Atlético de Madrid y Sevilla juegan hoy la final de la Copa del Rey del fútbol (La 1), y el próximo sábado Ínter de Milán y Bayern Munich jugarán la gran Final de la Liga de Campeones (Autonómicas y La 1). Y eso no es todo. Pronto comenzará el Mundial de Sudáfrica (Digital +, Telecinco y Cuatro) y, antes, veremos los partidos de preparación de la selección española. Supongo que ningún futbolero se quejará por tanto fútbol televisado, porque caería en el mismo ridículo que aquel cliente de McDonald´s que demandó a la compañía norteamericana de comida rápida porque sus hamburguesas le estaban poniendo obeso. Admitamos que comer con los ojos mucho fútbol produce obesidad. Pues bien, viva la obesidad. Pero, ¿y los antifutboleros o los tibios que ni sienten ni padecen ante las maravillas del “Kun” Agüero? ¿Qué hacer si a uno no le gustan las hamburguesas de carne futbolística? Dar una oportunidad a las hamburguesas a un solo partido.
Decía Voltaire que los inventores de las artes mecánicas han sido más útiles a la humanidad que los inventores de los silogismos, y que el inventor de la lanzadera fue más útil que el que inventó las ideas innatas. Si Voltaire tiene razón habrá que admitir que la televisión está más cerca de las artes mecánicas y de la lanzadera que de los silogismos y las ideas innatas y, por tanto, es más útil a la humanidad que el inventor de los silogismos sobre las crisis económicas y de las ideas innatas respecto al libre mercado. Así, ver en la tele la final de la Copa del Rey es ver un partido de fútbol útil o, lo que es lo mismo, una hamburguesa que no engorda. Entiendo que la (engañosa) lentitud de la Liga puede llegar a aburrir a los no iniciados en los secretos del fútbol, pero una final a un solo partido (o un Mundial de fútbol) es al espectáculo televisivo lo que la lanzadera fue a la revolución industrial. Los no futboleros deben abandonar hoy los silogismos y las ideas innatas y sentarse delante del televisor para disfrutar de un espectáculo futbolístico útil, sin grasas e incluso bello.
Ni la lanzadera ni el fútbol nos hacen mejores personas, pero la lanzadera y el fútbol mejoran la naturaleza. Al menos, la naturaleza de la hamburguesa.
2 comentarios:
El partido no lo veré. Lo siento. Pero el artículo... ¡Ñam! ¡Qué rico!
Siempre veo las finales. Es verdad que no engorda, y ayuda a entablar conversación con aquel sevillano que nunca te cayó bien..
Publicar un comentario