La gente es muy sosa. La gente ve un montón de niños cantando en la tele, y se queja. Y mira que está comprobado que a los niños les hace ilusión cantar en la tele, pero no importa: la gente se queja igual. Por quejarse, se quejan hasta de que los niños canten en un programa que empieza a emitirse a la hora en que termina el horario infantil y acaba cuando los niños deberían llevar tres horas durmiendo porque al día siguiente hay que madrugar para ir al cole. Cómo se pone la gente por nada.
¿Y los padres? Hay que ver qué ilusión les hace a los padres ver a sus hijos en la tele cantando llenos de ilusión porque los están viendo sus ilusionados padres en un círculo de ilusión sin fin. También los ven por la tele sus compañeros de cole, ilusionados por tener compañeros famosos. Y toda España ilusionada porque nunca faltará el relevo generacional de quienes piensan que cantar es la ilusión de su vida. Con la falta que hacen en un país personas así de ilusionadas.
Lo que da pena es que los niños para los que presentar programas es la ilusión de su vida, no presenten “Quiero cantar” en vez de ese tío tan mayor. Y que los que están ilusionados con bailar, no hagan la coreografía. Alguno habrá que quiera encargarse de la iluminación: pues que ilumine el chiquillo si le hace ilusión. También tenían que dejar que se ocuparan del sonido, el grafismo y la realización los niños para los que el sonido, el grafismo y la realización fuera una ilusión íntima de su propio ser. ¿No es la ilusión de un niño lo más importante del mundo?
En definitiva: ¿Cómo pueden ser los dueños de las cadenas tan insensibles que se dan cuenta de lo que ahorran cuando sustituyen a los profesionales por niños cantando gratis, y no se dan cuenta de que ahorrarían más si los niños se ocuparan de todo el trabajo?
5 comentarios:
Siempre he pensado que, si fuera un abogado con mucho tiempo libre, agarraría la legislación sobre trabajo infantil y empezaría a dar la lata para cerrar todos los "realities" en que intervinieran niños. O por lo menos molestaría todo lo que pudiera.
En el clavo has dado, como siempre.
Ah, ¿pero existe el horario infantil en la televisión? Yo pensaba que eso era una leyenda de la época pre-Telecinquiana...
Incluso aunque esos programas fueran en horario infantil, y se respetaran todas las necesidades de los niños, esos programas de niños-talento me parecen un horror. Pero habría que ponerse en lugar de los niños y darse cuenta de que a esas edades no se suele tener demasiado sentido del ridículo.
Lo que es grave es lo de los padres.
Bah bah bah bah... la protección a la infancia está sobrevalorada.
Hoy en día los niños se acuestan a las tantas porque tienen el gen del síndrome del emperador y no tienen la capacidad fisiológica de obedecer, así que si se van a acostar tarde igual por lo menos que vean algo, así se curan de su déficit de atención.
¿A que va a ser un déficit de atención paterna?
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