desde la escuela de gladiadores propiedad de Batiato, así que es hora de despedir la serie “Spartacus: sangre y arena” (Canal +) con la misma sensación de melancolía con la que despedimos el verano. Porque emitir la primera temporada de “Spartacus: sangre y arena” en pleno verano ha sido un acierto histórico y casi filosófico: el verano es el mejor momento para disfrutar, sin dar mucha importancia a las barbaridades históricas, con la aventuras de un guapísimo gladiador entre otros guapísimos gladiadores en una especie de casa de “Gran Hermano” en Capua en la que viven guapísimas esclavas y guapísimas ciudadanas romanas. En enero, los malos rollos granhermanescos que alimentan la trama de “Spartacus: sangre y arena” provocarían alguna que otra indigestión. En agosto, la sangre, el sexo y la brutal micropolítica que mueven la casa de Batiato tienen gracia.
La sombra estética de la película “300” es alargada, y llega hasta la Capua romana. Entre el revolucionario “Espartaco” de Kubrick encarnado por Kirk Douglas y el atormentado Espartaco televisivo protagonizado por Andy Whitfield hay la misma distancia que entre los pulcros astronautas de la nave “Discovery” en la película “2001: una Odisea del espacio” y los camioneros espaciales que viajan en la nave “Nostromo” en la película “Alien, el octavo pasajero”. En “Spartacus: sangre y arena”, los gladiadores pelean, sangran y follan como si estuvieran en las tripas de la nave “Nostromo”, y Batiato es una especie de “octavo pasajero” con más astucia y muchísima más ambición que el bicho alienígena. Aunque los abdominales de Espartaco o Crixo a veces nos distraen de lo que dicen y hacen, la escuela de gladiadores de Batiato no deja de ser un sangriento “Gran Hermano” en el siglo I a. C. con espadas en vez de edredones.
El verano le sienta bien a Espartaco. El verano también es un buen momento para disfrutar con la deliciosa Lucy Lawless, la actriz protagonista de la serie “Xena: la princesa guerrera”, interpretando a Lucrecia, esposa de Batiato. Gladiadores “nominados” que mueren en la arena, sexo sudoroso y la princesa Xena como reina de las intrigas de Capua. ¿Qué más se puede pedir al mes de agosto?
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