En 1950, Alan Turing propuso una prueba para decidir si una máquina está dotada de inteligencia o no. El test de Turing sigue siendo ampliamente valorado en el campo de la Inteligencia Artificial, y eso que la idea no puede ser más simple: a través de una pantalla una persona se relaciona a ciegas bien con otro humano o bien con un programa de ordenador. Si la persona no puede distinguir si aquél con el que se está relacionando es otra persona o sólo es software más o menos sofisticado, entonces nadie podrá negarle a ese software más o menos sofisticado el atributo de la inteligencia.
¿Se podrían aplicar estos conceptos elementales de la Inteligencia Artificial al naciente y prometedor campo de la Estupidez Artificial? Lo pregunto porque como este fin de semana tuve un poco más de tiempo libre de lo que para mí es habitual, desempolvé mi viejérrimo Spectrum 64 y, recordando el lenguaje de programación BASIC que aprendí en 1986, creé un "Enric Sopena 1.0", un software libre cuyo comportamiento es indistinguible del del ("del del", qué feo) verdadero Enric Sopena. Hice la prueba con varios amigos: les di a leer por escrito bien intervenciones del polemista catalán en "La Noria" o bien textos generados por "Enric Sopena 1.0" en respuesta a términos como "Jesús Neira", "Esperanza Aguirre" o "paro", siendo aquéllos incapaces de acertar más de lo esperable por azar si estaban ante auténticas opiniones del humano u opiniones auténticas del software. Animado por el éxito, y modificando únicamente algunos detalles de las líneas de programación, compilé un "Isabel Durán 1.0", un "Antonio Rojo 1.0" y un "Maria Antonia Iglesias 0,5.0", con igual resultado positivo en el test de Turing.
Conclusión: o los contertulios de "La Noria" tienen la Inteligencia o la Estupidez Artificial de mis programas en BASIC, o mis programas en BASIC tienen la Inteligencia o la Estupidez Artificial de los contertulios de "La Noria". Ambas alternativas son inquietantes. Turing murió envenenado por cianuro.
Jo, tío, me haces pensar un martes. Parece que el Test de Turing tiene un potencial asombroso cuando se generaliza su aplicación, y más aún cuando se invierte la interpretación de sus resultados, como maravillosamente apuntas. ¿Es el patrón humano el adecuado para cortar el mundo? ¿Puede la paloma condicionar a Skinner? ¿Puede la creación superar al creador? O, peor, ¿sobrepasarlo? Que se lo pregunten a la TV, y ya puestos al planeta, y que luego nos den cianuro a todos.
ResponderEliminarHe tenido más de una duda lingüística leyendo el texto..voy a hacer trabajar un poco a los de la escuela de escritura, que me las resuelvan..
ResponderEliminarPor otro lado, creo que el sarcasmo está sobrevalorado, e incluso en un programa como La Noria se dan muchas oportunidades para salirse de la media y decir algo realmente inteligente. El problema de estos contertulios es que no dicen lo que piensan, y me dá que es que no saben lo que piensan... y la gente aplaude porque acaban de oir algo que no saben por qué hace conexión sináptica en los recovecos de su pensamiento... al final, nadie sabe nada y todos están de acuerdo.. Triste panorama, afirmo.
No es Antonio sino Alfonso Rojo, alias el Anarroso. Los tertulianos de la Noria son softwares obsoletos tipo los aldeanos que buscaban Manu Chao y Amparodeamparanoia en Muchachada Nui. La única variante entre unos y otros es sustituir en las frases el sujeto "la derecha" o "la izquierda", pero yo creo que cuando acaba el programucho son todos muy amigos y se van de robopilinguis.
ResponderEliminardudas resueltas
ResponderEliminar;)