4/7/10

LÉMURES DE VIENTRE ROJO

La territorialidad es una característica de algunas especies animales por la cual sus ejemplares marcan un territorio como propio y lo defienden de la presencia o de la explotación de otros miembros de la misma especie. El comportamiento territorial aparece ya muy al inicio del árbol evolutivo y puede reconocerse en clases de animales tan alejadas como algunos insectos, algunos peces o algunas aves. Discuten los etólogos la amplitud y la generalidad de la territorialidad entre las especies, pero incluso los más escépticos reconocen la existencia de una minoría de especies que delimitan con fronteras claramente definidas las zonas en donde cuidan de sus crías y consiguen sus alimentos. Esta demarcación puede hacerse mediante estímulos auditivos, visuales y muy habitualmente olfatorios referidos a la orina o las heces de los ejemplares. Existen claras muestras de comportamiento territorial entre los primates. Más concretamente, los humanos mostramos nuestra territorialidad fundamentalmente a través de dos conductas: la guerra y, como opción sustitutiva, el Campeonato Mundial de Fútbol de Sudáfrica 2010.

Claro, ustedes ya saben el resultado del partido. Yo no. Pero, haya ganado o perdido España, lo que decenas de millones de espectadores hicimos ayer delante de nuestros televisores tiene más que ver con la batalla de Stalingrado y las marcas de olor que usa el lémur de vientre rojo de lo que nos gustaría reconocer. No está claro si ver películas violentas hace aumentar o decrecer los impulsos violentos entre el público, o si ver películas pornográficas hace aumentar o decrecer ciertas conductas sexuales. Igualmente habría que estudiar si la exaltación del territorio que define eventos como el de ayer hace aumentar los afanes belicosos o si por el contrario tiene un efecto catártico al evacuar el patriotismo por una vía tan poco sangrienta. Esperemos que sea lo segundo, así la retransmisión de ayer habría cumplido una función social al presentarnos la lucha entre los lemures de vientre rojo españoles y sus conespecíficos paraguayos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario