Como Telecinco ya no tiene los derechos de retransmisión en abierto de la celebración del título mundial, todas las cadenas se sumaron anteayer a la fiesta para sacarle partido al partido. Si uno se lo curraba podía encontrar alguna cadena minoritaria que no estaba de juerga roja, pero en general lo que los telespectadores conseguíamos al hacer zapping era convertirnos en realizadores de nuestro propia celebración eligiendo el tiro de cámara desde el que queríamos ver el baile de la Copa del mundo yendo de mano en mano. ¡Oé oé we are de a por ellos Es pa ña!
Tampoco estuvo mal el lío que se montó con la medición de audiencia en la final del domingo. Menos unos cuantos que se habían roto una pierna y se quedaron en casa viendo el fútbol y espiando al vecindario por si había un crimen, la mayoría se fue a casa de un amigo, al bar de abajo o a ver la final en la calle. Porque dar un paseo y ver la tele antes eran actividades incompatibles, pero el domingo cualquiera que diera un paseo podía ir a la vez viendo el partido por los cientos de televisores que había instalados por las calles. Hay quien dice que sólo el Meteosat podría medir una audiencia así, aunque si Sofres, dueña de los audímetros, hubiera tenido picardía habría mandado emitir el partido con música de fondo de “Paquito el chocolatero”: la SGAE se las habría apañado para contar cuántos estaban oyendo el pasodoble y así cobrar los derechos de autor.
Tras el triunfo, a los futbolistas les lloverán los contratos publicitarios. El más merecido será sin duda el de Andrés Iniesta. Aquel histórico gol al Chelsea pasando in extremis al Barça a la final de la Liga de Campeones consiguió que nueve meses después hubiera un incremento en la natalidad de Cataluña de casi el 50 por ciento. Si el repunte se confirma esta vez a nivel nacional, seguro que veremos en la tele anuncios de Viagra rentabilizando los goles que mete enhiesta. Uy, perdón, que casi les piso el eslogan sin querer.
jaja En abril del año que viene va a nacer mucha gente!
ResponderEliminar