Durante años sorprendió la supervivencia televisiva de “Cruz y Raya”, el dúo de cómicos que siempre vivió con el estigma de segundones que les proyectaba la alargada sombra de “Martes y Trece”. Y sorprende más aún la supervivencia de José Mota, que más de veinte años después sigue dominando en el horario de máxima audiencia y aún es capaz de mostrar destellos de ingenio y puntería. “Solemos reírnos de nosotros mismos, pero reflejados en otros”, dice dando una vuelta de tuerca a esa vieja idea que subraya lo importante que es saber reírse de uno mismo. Encierra, no obstante, un lado peligroso: permite reírse de los demás con la excusa de que ellos son nosotros y nos evita tener que mirarnos directamente a los ojos.
Anteayer, a la misma hora de “La hora de José Mota”, “Callejeros” cumplía 200 programas en Cuatro. Es éste un programa de periodismo de a pie, pero que en los ya casi cinco años que tiene nos ha hecho reír muchas veces. ¿Con “Callejeros” nos reímos de los demás o nos reímos de nosotros mismos pero reflejados en otros?
Para celebrar los 200 programas, a finales de mes “Callejeros” emitirá un especial en el que volverá a visitar a los personajes que más repercusión han tenido en estos años. Hay que verlo para reencontrarse con Ramón el de Pitis, el atracador de bancos convicto y vanidoso que viste de Emidio Tucci. ¿Nos hace reír con crueldad infantil porque parece un personaje de tebeo escapado de “Mortadelo y Filemón”? ¿O nos hace reír porque nos devuelve reflejada nuestra vana vanidad? Hay otra posibilidad: nos reímos porque, a pesar de su dura vida, parece incapaz de doblez y engaño. Qué diferencia: a la misma hora de “Callejeros” y “La hora de José Mota”, en “Sálvame Deluxe” entrevistaban a Julián Muñoz, un convicto vanidoso que, vista lo que vista o diga lo que diga, no tiene maldita la gracia. ¿Quién querría verse reflejado en un tipo así?
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