Jose Pedro Fresno García estudió Artes Gráficas en Barcelona. Él y dos amigos más pensaron la posibilidad de abrir una empresa de diseño gráfico, pero uno de ellos marchó a vivir a Londres y a Jose Pedro le surgió la posibilidad de trabajar en el Departamento de Grafismo de Telecinco. Aceptó. No le gusta nada estar empleado ahí y tiene un pésimo concepto de esa cadena, pero no se avergüenza de estar trabajando en Telecinco. No se puede permitir no hacerlo, y cuando alguien necesita un trabajo no se avergüenza de realizarlo. Marta Pozas Roces trabaja en la redacción de un programa del corazón muy popular de Telecinco. Entró hace pocos meses y es un poco la chica-para-todo del equipo. Cobra una miseria y está viendo irregularidades, chanchullos y miserias que jamás hubiera imaginado. Por supuesto, no expresa a sus superiores la pésima opinión que tiene del programa y sus ganas de abandonar el trabajo y buscar otra cosa. Pero tiene un hijo y necesita esa nómina. No se avergüenza de trabajar ahí: no le queda otro remedio. Silvina Sánchez Vicente hizo un máster en Técnicas Audiovisuales pero acabó de iluminadora en Telecinco. Tiene mil ideas sobre cómo hacer una televisión de calidad y que pueda tener éxito de audiencia, y no puede comprender porqué Telecinco es una cadena tan impresentable. Tampoco se avergüenza de trabajar ahí. Los trabajadores no se avergüenzan de trabajar donde pueden.
Mercedes Milá Mencos también trabaja en Telecinco presentando programas muy conocidos de la cadena. Acaba de declarar a los cuatro vientos que se avergüenza de trabajar en Telecinco por el trato que le están dando a la familia Ubrique. A diferencia de Jose Pedro, Marta y Silvina, Mercedes tiene posibilidades económicas sobradas para abandonar esa cadena y trabajar únicamente con empresas de las que no se avergüence. Pero no lo va a hacer. Por eso siente vergüenza. La vergüenza es un lujo que sólo ella se puede permitir. Dice sentir vergüenza por trabajar en Telecinco pero en verdad siente vergüenza por no dejar de trabajar en Telecinco.
Hola.
ResponderEliminarHe leído su artículo en la Nueva España sobre Mercedes Milá y estoy bastante de acuerdo con su opinión.
Telecinco, me parece que hace unos programas, que no sé como calificarlos, pero a mi también me da "vergüenza" verlos y por eso solamente veo la serie CSI. No sé como se puede ser tan despreciable y hablar de ciertas personas como lo hacen. Me pregunto si todos esos que aparecen por ahi (Belén Esteban, Quico Hernández y la demás pandi...) les sentaría bien que hiciesen con ellos lo que ellos hacen con algunas personas. Creo que les vendría bien una cura de humildad, aunque más bien, necesitan un mucho de educación y respeto hacia los demás. Comenta en su artículo sobre el sueldo de una chica; y cómo es que "la princesa del pueblo (qué pena, de dónde sacarían semejante cosa, porque para mi es una persona impresentable, sin educación, y que no sabe ni expresarse... y mire Ud. por dónde se gana la viada como "presentadora" en su programa, con un SUELDAZO, que ya quiesieran para sí muchos... Vaya rentabilidad tener un hijo con un torero famoso, eso es lo que en este país te encumbra a las alturas.
Espero que la caída sea fuerte y pronto, porque muchos estamos hartos de semejantes personajillos todo el día asomándose en la "caja tonta", que por cierto cada día es más tonta. Qué pena que en este país se valore a semejantes personajes y se les tenga en consideración y como ejemplo para muchos (porque, claro, es que la princesa del pueblo a sacado a su hija adelante sin su padre; vaya novedad, como si fuera la única).
!Qué pena¡
Mercedes Milá trabaja en Telecinco. Cuando dice que siente vergüenza, trabaja en Telecinco. Todos esos que se enfadan entre sí, se insultan, se retan o se reconcilian, en realidad cuando hacen todo eso están trabajando. Se llaman actores. Sus enfados son premeditados, y están ensayados.
ResponderEliminarPor lo demás, "no puede comprender porqué Telecinco"... creo que es "por qué".