Hay un elemento de los programas de telerrealidad que pasa completamente desapercibido para los espectadores: el operador de la cámara que está a un metro de distancia filmando lo que está sucediendo. Cuatro estrenó anteayer "El campamento": ocho niñatos maleducados son protagonistas de un programa de televisión nacional en prime time llevándolos a una acampada de montaña para que aprendan lo que es bueno. Vemos como uno de estos tíos discute con su madre sobre cualquier gilipollez y en su ceguera de energúmeno amenaza con prender fuego a la casa y comienza a quemar un edredón. La madre corre a apagar la llama. En pantalla aparecen dos personas pero en esa pequeña habitación hay tres: el crío, la madre y el cámara. Después una moza se niega ante los organizadores a quitarse los piercings de su cara. Vemos un montaje de plano y contraplano alternando las intervenciones de la chavala y las de una de las responsables del campamento. ¿Había sólo dos personas ahí? No, había una o dos o tres más a la distancia de un brazo midiendo luces, enfocando de cerca a cada rostro, diciendo "ahora" o "corten" o "hay que repetir". Uno de estos pijos mantiene una conversación muy personal y emotiva con Pedro García Aguado acerca de sus relaciones con su familia y termina llorando... mientras un currante de Cuatro le toma un plano ligeramente contrapicado puesto en cuclillas cerca de sus pies.
Se sabe que en mecánica cuántica la intervención del sujeto observador altera inevitablemente el objeto observado. Y no me creo que en los programas de telerrealidad no ocurra lo mismo. Por eso jamás Cuatro nos ofrecerá un "Así se hizo ‘El campamento’" en el que podamos ver en un solo plano al adolescente, al padre... ¡y al cámara que lo altera todo!. Contra lo que nos venden, los realities no nos permiten colarnos inadvertidamente en la salita de los concursantes, sino que son artefactos producidos y postproducidos para que las vidas actuadas de los concursantes se cuelen escandalosamente en nuestras salitas. Justamente por eso jamás veremos su making of.
Llega la noche y no les permiten entrar en la tienda de otro.. Pero a la mañana siguiente salen dos parejas de las tiendas. Cámaras nocturnas, camaras móviles y cámaras fijas grabándolo todo.. Pedro Aguado dice: "¿Creéis que somos tontos? Lo sabemos todo".
ResponderEliminarPedro, ¿Creéis que somos tontos? Lo sabemos todo.
Pero Antonio ¡no seas masoca! ¿Es que quieres que además del programa en cuestión, emitan el making of? No nos lo merecemos...
ResponderEliminarSuper Nanny, Curso del 63, Hermano mayor, ahora El Campamento, ... Cualquier día nos cuelan un reality que se llame: La Mili. Lo he avisado.
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