Lo pensamos todos: ay, qué mal suena; ay, que dicen que van a hacer una adaptación de “Las chicas de oro”; ay, que va para el horario de máxima audiencia, con las servidumbres que sabemos que tiene eso; ay, que lo realiza la productora de José Luis Moreno, que es capaz de cualquier barbaridad; ay, a ver si va a resultar que “Escenas de matrimonio” era una versión cañí de “Los Roper" para destrozar su memoria; ay, a ver qué estropicio nos hacen ahora con “Las chicas de oro”; ay que las van a dejar en “Las chicas de plata”; ay, en “Las chicas de bronce”; ay, en “Las chicas de hojalata”. Fuimos escépticos y nos equivocamos. Aunque teníamos razón.
Los escépticos son desconfiados y se mueven con cautela porque no terminan de creerse que las cosas sean como les dicen o como parecen. Así que tanto anuncio a bombo y platillo, tanta declaración entusiasta de Moreno, tanta promo en TVE a todas horas, sólo estimulaba nuestro escepticismo. ¿Nos equivocamos? ¿Teníamos razón?
El término “escéptico” procede del verbo griego “skeptikomai” que significa “mirar cuidadosamente”, “vigilar”, “examinar atentamente”. Y tras mirar con atención y detenimiento la primera entrega de los dos capítulos del estreno de anteayer por la noche, no queda otra que quitarse el sombrero y arrojarlo al cielo para celebrar que con tanta prevención, tanta circunspección y tanta… (rápido, otra palabra que termine en “on”) eh…, tanta aprensión, nos equivocamos. Aunque teníamos razón (no, por Dios, aquí el “on” ya no queda bien).
Así que, en lo sucesivo, los lunes por la noche seguiremos poniendo “Las chicas de oro” en La 1 para mirarla cuidadosamente, vigilarla y examinarla con atención. Aunque ya no somos de escépticos, porque estamos seguros de que mientras esas cuatro actrices sigan ahí, “Las chicas de oro” seguirán siendo de oro.
1 comentario:
Pues como una de ellas acabe como Betty White durante los pasados dos años, no creo que se vayan a quejar. "Live from NY this is SNL"
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