Ojalá no se lo crea. Ojalá sea lo suficientemente inteligente como para no creerse que antes era una buena chica porque era Hannah Montana y ahora es una chica rebelde porque es Miley Cyrus. Me refiero, claro a esa chica que nació hace 17 años como Destiny Hope Cyrus, que conocimos después en Disney Channel y Antena 3 y visitando “El hormiguero” de Cuatro como Hannah Montana, que al parecer hace un tiempo inició un proceso legal para cambiar su auténtico nombre por el de Miley Ray Cyrus, y que, ahora, en la retransmisión de La 2 del festival Rock in Rio, los telediarios y otra vez en “El hormiguero”, se presenta al mundo tras la marca de Miley Cyrus.
Ser bueno no es algo que te puedes poner. No es una peluca rubia, ni un vestido de lentejuelas rosas y doradas, ni una sonrisa angelical, ni un maquillaje dorado y brillante, ni unos pasos modositos de baile que intentan disimular que no sabes bailar. Así que espero que no crea la chica esa que cuando se llamaba Hannah Montana era buena.
Pero ser rebelde tampoco es algo que te puedes poner. No es un pelo moreno colocado uno a uno para que parezca alborotado, ni un body que enseña la mitad inferior de los glúteos y la mitad superior de los pechos, ni una cara que intenta hacer mohínes de mala pero le salen de asco, ni un maquillaje que los que venden maquillaje llamen atrevido, ni caminar arriba y abajo por el escenario para disimular que no sabes bailar. Así que espero que no crea la chica esa que ahora que se llama Miley Cyrus es rebelde.
Forrest Gump no era muy listo y no sabía mucho de casi nada, pero sí sabía que tonto es el que hace tonterías, bueno es el que hace cosas buenas y rebelde es quien se rebela. Ojalá los niños y los adolescentes y los padres de ambos sean lo suficientemente inteligentes como para no creerse que Hannah Montana es buena y Miley Cyrus es rebelde.
1 comentario:
En la diana!
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