Cuatro quiere conquistar el Oeste de la franja horaria, así que va y se saca de la manga un programa que se llama “Uau!”, ficha a Santi Millán, llama a Pilar Rubio para que lo que es nos distraiga de lo que dice y hala, a expulsar del Oeste a los pueblos indígenas como “Buenafuente”, las reposiciones de “CSI” o el cine de La 2. Ya. Como si fuera tan fácil.
“¡Vaya al Oeste, joven!”, fue la consigna lanzada por Horace Greely en 1862 para impulsar la colonización en los Estados Unidos de América. Santi Millán se dirige a los “suyos”, arengándolos con labia de showman. ¿Y quiénes son los suyos? Los “gamberros”, las “ovejas negras”, los que abren los ojos cuando les dicen que algo está “prohibido”, los que “se salen del rebaño”, los que buscan “el lado cachondo de la vida”, y con ellos pretende conquistar el Oeste. El público del plató fue fiel a “Uau!” porque el programa empezó con bisonte para todos en forma de crucero por el Mediterráneo (patrocinado, por supuesto). Otra cosa son los espectadores sin bisonte. Y otra cosa es enfrentarse a Tatanka Iyotake, el legendario caudillo de los sioux al que los rostros pálidos conocían como Toro Sentado, con más ruido que nueces. Buenafuente, ese Toro Sentado en las noches de La Sexta, puede estar tranquilo. Santi Millán se queda en teniente coronel Custer, así que en breve asistiremos a un Little Big Horn en el Oeste de Cuatro.
Primer programa de “Uau!”. Un mentalista haciendo sus cosas con una calavera. Truquitos para ligar. Reflexiones acerca de la ropa interior de las chicas. Muchos abrazos. Ruido. Fotos de futbolistas en poses comprometidas. Bromas a costa del tacón de la princesa Letizia. Qué pereza. Y qué tarde es. Y mañana hay que madrugar. En el Oeste televisivo hay grandes extensiones de tierra y, hasta que los cazadores los exterminen para alimentar a los obreros del ferrocarril, millones de búfalos. Por poco dinero (algo más de un dólar), los pioneros podían comprar casi sesenta y cinco hectáreas de tierra. Por poco dinero (algo más de sueño), los espectadores podemos comprar un terrenito en “Uau!”, o quedarnos con Buenafuente Sentado. ¿Y saben qué? La conquista del Oeste puede esperar.
2 comentarios:
Vi el programa y ni una vez más. Desde luego, yo no me apunto a esa conquista del oeste de cuatro. Me quedo con Toro sentado.
A mí, para empezar, Santi Millán me da un aspecto de sucio que me levanta el estómago. Si hubiera participado en el reality de los "sin techo" creo que no hubieran tenido que caracterizarlo en absoluto. Así que, aunque fuera un programa magnífico, pienso que no lo vería en atención a la salud de mi aparato digestivo.
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