Daniel Diges, con la canción "Algo pequeñito", ha sido el candidato ganador que representará a España en el próximo festival de Eurovisión que tendrá lugar próximamente en Oslo. ¿De verdad? ¿Alguien que no sea Anne Igartiburu se cree la frase con la que acabo de comenzar el artículo? A lo mejor es cierto que el tal Diges va ser el que se suba al escenario noruego, pero desde luego es otro el que se ha subido a las conversaciones de todo el mundo, el que se ha montado encima del ranking de los vídeos más vistos en internet, el que ha obligado a las fábricas de tinta para periódicos a duplicar su producción habitual. Señoras y señores, con todos ustedes, el nuevo Cañita Brava, la nueva Carmen de Mairena, el nuevo Pozí. Karmele Marchante comiéndose al Yoyas y vomitándolo después encima de Jaime Ostos en un descarte de "Callejeros". ¡Demos un fuerte aplauso a John Cobra! ¿Cómo, qué no entienden cómo ha sido posible que alguien de esete pelaje llegue a donde ha llegado (y a donde va a llegar, créanme)? Pues tomen nota de los siguientes tres motivos:
1. La televisión e internet forman un matrimonio irregular. Extraño. Descompensado. Por la sencilla razón de que son formatos completamente diferentes, con contenidos completamente diferentes y, sobre todos los todos, con públicos bastante diferentes. Puede haber cierto solapamiento entre ambos grupos de usuarios, pero lo que está claro es que cuando un programa de un rango de público muy amplio, -como las eliminatorias para Eurovisión-, piden a la audiencia que voten por internet a los concursantes, sólo una parte no representativa de dicha audiencia con un perfil de intereses y de edades muy determinado termina votando. Sin duda el espacio del otro día fue visto por una gran cantidad de señoras que se ponen una bolsa en la cabeza cuando llueve, ¿cuántas de ellas votaron a su canción preferida? ¿No es más cierto, señoría, que podemos aprovecharnos de que Marshall McLuhan no a a venir a corregirnos para afirmar que el medio no es sólo el mensaje sino también el mensajero? ¿Habría llegado John Cobra, ese hombre, a la final de los candidatos de Eurovisión si los votos sólo se hubieran podido emitir a través del teléfono o mediante el envío de una postal a un apartado de correos?
2. Hay más personas interesadas en los frikis que personas interesadas en Eurovisión. Según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Manifiestamente Manipuladas un 10% de la población en edad de votar, -en edad de votar en Eurovisión, claro, es decir, todo el mundo-, declara tener intereses frikis o pertenecer abiertamente a tal impresión diagnóstica, mientras que dentro de la misma población a sólo el 0,3% le importa más que un bledo Eurovisión y además todos ellos se encuentran vinculados por parentescos de primer o segundo grado con José Luis Uribarri. Nuestro querido Johnny nunca hubiera llegado por votación popular a la final de los candidatos para ser portero del Real Madrid, el nuevo bajista de los Rolling Stones o el antagonista de Bruce Willis en "La jungla de cristal 5" porque hay mucha más gente sinceramente interesada en el fútbol, el rock and roll y el cine palomitero que en la galaxia friki. Pero, claro, pones a Cobra como candidato al Festival de la Canción y las hordas de los que todo les suda el nardo superan al recatado ejército eurovisivo en mayor proporción que los franceses de Carlos VI a los ingleses de Enrique V en la batalla del día de san Crispín.
3. La revolución quedó en esto. La peña vota por internet a John Cobra y cree estar haciendo algo subversivo. En efecto, es muy triste. "Sí, sí, vamos a dar a estos carcas de Eurovisión donde más les duele. Juas, juas. Que se jodan. Vamos a reventarles el chiringuito". "Ostras, tío, qué superfuerte, juas, juas. Nosotros no somos como los borregos de los demás, sino que estamos en la vanguardia de la acción antisistema libertaria post-11-S urbana alternativa comunitaria participativa sostenible y formamos parte de una iniciativa transformadora radical que toma como principal herramienta para el cambio social el voto a John Cobra para Eurovisión". "Eso, eso, y además grábame con el móvil mientras voto al crack éste por internet". Partidos históricos revolucionarios, fundamentales para entender el curso de España a lo largo del siglo XX, obtendrían en este momento menos votos que los recibidos por el entrañable intérprete de "Carol". Si "Avatar" es una película progresista por su mensaje humanista y ecologista, ¿por qué no va a ser un acto de insumisión votar a un tío neomemo como representante de nuestro país en Oslo? Nadie sabe cómo la revolución se deterioró hasta la rebeldía y cómo la rebeldía se deterioró hasta la mera chufla infantil y amacarrada, pero, compañeros, no es esto, no es esto. Al final todo el tinglado de Eurovisión pasará y sólo habrá dejado como fruto un mono de feria más en pleno proceso de combustión espontánea poniendo su pequeño granito de arena para que esta sociedad en que vivimos sea un poquito más insoportable. Suerte, Daniel Diges. O no.
28/2/10
JAJÁ, JAJÁ, AY...
Hola, jajá, jajá, ay..., soy Flipy y hoy os voy a enseñar, jajá, jajá, ay, cómo se puede estar manteniendo indefinidamente a los espectadores de un programa por los siglos de los siglos haciendo siempre las mismas cosas, Pablo, y repitiéndose más que algo que... que algo que... que algo que se repite mucho, jajá, jajá, ay. La ciencia siempre tiene razón, Pablo, y hoy vamos a hacer un experimento en el que un conjunto de moléculas televisivas se van a mantener flotando desafiando la ley de la audiencia gracias al principio de Jordi Hurtado, que dice que las reacciones exotérmicas con fluidos hiperviscosos producen corrientes energéticas que impiden que se enfríen los gases catódicos. ¿Alguien entendió algo? ¿Tú entendiste algo, Pablo? ¿No? Yo tampoco. Jajá, jajá, ay... Yo lo entendí menos que... algo que haya entendido muy poco.
Vamos a coger, Pablo, un programa como "El hormiguero", jajá, jajá, ay... que el otro día celebró su emisión número 500 manteniendo dignos niveles de audiencia a lo largo de todos estos años. Normalmente se cree que para mantener la audiencia hay que seguir haciendo entregas nuevas del programa. Pero nosotros, jajá, jaja, ay...vamos hacer algo revolucionario, Pablo, que nunca se va visto en televisión: ¡vamos a comenzar a reemitir uno por uno los 500 "hormigueros" de la historia y vamos a comprobar que no desciende ni una centésima de share! Es muy importante que nadie intente esto en casa. ¿Para qué va a gastarse una cadena sus dineros en producir cada día una hora de televisión en directo cuando puede obtener los mismos resultados reenchufando 500 horas que ya tiene hechas? Eso es más absurdo que... que... que algo muy absurdo, Pablo.
Así que a partir del lunes, jajá, jajá, ay... en vez de repetirnos nosotros vamos a empezar a repetir el programa entero. Total... Trancas y Barrancas, Jandro, Marron, Juan y Damián. Solamente faltará la Flipa, pero nadie la echará en falta. Y nadie se dará cuenta, Pablo, de hecho, ¿hay alguien que asegure que no llevamos 100 programas repìtiendo espacios? Jajá, jajá, ay...
Vamos a coger, Pablo, un programa como "El hormiguero", jajá, jajá, ay... que el otro día celebró su emisión número 500 manteniendo dignos niveles de audiencia a lo largo de todos estos años. Normalmente se cree que para mantener la audiencia hay que seguir haciendo entregas nuevas del programa. Pero nosotros, jajá, jaja, ay...vamos hacer algo revolucionario, Pablo, que nunca se va visto en televisión: ¡vamos a comenzar a reemitir uno por uno los 500 "hormigueros" de la historia y vamos a comprobar que no desciende ni una centésima de share! Es muy importante que nadie intente esto en casa. ¿Para qué va a gastarse una cadena sus dineros en producir cada día una hora de televisión en directo cuando puede obtener los mismos resultados reenchufando 500 horas que ya tiene hechas? Eso es más absurdo que... que... que algo muy absurdo, Pablo.
Así que a partir del lunes, jajá, jajá, ay... en vez de repetirnos nosotros vamos a empezar a repetir el programa entero. Total... Trancas y Barrancas, Jandro, Marron, Juan y Damián. Solamente faltará la Flipa, pero nadie la echará en falta. Y nadie se dará cuenta, Pablo, de hecho, ¿hay alguien que asegure que no llevamos 100 programas repìtiendo espacios? Jajá, jajá, ay...
27/2/10
BIENVENIDO AL INFIERNO
Fue una de esas cosas que se hacen sin pensar. Vi la tele encendida por los cuatro costados y me lancé dentro a ver lo que estaban dando sin reparar en mi seguridad ni en lo peligroso que era. Lo pienso ahora y soy el primer sorprendido de haber hecho semejante locura, pero en aquel instante me dejé llevar y actué a lo loco. Desde el primer momento vi que la cosa no pintaba bien: de un programa llamado “Informe DEC” no podía esperarse nada bueno, pero el avance de los acontecimientos fue peor de lo que podía haber imaginado en la más terrible de mis pesadillas.
Sin duda en Antena 3 habían dejado escapar una chispa prendida del incendio que padecen todos los viernes por la noche en “DEC”. Hacía ya tantos años que ese incendio se reproducía cada semana que parecía controlado, pero, paradójicamente, los jarros de agua fría que le vierte últimamente Telecinco con “Sálvame Deluxe” sólo están empeorando las cosas. La chispa sobrevoló la programación de Antena 3 y fue a caer en la última franja horaria de la noche de los jueves. Pronto todo comenzó a arder, llenándose de ese humo negro que produce Jaime Cantizano cuando entra contacto con la crónica social más mezquina. Apenas se podía respirar. La prostitución de lujo, las exclusivas de la familia Janeiro, la relación entre Pepe Navarro e Ivonne Reyes… era evidente que el programa estaba construido con materiales de pésima calidad y altamente inflamables. Y cada colaborador era un lanzallamas con ganas de superar a su vecino para ganarse un puesto en el próximo incendio. Cuanto más altas eran las llamas, más refulgía la sonrisa tóxica de Cantizano.
Si sobreviví fue porque las ganas de contar lo que allí había sucedido me mantuvieron con vida. Hoy les cuento lo que ocurrió para que nunca, nunca por Dios, nadie más vuelva a vivir un infierno así.
Sin duda en Antena 3 habían dejado escapar una chispa prendida del incendio que padecen todos los viernes por la noche en “DEC”. Hacía ya tantos años que ese incendio se reproducía cada semana que parecía controlado, pero, paradójicamente, los jarros de agua fría que le vierte últimamente Telecinco con “Sálvame Deluxe” sólo están empeorando las cosas. La chispa sobrevoló la programación de Antena 3 y fue a caer en la última franja horaria de la noche de los jueves. Pronto todo comenzó a arder, llenándose de ese humo negro que produce Jaime Cantizano cuando entra contacto con la crónica social más mezquina. Apenas se podía respirar. La prostitución de lujo, las exclusivas de la familia Janeiro, la relación entre Pepe Navarro e Ivonne Reyes… era evidente que el programa estaba construido con materiales de pésima calidad y altamente inflamables. Y cada colaborador era un lanzallamas con ganas de superar a su vecino para ganarse un puesto en el próximo incendio. Cuanto más altas eran las llamas, más refulgía la sonrisa tóxica de Cantizano.
Si sobreviví fue porque las ganas de contar lo que allí había sucedido me mantuvieron con vida. Hoy les cuento lo que ocurrió para que nunca, nunca por Dios, nadie más vuelva a vivir un infierno así.
26/2/10
ESCORIAS
No es fácil conseguir una telebasura sostenible. Aplicar la regla de las tres erres (reducir, reutilizar, reciclar) es imposible porque el sector está en crecimiento y no puede reducirse su producción sin que se produzca un colapso económico inasumible. Pero habrán notado que sí cabe reutilizar recursos que ya se habían desechado, como se está haciendo en la última edición de “Gran Hermano”. La actual reutilización de concursantes en este surreality show es tan eficaz que supone un modelo de rentabilidad para el resto del sector puesto que evita tener que extraer y refinar nueva materia prima de las peligrosas canteras que escarban en el lado sórdido del ser humano. El ahorro económico en los costes de producción es tal que hace rentables porquerías que de otra manera resultarían ruinosas.
Pero lo que más tradición tiene en la telebasura es sin duda el reciclaje de escorias. Coger un viejo programa ya amortizado, fundirlo y volver a darle forma de nuevo de manera que no haya que pagar derechos a su inventor es una vieja estrategia que sigue funcionando hoy tan bien como ayer. Por ejemplo, Telecinco emite la noche de domingos “Me cambio de familia” y el mercado absorbe toda la producción sin hacerle ascos pese a estar elaborado con los desechos de “Préstame tu vida”. Tan audaz iniciativa, consiguió liberar el valioso espacio que este programa (otrora presentado por Ana García Lozano en La 1) ocupaba en las escombreras desde hace cinco años. Además, la valorización de escorias se diseñó de tal modo que el nuevo producto ya no necesita presentador, lo que reduce aún más los costes. En fin, “Me cambio de familia” sigue siendo la misma porquería que “Préstame tu vida”, con personas intercambiando su vida para que los espectadores nos entretengamos con sus miserias, pero permite que, con una mínima inversión, Paolo Vasile no tenga que cambiar de vida ni de familia.
Pero lo que más tradición tiene en la telebasura es sin duda el reciclaje de escorias. Coger un viejo programa ya amortizado, fundirlo y volver a darle forma de nuevo de manera que no haya que pagar derechos a su inventor es una vieja estrategia que sigue funcionando hoy tan bien como ayer. Por ejemplo, Telecinco emite la noche de domingos “Me cambio de familia” y el mercado absorbe toda la producción sin hacerle ascos pese a estar elaborado con los desechos de “Préstame tu vida”. Tan audaz iniciativa, consiguió liberar el valioso espacio que este programa (otrora presentado por Ana García Lozano en La 1) ocupaba en las escombreras desde hace cinco años. Además, la valorización de escorias se diseñó de tal modo que el nuevo producto ya no necesita presentador, lo que reduce aún más los costes. En fin, “Me cambio de familia” sigue siendo la misma porquería que “Préstame tu vida”, con personas intercambiando su vida para que los espectadores nos entretengamos con sus miserias, pero permite que, con una mínima inversión, Paolo Vasile no tenga que cambiar de vida ni de familia.
25/2/10
COBRA
Si el lunes por la noche usted no vio el aburrido programa de La 1 en el que se eligió al aburrido representante de TVE para el próximo aburrido Festival de Eurovisión, enhorabuena: está usted tan al cabo de la calle como el presidente de RTVE, Alberto Oliart, que tampoco lo vio. Si se queda fuera de todas las conversaciones porque el lunes por la noche usted no vio el inefable espectáculo de John Cobra en el inefable programa que La 1 hizo para lanzar el próximo inefable Festival de Eurovisión, no se preocupe: Oliart no tuvo problema en intervenir ente la Comisión de Control Parlamentaria de RTVE en el Senado para hablar de este asunto y tampoco lo vio. Recordemos que en 1992, el vicepresidente estadounidense Dan Quayle deletreó mal la palabra “patata” en una visita a una escuela de Nueva Jersey, lo que animó a los estudiantes del país porque demostró que cualquiera podía llegar a vicepresidente. Siga usted las enseñanzas de nuestro mesías Bryan en la cruz y mire siempre el lado bueno de la vida: está cualificado para ser presidente de RTVE.
Respecto a lo del Cobra, veamos, ¿dónde están tantos triunfitos, dónde los grandeshermanos, dónde los pospestares, ultimossupervivientes, famososabailarines y dónde los participantes en todos los procesos de selección que en la tele han sido? El Cobra no sabe nada del “ubi sunt” ni de las coplas de Jorge Manrique ni falta que le hace. Él sabe que aquí el que anda listo pilla cacho; y el que no, se olvida, que es el morir. Así que aunque hubiera estado mejor montar el pollo en Oslo ante medio mundo, prefirió el carpe diem siendo reina por un día junto a Anne Igartiburu. El sistema digestivo audiovisual lo exprimirá, metabolizará y defecará en pocos días, pero mientras tanto vive su momento. Ahora todos esos programas que pagan lo que sea por tener al último friki en su plató se lo subastan. Y cuantos más pujen, el Cobra más cobra.
Respecto a lo del Cobra, veamos, ¿dónde están tantos triunfitos, dónde los grandeshermanos, dónde los pospestares, ultimossupervivientes, famososabailarines y dónde los participantes en todos los procesos de selección que en la tele han sido? El Cobra no sabe nada del “ubi sunt” ni de las coplas de Jorge Manrique ni falta que le hace. Él sabe que aquí el que anda listo pilla cacho; y el que no, se olvida, que es el morir. Así que aunque hubiera estado mejor montar el pollo en Oslo ante medio mundo, prefirió el carpe diem siendo reina por un día junto a Anne Igartiburu. El sistema digestivo audiovisual lo exprimirá, metabolizará y defecará en pocos días, pero mientras tanto vive su momento. Ahora todos esos programas que pagan lo que sea por tener al último friki en su plató se lo subastan. Y cuantos más pujen, el Cobra más cobra.
24/2/10
EL BRONCE DEL PANTEÓN
Fox Crime, el nuevo canal de Digital +, va de lo que parece que va: series relacionadas con el crimen y la investigación. El viejo género policiaco ha cambiado tanto, y se ha adaptado tan bien a los nuevos tiempos, que necesitaba un canal propio. También Aznar necesita un canal propio que permita a los fans del ex presidente seguir sus aventuras, gestos y opiniones acerca de la vida, el universo y todo lo demás, pero en este mundo no se puede tener el pelaco y los abdominales de Aznar y, encima, un canal propio. No obstante, es posible que Fox Crime pueda hacer un hueco en su programación para emitir una serie co-protagonizada por Aznar sobre los crímenes en la guerra de Irak.
Volviendo a Fox Crime, el nuevo canal emite la nueva temporada de “Dexter”, estrena “Sons of Anarchy”, y sobre todo permitirá a los espectadores disfrutar con las reposiciones de series como “Expediente X”, todas las franquicias de “CSI”, “Remington Steele” (con Pierce Brosnan antes de ser James Bond), “Corrupción en Miami”, “Los Soprano” o “Cops”. Las novedades y los estrenos están muy bien, pero la oportunidad de poder ver “Expediente X” desde el primer capítulo o recordar los modelitos de “Sonny” Crocquett y “Rico” Tubbs en “Corrupción en Miami” no tiene precio. Fox Crime ha utilizado la táctica del papa Urbano VIII cuando encargó a Bernini la construcción del baldaquino de bronce sobre el altar mayor de la basílica de San Pedro: robar. Robar con gusto, pero robar. El papa permitió la fundición de las vigas de bronce del vestíbulo del Panteón de Agripa, un espléndido edificio de época romana, para que Bernini pudiera construir el baldaquino. Fox Crime ha fundido el bronce del Panteón de las viejas series y ha encargado a un Bernini audiovisual un baldaquino para el vestíbulo del nuevo canal. El baldaquino de Bernini para el altar mayor de la basílica de San Pedro sigue ahí, y “Expediente X” estará presente en la memoria de los aficionados a lo largo de muchos papados.
A la espera de una serie sobre las criminales mentiras de Aznar sobre la guerra de Irak, habrá que conformarse con el estreno de “Sons of Anarchy” y con reciclar el viejo bronce del Panteón de Agripa.
23/2/10
DIEZ BALONCESTISTAS SIN PIEDAD
Atención, pregunta: ¿cuál es la diferencia entre la final de la Copa del Rey de baloncesto (tarde del domingo en La 2) y "Doce hombres sin piedad" (noche del domingo en MGM)? Pues muy sencillo: que la final de baloncesto entre el Regal Barcelona y el Real Madrid perdería gran parte de su interés si se supiera de antemano todo lo que va a ocurrir, mientras que "Doce hombres sin piedad" mantiene todas las almas en vilo a pesar de que sabemos detalle a detalle de la trama todo lo que va a ir sucediendo en la cancha de juego que es la sala de deliberaciones.
Y eso que la versión de "Doce hombre sin piedad" que pudimos ver anteayer no era la histórica adaptación que realizó Sidney Lumet en 1957 y que se convirtió de inmediato en película de culto para todos los que cultivan las películas, -ni siquiera era ese "Estudio 1" español absolutamente inolvidable de 1973 dirigido por Gustavo Pérez Puig; grandísimo José Bódalo, grandísimo José María Rodero, ¿cómo es posible que hayan caído en el olvido de esta manera?-. El domingo nos enteramos de que existía también una versión de 1997, hecha por William Friedkin con modestia para su pase por los circuitos de televisión, aunque contando con el protagonismo de Jack Lemmon casi igualando a Henry Fonda y actorazos como George C. Scott o James Gandolfini entre los miembros del jurado.
Pero dio igual. Si nos hubiéramos encontrado con ese telefilme en medio de un zapeo sin saber cómo el jurado número 8 iba a ir convenciendo a todos los demás de la inocencia del acusado hubiéramos continuado apretando el botón del mando a distancia. Para detenerse en el "Doce hombres sin piedad" de 1997 hace falta tener la certidumbre de que se ha encontrado por casualidad uno de los mejores guiones de la historia del cine. Para detenerse en el Bizkaia Arena hace falta tener la incertidumbre sobre el resultado final del choque entre Madrid y Barcelona. Los diez baloncestistas sin piedad no pueden tener el guión escrito de antemano, pero Jack Lemmon se lo puede permitir.
Y eso que la versión de "Doce hombre sin piedad" que pudimos ver anteayer no era la histórica adaptación que realizó Sidney Lumet en 1957 y que se convirtió de inmediato en película de culto para todos los que cultivan las películas, -ni siquiera era ese "Estudio 1" español absolutamente inolvidable de 1973 dirigido por Gustavo Pérez Puig; grandísimo José Bódalo, grandísimo José María Rodero, ¿cómo es posible que hayan caído en el olvido de esta manera?-. El domingo nos enteramos de que existía también una versión de 1997, hecha por William Friedkin con modestia para su pase por los circuitos de televisión, aunque contando con el protagonismo de Jack Lemmon casi igualando a Henry Fonda y actorazos como George C. Scott o James Gandolfini entre los miembros del jurado.
Pero dio igual. Si nos hubiéramos encontrado con ese telefilme en medio de un zapeo sin saber cómo el jurado número 8 iba a ir convenciendo a todos los demás de la inocencia del acusado hubiéramos continuado apretando el botón del mando a distancia. Para detenerse en el "Doce hombres sin piedad" de 1997 hace falta tener la certidumbre de que se ha encontrado por casualidad uno de los mejores guiones de la historia del cine. Para detenerse en el Bizkaia Arena hace falta tener la incertidumbre sobre el resultado final del choque entre Madrid y Barcelona. Los diez baloncestistas sin piedad no pueden tener el guión escrito de antemano, pero Jack Lemmon se lo puede permitir.
22/2/10
EL NOVENO CÍRCULO JUDESCO
¿Alguien ha visto alguna vez cómo termina "La Noria"? Todos la hemos visto comenzar y desarrollarse hasta las horas centrales de la noche. Pero los periódicos y esas pantallitas de información que ofrecen las televisiones digitales desvelan que en realidad "La Noria" sigue girando sin ir a ningún lado hasta muy entrada la madrugada. ¿Es eso cierto? ¿Algún lector fiable se ha quedado hasta las 2:30 A.M. para ver cómo Jordi González despide el programa con su sonrisa automatic for the people? La red hierve de rumores al respecto. Algunos aseguran que en el último tramo del programa los tertulianos y colaboradores realizan un aquelarre alrededor de una Gloria Serra que, desnuda y en trance, se agita epilépticamente gritando invocaciones a Jaime Peñafiel. Otros juran que tras despedir el programa Jordi González descubre que su rostro no es más que látex con viruelas, ya que se lo arranca y debajo de él aparece una Mercedes Milá riendo posesa mientras el plató es atravesado por relámpagos y aullidos licántropos. Los hay que dicen poder demostrar que "La Noria" no termina nunca, que simplemente la cámara comienza a enfocar hacia otros programas de Telecinco, pero que durante toda la semana Jimmy y Alfonso Rojo y ésa tan pija y Maria Antonia Iglesias siguen ahí, latentes, acechando, alerta.
Yo he intentado desvelar el misterio pero nunca he podido. Me hago atar al sofá, completamente alejado de los mandos a distancia, uncido a un gotero de redbull intraperitoneal, -intraperitoneal el gotero, no el redbull-, y con esos cosos que impedían parpadear y humedecían los ojos en "La naranja mecánica", pero no hay manera. Me duermo, comienzo a hablar en sanscrito o convulsiono con tal violencia que el equipo médico aconseja interrumpir el experimento. Por eso necesito que me lo cuenten ustedes, de primera mano, con total confianza: ¿cómo termina "La Noria"? ¿Alguno de ustedes lo sabe? ¿Alguien se ha atrevido a descender hasta el noveno círculo judesco del infierno?
Yo he intentado desvelar el misterio pero nunca he podido. Me hago atar al sofá, completamente alejado de los mandos a distancia, uncido a un gotero de redbull intraperitoneal, -intraperitoneal el gotero, no el redbull-, y con esos cosos que impedían parpadear y humedecían los ojos en "La naranja mecánica", pero no hay manera. Me duermo, comienzo a hablar en sanscrito o convulsiono con tal violencia que el equipo médico aconseja interrumpir el experimento. Por eso necesito que me lo cuenten ustedes, de primera mano, con total confianza: ¿cómo termina "La Noria"? ¿Alguno de ustedes lo sabe? ¿Alguien se ha atrevido a descender hasta el noveno círculo judesco del infierno?
21/2/10
CINE Y
No hay que rendirse. Hay tierra más allá de Finisterre, una vez que llegas al infinito puedes ir más allá, y tras “Afterhours” hay vida televisiva. No debemos desfallecer y creer que la noche de los lunes en Cuatro termina cuando aparece Rafa Méndez, ese ser responsable de que la mitad de las academias de inglés del país hayan quebrado porque sus alumnos se dieron de baja para no tener que decir “amazing”. Sí, es difícil aguantar al tío este haciendo una versión de “Callejeros” para pijos y no salir huyendo, pero por algo Rousseau afirmó que la paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces. Tras él, a las tantas de la noche, Cuatro emite desde hace algunas semanas “La guía sexual del siglo XXI”, un programa que no incluye al siglo XXI en su nombre porque haya descubierto que hay algo nuevo bajo el Sol, sino porque muestra imágenes que sólo son posibles gracias a la tecnología actual.
Estos días pueden ver el especial de “La Noche Temática” dedicado a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales en La 2; la emisión de “Ellos y el sexo” en el “Repor” de La 1; el primer edredoning de “Generación ni-ni” en laSexta; o revisar fotograma a fotograma la emisión de “21 días” que Samanta Villar dedicó al porno esperando descubrir cómo será el futuro de la industria audiovisual dedicada al sexo, pero será en vano. La única respuesta a esta pregunta está en las imágenes que ofrece “La guía sexual del siglo XXI”, un programa capaz de colocar las cámaras más subjetivas que pudiéramos imaginar en el interior de los lugares más sospechados que pudiéramos sospechar.
Ah, sí: además se trata de un estupendo programa de divulgación realizado por una prestigiosa sexóloga que aborda todos esos asuntos que decimos conocer pero a los que no nos viene mal echar un vistazo. No importa. Lo que nuestra memoria nos dirá mañana es que en él vimos que, tras el cine X, vendrá el cine Y.
Estos días pueden ver el especial de “La Noche Temática” dedicado a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales en La 2; la emisión de “Ellos y el sexo” en el “Repor” de La 1; el primer edredoning de “Generación ni-ni” en laSexta; o revisar fotograma a fotograma la emisión de “21 días” que Samanta Villar dedicó al porno esperando descubrir cómo será el futuro de la industria audiovisual dedicada al sexo, pero será en vano. La única respuesta a esta pregunta está en las imágenes que ofrece “La guía sexual del siglo XXI”, un programa capaz de colocar las cámaras más subjetivas que pudiéramos imaginar en el interior de los lugares más sospechados que pudiéramos sospechar.
Ah, sí: además se trata de un estupendo programa de divulgación realizado por una prestigiosa sexóloga que aborda todos esos asuntos que decimos conocer pero a los que no nos viene mal echar un vistazo. No importa. Lo que nuestra memoria nos dirá mañana es que en él vimos que, tras el cine X, vendrá el cine Y.
20/2/10
SERMONES, RELATOS Y MILAGROS
En la Edad Media, la cultura popular se nutría de sermones, relatos y milagros. El gran ritual colectivo era acudir a la predicación en misa o en la plaza, donde con frecuencia se instalaban los púlpitos. Los predicadores se valían de los frescos y las esculturas de las entradas de las iglesias señalando mientras hablaban. En España hace más de medio siglo que la cultura popular es alimentada por la televisión. Esta función de la tele nunca fue ajena ni a su nacimiento ni a su posterior desarrollo.
El pueblo era analfabeto pero las palabras de los predicadores, las imágenes que señalaban y los textos que podían acompañarlas, adquirían juntos un profundo significado capaz de provocar un fenómeno que podría definirse como “falsa memoria”. Los peregrinos regresaban de Tierra Santa convencidos de haber visto lugares santos que en realidad no habían visitado, pero que recordaban porque correspondían a las imágenes que habían visto en alguna iglesia o catedral. Si la tele nos dijo primero cómo era la realidad, ahora nos dice también cómo debemos recordarla y nos prepara para lo que nos viene encima reemitiendo, como hizo anteayer La 1, “50 años de… Eurovisión”.
Lo explicó estupendamente el profesor Giuseppe Sergi, de la Universidad de Turín, en el último capítulo de “La Edad Media” en Canal Historia: “La imagen bien explicada es más convincente que el control personal de los lugares visitados. Esto introduce una reflexión sobre el presente: una imagen bien explicada es más eficaz, si cabe, que tocar una prueba con la mano”. Pues eso, sigamos viendo tranquilamente la tele. Hace 40 años había televisores en las calles, pronto cada uno llevará encima el suyo con un predicador hablando al oído. La luz del Sol es sólo una molestia ocasional que nos deslumbra e impide ver con nitidez los sermones, relatos y milagros de la pantalla. Los informativos nos dicen que las cosas fueron tal y como las recordamos porque nosotros estábamos allí.
El pueblo era analfabeto pero las palabras de los predicadores, las imágenes que señalaban y los textos que podían acompañarlas, adquirían juntos un profundo significado capaz de provocar un fenómeno que podría definirse como “falsa memoria”. Los peregrinos regresaban de Tierra Santa convencidos de haber visto lugares santos que en realidad no habían visitado, pero que recordaban porque correspondían a las imágenes que habían visto en alguna iglesia o catedral. Si la tele nos dijo primero cómo era la realidad, ahora nos dice también cómo debemos recordarla y nos prepara para lo que nos viene encima reemitiendo, como hizo anteayer La 1, “50 años de… Eurovisión”.
Lo explicó estupendamente el profesor Giuseppe Sergi, de la Universidad de Turín, en el último capítulo de “La Edad Media” en Canal Historia: “La imagen bien explicada es más convincente que el control personal de los lugares visitados. Esto introduce una reflexión sobre el presente: una imagen bien explicada es más eficaz, si cabe, que tocar una prueba con la mano”. Pues eso, sigamos viendo tranquilamente la tele. Hace 40 años había televisores en las calles, pronto cada uno llevará encima el suyo con un predicador hablando al oído. La luz del Sol es sólo una molestia ocasional que nos deslumbra e impide ver con nitidez los sermones, relatos y milagros de la pantalla. Los informativos nos dicen que las cosas fueron tal y como las recordamos porque nosotros estábamos allí.
19/2/10
ANDREÍTA Y LA TARTA DE MERENGUE
Aristóteles es mala persona: “Establecidas ciertas cosas, resulta necesariamente de ellas, por ser lo que son, otra cosa diferente”. A quién se le ocurre. O sea, que a Aristóteles le dices que todos los hombres son mamíferos y que todos los mamíferos son vertebrados, y va el sinvergüenza de él y por su cuenta y riesgo llega a la conclusión que todos los hombres son vertebrados, ¿de qué va?
Diez años lleva hablando Belén Esteban de su hija Andreíta. Diez años en los que España ve con horror que la señora tiene un contrato con Telecinco por el que trabaja, come y vive en determinados programas de la casa cuyo reino, ¡oh, dioses crueles!, no tendrá fin. Hace unos días, una de esas anodinas mañanas de diario en que los Servicios Sociales de todos los ayuntamientos velan para que los niños sean correctamente escolarizados por sus padres, Ana Rosa Quintana proclamó ufana que contaba con “las hijas de otras compañeras de la cadena” para entrevistar a Laura Esquivel, protagonista de una serie que emite la cadena que da de comer a sus hijos. Pues bien, cuando dijo a una de ellas: “¿Qué quieres preguntarle a Laura, Andrea?”, los desaforados aristotélicos todos que en España son, se pusieron a completar el silogismo como locos y llegaron a la conclusión de que aquella niña de 10 años era Andreíta sin pixelar.
“A ver si por ser Andrea Janeiro Esteban se tendría que quedar encerrada en una cueva. Nadie tenía por qué haberla reconocido” dijo ARQ al día siguiente del revuelo. Es más: “los padres tienen todo el derecho del mundo a que sus hijos estén o no en los medios, aunque yo prefiero que los míos no salgan”. Así sea: abandonemos el aristotelismo y llevemos a nuestros niños a la escuela, no vaya a ser que el día de mañana trabajen en el circo televisivo y, en vez de ser los jefes de pista, como es ARQ, les toque ser los payasos que reciben tartazos.
Diez años lleva hablando Belén Esteban de su hija Andreíta. Diez años en los que España ve con horror que la señora tiene un contrato con Telecinco por el que trabaja, come y vive en determinados programas de la casa cuyo reino, ¡oh, dioses crueles!, no tendrá fin. Hace unos días, una de esas anodinas mañanas de diario en que los Servicios Sociales de todos los ayuntamientos velan para que los niños sean correctamente escolarizados por sus padres, Ana Rosa Quintana proclamó ufana que contaba con “las hijas de otras compañeras de la cadena” para entrevistar a Laura Esquivel, protagonista de una serie que emite la cadena que da de comer a sus hijos. Pues bien, cuando dijo a una de ellas: “¿Qué quieres preguntarle a Laura, Andrea?”, los desaforados aristotélicos todos que en España son, se pusieron a completar el silogismo como locos y llegaron a la conclusión de que aquella niña de 10 años era Andreíta sin pixelar.
“A ver si por ser Andrea Janeiro Esteban se tendría que quedar encerrada en una cueva. Nadie tenía por qué haberla reconocido” dijo ARQ al día siguiente del revuelo. Es más: “los padres tienen todo el derecho del mundo a que sus hijos estén o no en los medios, aunque yo prefiero que los míos no salgan”. Así sea: abandonemos el aristotelismo y llevemos a nuestros niños a la escuela, no vaya a ser que el día de mañana trabajen en el circo televisivo y, en vez de ser los jefes de pista, como es ARQ, les toque ser los payasos que reciben tartazos.
18/2/10
MIRA QUIÉN NOS DEJA EN PAZ
Desde TeleAntonioRico llega el show que todos estaban deseando, el programa más esperado de esta temporada, la revolución definitiva en entretenimiento televisivo: ¡¡"Mira quién nos deja en paz"!! Diez famosos conocidos por toda la audiencia que competirán durante tres meses por ver quién es el que mejor nos deja en paz de una puta vez y desaparece de los medios de comunicación durante una larga temporada. Más allá de "Mira quién baila", más allá de "La isla de los famosos", más allá de "Gran Hermano VIP". "Mira quién nos deja en paz" es el nuevo formato nacido para marcar un antes y un después en la televisión mundial, que ya ha cosechado un éxito sin precedentes en el Reino Unido ("Look who leaves us alone"), Francia ("Regardez qui nous laisse en paix") y Alemania ("Miraquiennosdejaenpacem").
Y la lista de concursantes para este nuevo reality no puede ser más interesante: Víctor Janeiro, Chayo Mohedano, Borja Thyssen, Kiko Rivera, Coto Matamoros, Mari Cielo Pajares y Jaime Ostos ya han confirmado su participación, y la dirección del espacio todavía se guarda alguna importante sorpresa que dejará boquiabierta a la audiencia. Cada semana estos queridos personajes de la crónica social intentarán no aparecer en los programas del corazón, no acudir a ningún plató donde se produzca telebasura, no ofrecer declaraciones ni protagonizar ninguna noticia en el mundo rosa. Y en cada gala semanal, -en la que ellos no participarán-, un jurado decidirá quién merece continuar en el concurso y quién queda eliminado hasta que uno de ellos se alce finalmente con la victoria de "Mira quién nos deja en paz". Además, TeleAntonioRico ofrecerá en sus magacines pequeños avances diarios con imágenes en donde no aparece ninguno de los participantes y mesas de debate sobre la marcha del concurso.
Recuerde: ésta va a ser la temporada de "Mira quién nos deja en paz". Seguro que usted no quiere perderse el nuevo espacio del que todo el mundo no va a hablar.
Y la lista de concursantes para este nuevo reality no puede ser más interesante: Víctor Janeiro, Chayo Mohedano, Borja Thyssen, Kiko Rivera, Coto Matamoros, Mari Cielo Pajares y Jaime Ostos ya han confirmado su participación, y la dirección del espacio todavía se guarda alguna importante sorpresa que dejará boquiabierta a la audiencia. Cada semana estos queridos personajes de la crónica social intentarán no aparecer en los programas del corazón, no acudir a ningún plató donde se produzca telebasura, no ofrecer declaraciones ni protagonizar ninguna noticia en el mundo rosa. Y en cada gala semanal, -en la que ellos no participarán-, un jurado decidirá quién merece continuar en el concurso y quién queda eliminado hasta que uno de ellos se alce finalmente con la victoria de "Mira quién nos deja en paz". Además, TeleAntonioRico ofrecerá en sus magacines pequeños avances diarios con imágenes en donde no aparece ninguno de los participantes y mesas de debate sobre la marcha del concurso.
Recuerde: ésta va a ser la temporada de "Mira quién nos deja en paz". Seguro que usted no quiere perderse el nuevo espacio del que todo el mundo no va a hablar.
17/2/10
PERDIDOS EN LA TRINCHERA
Si Indiana Jones es un James Bond sin tecnología, la serie “Perdidos” es un “Supervivientes” sin chorradas sociológicas, mucha física recreativa y muchísima metafísica. Y con poca tecnología, es decir, efectos especiales en su justa medida, unas cuantas pistolas, los cuchillos de John Locke, algunas furgonetas, un búnker de lo más espartano, sangre de metirijillas en las caras de Jack y Sawyer, una pulcra zona residencial y una isla muy coqueta. ¡Ah! Y los protagonistas de “Perdidos” no tienen nada que ver con Indiana Jones, ni con James Bond, ni siquiera con John Rambo, ese Superman sin pijama azul ni poderes extraordinarios. Jack Shephard es un tipo como usted o como yo con conocimientos de medicina y un pasado tormentoso.
Los dos primeros episodios de la sexta y última temporada de “Perdidos” (Fox y Cuatro) no fueron un éxito total de audiencia, pero es que “Perdidos” no aspira a ser un “Gran hermano” en una isla donde pasan cosas raras. De todas formas, el objetivo principal de este artículo es recomendar a todos los espectadores que no hayan seguido “Perdidos” desde el principio o que se hayan desenganchado en la vigésimo cuarta (o así) vuelta de tuerca argumental, que no se pierdan el final de una serie que ha marcado una época. Cuantos más seamos para poder discutir qué demonios es la isla o qué significan los Números, mucho mejor. No se preocupe, basta con viajar un poco por internet o charlar con algún seguidor fiel de la serie (hay miles) para enterarse de qué va todo y poder unirse al juego. “Perdidos” es, y perdonen el mal gusto de la comparación, como la batalla de Verdún.
En la batalla de Verdún, durante la I Guerra Mundial, murieron setecientos mil soldados franceses y alemanes, pero la línea del frente casi no se movió. En la serie “Perdidos” ya han sucedido setecientas mil cosas, pero la línea del frente casi no se ha movido y todo el mundo está tan despistado como al principio. En esta guerra de trincheras que es “Perdidos”, las teorías sobre lo que ocurre en la isla mueren a escala industrial, como lo hicieron los pobres soldados obligados a morir en Verdún. Si usted decide meterse en la trinchera de “Perdidos”, enseguida será un seguidor veterano. Únase a nosotros. En televisión, las trincheras solitarias son muy tristes.
16/2/10
GLORIA A MERCERO
Lo sorprendente no es que un hombre pierda la memoria, sino que los demás la mantengamos. Ése es el escurridizo misterio que encierra la vida, al que los fisiólogos se enfrentan con las unidades de medida equivocadas y los psicólogos combaten en una lucha de fuerzas muy desigual. La persistencia del mundo y su mantenimiento constante a partir de la sucesión de cada una de nuestras experiencias concretas es un prodigio que deja pequeño al big bang y que inevitablemente recuerda a la sensación de movimiento que el cine consigue mediante la proyección a toda velocidad de fotografías estáticas. ¿Por qué cuando abro los ojos cada mañana mi casa me resulta familiar, por qué me invade esa tristeza infinita cada vez que veo esa trenza de pelo en esa persona, por qué sé que Donald O’Connor va a chocar contra un muro de ladrillos cada vez que abre la puerta en el "Make’em laugh" de "Cantando bajo la lluvia"?
Antonio Mercero está perdiendo la memoria. Y el momento en el que sus hijos recogieron el Goya que se le entregó en la gala del domingo se convirtió en la escena más honradamente tierna que hemos visto en muchos años. Contaron que su padre siempre decía que quería morir rodeado de sus hijos y viendo "Cantando bajo la lluvia", y que su enfermedad le estaba permitiendo ver continuamente "Cantando bajo la lluvia" como si fuera la primera vez. Recordar el mundo es hacerlo nuestro, pero también es perder la experiencia de su encuentro y es para esa experiencia para lo que estamos vivos. Imaginar a Mercero sorprendiéndose una y otra vez de que Donald O’Connor choque contra un muro de ladrillos mientras canta "Make’em laugh" hace llorar hasta a José Miguel Monzón (José Miguel Monzón es el Gran Wyoming cuando sale por la tele, y el Gran Wyoming es José Miguel Monzón cuando llora), pero también convierte al viejo director en una persona intensamente viva, que únicamente responde a la ternura honrada y a un mundo que se crea de nuevo en cada momento. Gloria a Mercero y a todos cuya profesión se basa en conseguir que cada imagen se apoye en la persistencia en la retina de la imagen anterior.
15/2/10
ESPAÑA LO MERECE
No puede ser que el acto más solemne del divorcio real sea la retirada de un pase VIP del palco del Bernabéu y el traslado de una imagen a los almacenes del Museo de Cera. El pueblo español tiene derecho a expresar su cariño a la Casa Real en la riqueza y la pobreza, en la salud y la enfermedad, en la boda y el divorcio hasta que la muerte (o un referéndum) nos separe.
La infanta Elena de Borbón y Grecia no publicó un buen día un comunicado anunciando el “inicio temporal de la convivencia” con Jaime de Marichalar y, un par de años más tarde, no dejó que se filtrara la noticia de que había dado un paso más y se había casado mostrando que Marichalar ya salía en las fotos oficiales de la Casa del Rey. La infanta ama a su pueblo, así que en su día se tomó las molestias de ocupar todas las pantallas de televisión, monopolizar los informativos y casarse delante de todos los españoles para que pudiéramos mostrarle cuánto la queríamos y cómo le deseábamos lo mejor.
Pues ahora también. ¿Ya no nos ama la duquesa de Lugo? ¿El pueblo no le tiene cariño? Pues que la televisión siga haciendo su trabajo y estreche ese lazo ahora igual que lo hizo siempre. Que monten un divorcio por todo lo alto y lo retransmitan. Desfile en carroza descubierta, unidades móviles a tutiplén, cámaras situadas en los lugares estratégicos, primeros planos de su sonrisa saludando a ambos lados, muestras del fervor del pueblo al verla pasar, caídas de ojos de la duquesa en los momentos más emotivos, miradas de complicidad con la Reina, vestidos hechos por nuestros mejores modistos para promocionar la moda de España, la emoción del Rey contenida por la responsabilidad del acontecimiento, el momento distendido por una travesura de Froilán… Horas y horas de televisión sacrificadas a la mayor gloria de la Casa Real y el pueblo que tanto quiere. España lo merece.
La infanta Elena de Borbón y Grecia no publicó un buen día un comunicado anunciando el “inicio temporal de la convivencia” con Jaime de Marichalar y, un par de años más tarde, no dejó que se filtrara la noticia de que había dado un paso más y se había casado mostrando que Marichalar ya salía en las fotos oficiales de la Casa del Rey. La infanta ama a su pueblo, así que en su día se tomó las molestias de ocupar todas las pantallas de televisión, monopolizar los informativos y casarse delante de todos los españoles para que pudiéramos mostrarle cuánto la queríamos y cómo le deseábamos lo mejor.
Pues ahora también. ¿Ya no nos ama la duquesa de Lugo? ¿El pueblo no le tiene cariño? Pues que la televisión siga haciendo su trabajo y estreche ese lazo ahora igual que lo hizo siempre. Que monten un divorcio por todo lo alto y lo retransmitan. Desfile en carroza descubierta, unidades móviles a tutiplén, cámaras situadas en los lugares estratégicos, primeros planos de su sonrisa saludando a ambos lados, muestras del fervor del pueblo al verla pasar, caídas de ojos de la duquesa en los momentos más emotivos, miradas de complicidad con la Reina, vestidos hechos por nuestros mejores modistos para promocionar la moda de España, la emoción del Rey contenida por la responsabilidad del acontecimiento, el momento distendido por una travesura de Froilán… Horas y horas de televisión sacrificadas a la mayor gloria de la Casa Real y el pueblo que tanto quiere. España lo merece.
14/2/10
TRES NECROLÓGICAS PARA UN PROGRAMA MUERTO
1. Primer principio de Rico sobre los predictores de éxito de un programa: "Un programa triunfará en mayor medida cuanto más rápidamente se popularice el uso de sus siglas". Así, todo el mundo sabe lo que es SLQH, OT, GH, FoQ, MQB o, incluso, MYHYV (este acrónimo, por si alguien no es de este mundo, se refiere a "Mujeres y hombres y viceversa"). "Dónde estás, corazón" llegó a cambiar oficialmente su nombre por el de "DEC". ¿Alguien se ha referido a "Lo que diga la rubia" por LQDLR? No, ¿verdad? ¿Entonces? ¿Qué éxito podía tener un espacio de nombre largo que no lleva asociadas ningunas siglas?
2. ¿Los estudios de audiencia tienen en cuenta que durante la hora de la siesta se pueden pulsar botones del mando a distancia de forma caótica? Durante la hora de la siesta se duerme la siesta. Cuando se duerme la siesta el cuerpo se va derrumbando sobre el sofá. Cuando el cuerpo se va derrumbando sobre el sofá es fácil que una parte rígida del mismo, -un codo, una barbilla, un pene de un adolescente-, apriete un botón y salga una cadena al tuntún. Uno puede quedarse dormido viendo "Sálvame" y que el audímetro registre "Tal cual". O quedarse dormido viendo "Tal cual" y que el audímetro registre "Lo que diga la rubia". O quedarse dormido viendo "Lo que diga la rubia" y que el audímetro registre "Sálvame".
3. La lección que todos hemos aprendido tras este fracaso de Cuatro es que no tienen futuro los programas que se avergüenzan de sí mismos, que son del corazón pero pretenden no serlo, que son magacines pero dicen que no lo son, que son frívolos como lo peor de Telecinco pero se las dan de ser sofisticados como el Canal Viajar. Las diferentes suertes que han corrido "Sálvame" y "Lo que diga la rubia" no dejan lugar a dudas: si vas a hacer telebasura, regodéate con insolencia en ella; y si no, ten los huevazos de hacer televisión de calidad sin la menor concesión de 4 a 6 de la tarde. Todavía nadie ha hecho la prueba de lo que podría ocurrir en ese caso.
2. ¿Los estudios de audiencia tienen en cuenta que durante la hora de la siesta se pueden pulsar botones del mando a distancia de forma caótica? Durante la hora de la siesta se duerme la siesta. Cuando se duerme la siesta el cuerpo se va derrumbando sobre el sofá. Cuando el cuerpo se va derrumbando sobre el sofá es fácil que una parte rígida del mismo, -un codo, una barbilla, un pene de un adolescente-, apriete un botón y salga una cadena al tuntún. Uno puede quedarse dormido viendo "Sálvame" y que el audímetro registre "Tal cual". O quedarse dormido viendo "Tal cual" y que el audímetro registre "Lo que diga la rubia". O quedarse dormido viendo "Lo que diga la rubia" y que el audímetro registre "Sálvame".
3. La lección que todos hemos aprendido tras este fracaso de Cuatro es que no tienen futuro los programas que se avergüenzan de sí mismos, que son del corazón pero pretenden no serlo, que son magacines pero dicen que no lo son, que son frívolos como lo peor de Telecinco pero se las dan de ser sofisticados como el Canal Viajar. Las diferentes suertes que han corrido "Sálvame" y "Lo que diga la rubia" no dejan lugar a dudas: si vas a hacer telebasura, regodéate con insolencia en ella; y si no, ten los huevazos de hacer televisión de calidad sin la menor concesión de 4 a 6 de la tarde. Todavía nadie ha hecho la prueba de lo que podría ocurrir en ese caso.
13/2/10
MIERDA
Tras frenar en la barrera levadiza a la entrada de Telecinco el camionero bajó la ventanilla, saludó al guardia del control de seguridad y le pasó unos papeles. "Vengo con una carga de mierda, ¿dónde se la dejo?". El guardia lo consultó a través de su walkie. "Vaya hasta la nave del fondo y descárguela por favor en los contenedores". El camionero puso en marcha su vehículo y repitió un camino que ya habia recorrido muchas veces. Introdujo la carga por los enormes portones, se aseguró por el retrovisor de que la colocación era adecuada, y estaba a punto de accionar el mecanismo de volcado del remolque cuando notó golpes en la puerta de la cabina. Era el Encargado de la Nave del Fondo. "Espere, ¿qué trae usted?". "¿Cómo que qué traigo? Traigo mierda. Como siempre". "No, tiene que haber un error, ¿quién se la ha pedido?". "Coño, Vasile, aquí tengo el albarán del encargo. Léalo si quiere: 28.500 kilos de mierda para entregar en Telecinco a comienzos de febrero". "¿Y ahora qué hago yo con esta mierda?". "¿Y a mí qué me cuenta? Yo soy el transportista".
El Encargado de la Nave del Fondo pidió un minuto al camionero y llamó indignado por teléfono al Encargado General de Todas las Cosas de Telecinco. "¿Qué está pasando aquí? Tengo ahora en la puerta 30 toneladas de mierda y no tengo dónde meterlas. Tengo todos los contenedores de mierda repletos con la mierda que usamos para la mierda de 'La Noria', para la mierda de 'Sálvame', para la mierda de 'Mujeres y hombres y viceversa', para la mierda de 'El programa de Ana Rosa', para la mierda de 'Gran Hermano'. No tengo dónde meter esta mierda nueva... ¿Cómo que hay nuevos contenedores para un nuevo programa? Coño, ¿y por qué no se me ha avisado? ¿'Fresa ácida'?, ¿se estrena el 11? Pero la carga que ha llegado es enorme, necesitamos mucho espacio, tiene que ser un programa muy muy lleno de mierda... Bueno, vale, le diré al del camión que deje la nueva mierda en el contenedor de 'Fresa ácida'". El Encargado de la Nave del Fondo se acercó hasta el trailer.
El Encargado de la Nave del Fondo pidió un minuto al camionero y llamó indignado por teléfono al Encargado General de Todas las Cosas de Telecinco. "¿Qué está pasando aquí? Tengo ahora en la puerta 30 toneladas de mierda y no tengo dónde meterlas. Tengo todos los contenedores de mierda repletos con la mierda que usamos para la mierda de 'La Noria', para la mierda de 'Sálvame', para la mierda de 'Mujeres y hombres y viceversa', para la mierda de 'El programa de Ana Rosa', para la mierda de 'Gran Hermano'. No tengo dónde meter esta mierda nueva... ¿Cómo que hay nuevos contenedores para un nuevo programa? Coño, ¿y por qué no se me ha avisado? ¿'Fresa ácida'?, ¿se estrena el 11? Pero la carga que ha llegado es enorme, necesitamos mucho espacio, tiene que ser un programa muy muy lleno de mierda... Bueno, vale, le diré al del camión que deje la nueva mierda en el contenedor de 'Fresa ácida'". El Encargado de la Nave del Fondo se acercó hasta el trailer.
12/2/10
EL BAILE DEL SOL Y EL CINTURÓN DE ASTEROIDES
“¡Mira quién baila!”, dice ahora Pilar Rubio en Telecinco. ¿Cómo que mire quién baila? Cualquier televidente sabe que normalmente exponemos la retina a radiaciones inferiores a 10w por centímetro cuadrado, y que por encima de este nivel la duración de la exposición está limitada por el parpadeo, ese momento fugaz en el que hacemos zapping sin cambiar de canal. Por eso no debemos ser necios mirando directamente al Sol. O sea: Sol, pupa.
Pero es que, en efecto, hay quien hizo caso a Telecinco y miró quién bailaba anteayer por la noche. Ya. Siempre hay listos que no quieren navegar por las aguas de la sensatez y consideran palabrería eso de que la luz solar desencadena un mecanismo fotoquímico dañino causante de retinitis solar, fotorretinitis o maculopatía solar. Por ejemplo, los hay que practican el Sungazing, o sea, miran y miran el Sol para que todo les vaya tan bien que terminan por no necesitar ni comer para vivir porque con mirar al Sol tienen bastante. Los que miran quién baila no dicen tantas tonterías, pero también juegan con fuego: mirar fijamente el Sol causa quemaduras en la retina y luego puede uno acabar convencido de ver lo que no es. Hay personas, por ejemplo, que aseguran haber visto cómo el Sol baila después de estar mirándolo un buen rato. No dicen si baila pasodoble o chachachá, pero juran que baila.
¿Podemos fiarnos de los que dicen haber visto bailar a los participantes de ¡MQB!? ¿No estarán deslumbrados por un montón de anodinos asteroides interestelares vestidos con lentejuelas y sobreiluminados por los focos? Tal vez Carmen Lomana pudiera moverse a los 15 años cuando ganó un concurso de baile en Celorio (Llanes), pero ahora es incapaz siquiera de mover los labios para vocalizar. ¿Tenían sus ojos debidamente protegidos quienes dicen haber visto bailar rumba y tango anteayer a semejante pedrusco?
Pero es que, en efecto, hay quien hizo caso a Telecinco y miró quién bailaba anteayer por la noche. Ya. Siempre hay listos que no quieren navegar por las aguas de la sensatez y consideran palabrería eso de que la luz solar desencadena un mecanismo fotoquímico dañino causante de retinitis solar, fotorretinitis o maculopatía solar. Por ejemplo, los hay que practican el Sungazing, o sea, miran y miran el Sol para que todo les vaya tan bien que terminan por no necesitar ni comer para vivir porque con mirar al Sol tienen bastante. Los que miran quién baila no dicen tantas tonterías, pero también juegan con fuego: mirar fijamente el Sol causa quemaduras en la retina y luego puede uno acabar convencido de ver lo que no es. Hay personas, por ejemplo, que aseguran haber visto cómo el Sol baila después de estar mirándolo un buen rato. No dicen si baila pasodoble o chachachá, pero juran que baila.
¿Podemos fiarnos de los que dicen haber visto bailar a los participantes de ¡MQB!? ¿No estarán deslumbrados por un montón de anodinos asteroides interestelares vestidos con lentejuelas y sobreiluminados por los focos? Tal vez Carmen Lomana pudiera moverse a los 15 años cuando ganó un concurso de baile en Celorio (Llanes), pero ahora es incapaz siquiera de mover los labios para vocalizar. ¿Tenían sus ojos debidamente protegidos quienes dicen haber visto bailar rumba y tango anteayer a semejante pedrusco?
FARMACIA DE GUARDIA 2.0
No hacía falta esto. Es la conclusión a la que llega uno tras ver el regreso fallido de “Farmacia de guardia”. Los nostálgicos se alegrarían al enterarse de que volvía por un día la mítica serie de Antonio Mercero que no es “Verano azul”, pero esta vuelta sólo sirvió para recordarnos que el regreso puede ser aun más doloroso que ese “deseo doloroso de regresar” que es la nostalgia.
No hacía falta añadir a los 169 capítulos de amor que vivimos hace tres lustros con “Farmacia de guardia”, una verruga desesperada de hora y media de duración. No hacía falta volver a la publicidad por emplazamiento de Gelocatil y Betadine, no hacía falta ver el último homenaje de Paco Larrañaga a la rancia escuela de actores “Paco Martínez Soria”, no hacían falta gracietas robadas del festival del humor de Mariano Ozores (Ella: “Eres un esteta”. Él, mirando su escote: “Eso, un es… teta”), no hacía falta que Kike tuviera un loro más pesado que aquella pesadilla verde que acompañaba a Leticia Sabater en “Con mucha marcha”. No hacía falta, en fin, actualizar el pasado añadiendo teléfonos móviles, actuaciones forzadas de La oreja de Van Gogh y chistes sobre corrupción urbanística para que la versión 2.0 de “Farmacia de guardia” diera repelús. Quien tenga nostalgia del pasado que vea las reposiciones del original en Antena.Nova y se ponga a rezar para que Mercero no permita rodar “Verano azul 2.0”.
No hacía falta añadir a los 169 capítulos de amor que vivimos hace tres lustros con “Farmacia de guardia”, una verruga desesperada de hora y media de duración. No hacía falta volver a la publicidad por emplazamiento de Gelocatil y Betadine, no hacía falta ver el último homenaje de Paco Larrañaga a la rancia escuela de actores “Paco Martínez Soria”, no hacían falta gracietas robadas del festival del humor de Mariano Ozores (Ella: “Eres un esteta”. Él, mirando su escote: “Eso, un es… teta”), no hacía falta que Kike tuviera un loro más pesado que aquella pesadilla verde que acompañaba a Leticia Sabater en “Con mucha marcha”. No hacía falta, en fin, actualizar el pasado añadiendo teléfonos móviles, actuaciones forzadas de La oreja de Van Gogh y chistes sobre corrupción urbanística para que la versión 2.0 de “Farmacia de guardia” diera repelús. Quien tenga nostalgia del pasado que vea las reposiciones del original en Antena.Nova y se ponga a rezar para que Mercero no permita rodar “Verano azul 2.0”.
11/2/10
VALIENTE LO SERÁS TÚ
Hace dos semanas que Cuatro emite en la sobremesa “Valientes”, una serie moderna que lo flipas, pero tejida con los mimbres de siempre: amores, venganzas y pasiones desatadas al por mayor. Después de echarle un vistazo les puedo asegurar que los valientes de “Valientes” no son los hermanos Soto, ni Bárdenas, ni Alba, ni Isabel, ni Lorenzo, ni los hombres de Lorenzo. Los valientes de “Valientes” son los más de medio millón de espectadores que cada tarde tienen el cuajo de sentarse a ver en qué para semejante pestiño.
Así que viven entre nosotros humanos que parecen seres como usted y como yo, pero que no lo son. Se trata de humanos aparentemente tan normales como su vecino, pero que guardan un secreto que sólo los audímetros han podido descubrir: son capaces de mantener la serenidad cada tarde y sentarse después de comer a ver una serie tan mala que mete miedo a los atrevidos. El cuatro por ciento de audiencia que tiene la serie aterrorizaría a cualquier telespectador: todos sabemos que es un porcentaje muy pequeño incluso para Cuatro y en cualquier momento la cadena puede mandar a “Valientes” al fondo del pozo del no ser. Los valientes de “Valientes” no se arredran y sin dar un paso atrás, cada día renuncian a la siesta para seguir los sinuosos meandros por los que discurre el amor entre Leo y Alba.
Podría ser peor. Podrían llegar refuerzos antes de que cayera la plaza, consolidando la serie en la parrilla. Hay que tener en cuenta que “Valientes” es la adaptación de una serie que en no sé dónde ya lleva 200 episodios. ¿Verdad que da miedo ponerse en manos de “Duracell productions”? Pues hay más de medio millón de valientes viviendo entre nosotros que no sienten ni un cosquilleo en la nuca, ni un respigo recorriendo su espalda al saber dónde van a estar toooodas las tardes, de lunes a viernes, durante los próximos meses, llueva, truene o haga sol. Con un par.
Así que viven entre nosotros humanos que parecen seres como usted y como yo, pero que no lo son. Se trata de humanos aparentemente tan normales como su vecino, pero que guardan un secreto que sólo los audímetros han podido descubrir: son capaces de mantener la serenidad cada tarde y sentarse después de comer a ver una serie tan mala que mete miedo a los atrevidos. El cuatro por ciento de audiencia que tiene la serie aterrorizaría a cualquier telespectador: todos sabemos que es un porcentaje muy pequeño incluso para Cuatro y en cualquier momento la cadena puede mandar a “Valientes” al fondo del pozo del no ser. Los valientes de “Valientes” no se arredran y sin dar un paso atrás, cada día renuncian a la siesta para seguir los sinuosos meandros por los que discurre el amor entre Leo y Alba.
Podría ser peor. Podrían llegar refuerzos antes de que cayera la plaza, consolidando la serie en la parrilla. Hay que tener en cuenta que “Valientes” es la adaptación de una serie que en no sé dónde ya lleva 200 episodios. ¿Verdad que da miedo ponerse en manos de “Duracell productions”? Pues hay más de medio millón de valientes viviendo entre nosotros que no sienten ni un cosquilleo en la nuca, ni un respigo recorriendo su espalda al saber dónde van a estar toooodas las tardes, de lunes a viernes, durante los próximos meses, llueva, truene o haga sol. Con un par.
10/2/10
LO QUE DIGA SAN AGUSTÍN
"Cuando pienso en mí mismo advierto que no soy nada; sin embargo, si me comparo..." es una frase que por aclamación popular internetera hay que atribuir a Agustín de Hipona, San Agustín o Aurelius Agustinus Hipponensis, según sean las lenguas vernáculas y las creencias religiosas de los lectores. El pensamiento de Agustín ha conservado una presencia privilegiada en la doctrina de la iglesia católica hasta hoy y yo mismo voy a defender en estas líneas que la frase con la que comienza este texto era en verdad un comentario adelantado respecto de "Lo que diga la rubia", el nuevo programa de tarde de Cuatro que prometió no ser un magacine y sin embargo fue un magacine.
Porque si pensamos en el programa de Luján Argüelles abstraído del resto de la programación contra la que se compara, "Lo que diga la rubia" es una birria de espacio que no merece ni la atención que se le presta al agua jabonosa que se va por el desagüe de la ducha, -mesa de corazón, mesa de "Perdidos en la tribu", gags con más buena voluntad que grandes ideas-. Pero si comparamos lo que dice la rubia Argüelles con lo que están diciendo simultáneamente la rubia Esteban (Telecinco), la rubia Conde (LaSexta) o la casirubia Lasvignes (Antena 3) entonces el nuevo magacine-que-dice-que-no-es-magacine-pero-es-magacine de Cuatro se convierte en el mejor estreno desde el "Un, dos, tres".
Eso sí, hay una excepción en todo lo dicho: Josie, ese chirriante ectoplasma que había aparecido en un fashion-reality de Cuatro y que ahora se materializa en LQDLR. Si pensamos en Josie mismo advertimos que no es nada; si lo comparamos con otros colaboradores de programas semejantes advertimos que sigue siendo nada; y si lo comparamos con el espacio vacío interestelar sólo atravesado por nubes de polvo y gases nobles Josie sigue sin distinguirse del fondo. Ésta es una de las dos diferencias fundamentales entre Josie y San Agustín. La otra es que Josie es incapaz de compararse con nada porque aún no sabe que existe en el cosmos algo que no sea él.
Porque si pensamos en el programa de Luján Argüelles abstraído del resto de la programación contra la que se compara, "Lo que diga la rubia" es una birria de espacio que no merece ni la atención que se le presta al agua jabonosa que se va por el desagüe de la ducha, -mesa de corazón, mesa de "Perdidos en la tribu", gags con más buena voluntad que grandes ideas-. Pero si comparamos lo que dice la rubia Argüelles con lo que están diciendo simultáneamente la rubia Esteban (Telecinco), la rubia Conde (LaSexta) o la casirubia Lasvignes (Antena 3) entonces el nuevo magacine-que-dice-que-no-es-magacine-pero-es-magacine de Cuatro se convierte en el mejor estreno desde el "Un, dos, tres".
Eso sí, hay una excepción en todo lo dicho: Josie, ese chirriante ectoplasma que había aparecido en un fashion-reality de Cuatro y que ahora se materializa en LQDLR. Si pensamos en Josie mismo advertimos que no es nada; si lo comparamos con otros colaboradores de programas semejantes advertimos que sigue siendo nada; y si lo comparamos con el espacio vacío interestelar sólo atravesado por nubes de polvo y gases nobles Josie sigue sin distinguirse del fondo. Ésta es una de las dos diferencias fundamentales entre Josie y San Agustín. La otra es que Josie es incapaz de compararse con nada porque aún no sabe que existe en el cosmos algo que no sea él.
9/2/10
DESAYUNO DE SUPERBOWL
Durante mucho tiempo creí que el fútbol americano (y cuando digo fútbol americano quiero decir Superbowl) era un espectáculo profundo porque no lo entendía. Este año, después de ver la final de la Superbowl entre los Colts de Indianápolis y los Saints de Nueva Orleáns (Canal +), sigo sin entender casi nada de lo que pasa en un partido de fútbol americano, pero ya no creo que sea un espectáculo profundo. Algo es algo.
No entiendo cómo es posible que un tiburón metido en formol se venda como si fuera una obra de arte y, encima, a un precio tan extravagante como las propuestas económicas neomemas de Adolfo Domínguez, pero eso no significa que crea que el dichoso tiburón metido en formol es profundo. Tampoco entiendo muy bien el entusiasmo de los yanquis por un deporte con más interrupciones que un discurso de Emilio Botín en un mitin de la CNT, pero eso ya no significa que crea que los movimientos de los jugadores de los Colts y de los Saints son profundos. El arte moderno con tiburones en formol, las propuestas económicas neomemas, los discursos de Botín y la Superbowl son incomprensibles, pero no tienen por qué ser profundos. Es más, veo más profundidad en el tiburón de Damien Hirst que en las neomemeces de Adolfo Domínguez, y muchíiiiiiiiiiisima más profundidad en un buen pase de un quarterback como Manning que en los indecentes beneficios del banco que preside el tal Botín.
El discurso de Zapatero en una cosa llamada “Desayuno Nacional de Oración”, citando un pasaje del Deuteronomio ante un montón de gente que cuando escucha la palabra “socialismo” cree que alguien les quiere robar sus barbacoas, no hay quien lo entienda. Y, comparada con esa visión tan poco profunda de Zapatero citando el Deuteronomio y orando pero haciendo ver que no está orando (o viceversa, no sé), cualquier cosa es más comprensible. Hasta un partido de fútbol americano entre los Colts y los Saints. A partir de ahora, y por estas fechas, el espectáculo más incomprensible que nos llegará del país de Obama no será la Superbowl, sino ese desayuno con croissant de oración y pastitas de Biblia. Que el año que vienen inviten a Adolfo Domínguez, por favor. Seguro que comenta un versículo del Apocalipsis.
No entiendo cómo es posible que un tiburón metido en formol se venda como si fuera una obra de arte y, encima, a un precio tan extravagante como las propuestas económicas neomemas de Adolfo Domínguez, pero eso no significa que crea que el dichoso tiburón metido en formol es profundo. Tampoco entiendo muy bien el entusiasmo de los yanquis por un deporte con más interrupciones que un discurso de Emilio Botín en un mitin de la CNT, pero eso ya no significa que crea que los movimientos de los jugadores de los Colts y de los Saints son profundos. El arte moderno con tiburones en formol, las propuestas económicas neomemas, los discursos de Botín y la Superbowl son incomprensibles, pero no tienen por qué ser profundos. Es más, veo más profundidad en el tiburón de Damien Hirst que en las neomemeces de Adolfo Domínguez, y muchíiiiiiiiiiisima más profundidad en un buen pase de un quarterback como Manning que en los indecentes beneficios del banco que preside el tal Botín.
El discurso de Zapatero en una cosa llamada “Desayuno Nacional de Oración”, citando un pasaje del Deuteronomio ante un montón de gente que cuando escucha la palabra “socialismo” cree que alguien les quiere robar sus barbacoas, no hay quien lo entienda. Y, comparada con esa visión tan poco profunda de Zapatero citando el Deuteronomio y orando pero haciendo ver que no está orando (o viceversa, no sé), cualquier cosa es más comprensible. Hasta un partido de fútbol americano entre los Colts y los Saints. A partir de ahora, y por estas fechas, el espectáculo más incomprensible que nos llegará del país de Obama no será la Superbowl, sino ese desayuno con croissant de oración y pastitas de Biblia. Que el año que vienen inviten a Adolfo Domínguez, por favor. Seguro que comenta un versículo del Apocalipsis.
8/2/10
LEGENDARIO BARNEY
Posibilidad 1: Usted no sabe quién es Barney Stinson, el personaje de "Cómo conocí a vuestra madre". No siga leyendo esta entrada en este momento. Por mucho que me esfuerce no podré hacerle entender de qué tipo de individuo voy a hablar hoy. Imprímala y guárdela en un lugar seguro, seco y alejado de temperaturas extremas hasta que haya podido ver diez o doce capítulos de la serie. Posiblidad 2: Usted sí sabe quién es Barney Stinson, el personaje de "Cómo conocí a vuestra madre", bien porque ya lo sabía desde que comenzó a leer la entrada, o bien porque al comenzar a leerla usted no lo sabía, la imprimió, la guardó en un lugar seguro, seco y alejado de temperaturas extremas, y ha pasado semanas viendo sin parar capítulos de dicha serie. Sea como fuera, no siga leyendo esta entrada. Sabe usted perfectamente igual que yo que no hay forma de escribir nada que haga justicia al mejor personaje de comedia creado en nuestro siglo. (Quisiera pedir disculpas a los lectores que imprimieron esta entrada, la guardaron durante semanas en un lugar seguro, seco y alejado de temperaturas extremas, y descubren que tampoco deben leerla ahora. En cualquier caso, seguro que el haberles hecho descubrir a Barney les compensa de cualquier incomodidad que les haya podido provocar).
Pues eso, que estoy dedicando una entrada a un asunto sobre el que no tiene sentido escribir una entrada. Los astrónomos tienen dificultades para percibir planetas de otros sistemas solares porque el brillo de sus respectivas estrellas les impide por completo poder ser vistos. La presencia de Barney en pantalla no solo eclipsa a Marshall, Ted, Lilly y Robin, sino que hace que desaparezcan todas las series que la FOX emite en un radio de dos o tres horas. Si usted conoce "Cómo conocí a vuestra madre" sabrá que me quedo corto. Si usted no conoce "Cómo conocí a vuestra madre" creerá que exagero. En este último caso, créame, necesita usted conseguir rápidamente la serie y guardarla en un lugar seguro, seco y alejado de temperaturas extremas.
Pues eso, que estoy dedicando una entrada a un asunto sobre el que no tiene sentido escribir una entrada. Los astrónomos tienen dificultades para percibir planetas de otros sistemas solares porque el brillo de sus respectivas estrellas les impide por completo poder ser vistos. La presencia de Barney en pantalla no solo eclipsa a Marshall, Ted, Lilly y Robin, sino que hace que desaparezcan todas las series que la FOX emite en un radio de dos o tres horas. Si usted conoce "Cómo conocí a vuestra madre" sabrá que me quedo corto. Si usted no conoce "Cómo conocí a vuestra madre" creerá que exagero. En este último caso, créame, necesita usted conseguir rápidamente la serie y guardarla en un lugar seguro, seco y alejado de temperaturas extremas.
7/2/10
PAPÚES EN EL MOLIN ROUGE
Vuelvo a tropezarme con Palobi y Mudeva en canal Odisea y veo cómo dos orgullosos jefes de Papúa Nueva Guinea nos miran con la misma cara de desconcierto con la que el capitán James Cook observaría a sus tatarabuelos hace 200 años. Esta vez son ellos quienes nos devuelven la visita y viajan a Europa para explicar a su pueblo cómo es la tribu de los franceses.
Y hay que ver cómo es. “Los blancos tienen costumbres muy extrañas: necesitan tantas herramientas para comer como para arreglar un coche”. “El último día del año, a medianoche, se ríen y hacen tonterías. Creo que es una costumbre muy antigua”. “En el mercado encuentras de todo, incluso comida. Hay por todas partes”. “Mira qué bien me sienta su traje de jefe. Escucha sus zapatos, dicen ‘Hola, estoy llegando’. Cuando llega el jefe los otros oyen sus zapatos y tienen miedo”. “Subimos a lo alto de una montaña aunque no entendimos qué buscaban allí. En la cumbre no hay comida, ni mujeres, ni siquiera casas”. “Las tribus de las montañas cocinan una extraña sopa que llaman fondue”. “Un blanco puede tener muchos cerdos alineados que comen y beben automáticamente, y que seguro que también duermen automáticamente, pero nunca dirá que es rico”.
El buen salvaje tiene la certeza de la mirada inocente de un niño. El documental “Una tribu en Francia” parece “Cosas de niños”. Guerra: “En Papúa cuando un hombre muere dejamos de luchar, pero aquí siguen luchando; se diría que para ellos la muerte no tiene importancia”. Palacio: “Nos preguntábamos qué hacen los blancos con tanto oro que se llevan de nuestra tierra. Ahora vemos que hacen casas de oro”. Pero debemos evitar ese espejismo. Palobi y Mudeva creen que los cazadores no cazarán ningún jabalí porque sus chalecos chillones los ahuyentarán. También creen que los niños blancos estudian tanto que el saber acabará por matarles. Están equivocados. El estudio enseña a cazar con chalecos de seguridad porque los jabalíes no ven los colores.
Y hay que ver cómo es. “Los blancos tienen costumbres muy extrañas: necesitan tantas herramientas para comer como para arreglar un coche”. “El último día del año, a medianoche, se ríen y hacen tonterías. Creo que es una costumbre muy antigua”. “En el mercado encuentras de todo, incluso comida. Hay por todas partes”. “Mira qué bien me sienta su traje de jefe. Escucha sus zapatos, dicen ‘Hola, estoy llegando’. Cuando llega el jefe los otros oyen sus zapatos y tienen miedo”. “Subimos a lo alto de una montaña aunque no entendimos qué buscaban allí. En la cumbre no hay comida, ni mujeres, ni siquiera casas”. “Las tribus de las montañas cocinan una extraña sopa que llaman fondue”. “Un blanco puede tener muchos cerdos alineados que comen y beben automáticamente, y que seguro que también duermen automáticamente, pero nunca dirá que es rico”.
El buen salvaje tiene la certeza de la mirada inocente de un niño. El documental “Una tribu en Francia” parece “Cosas de niños”. Guerra: “En Papúa cuando un hombre muere dejamos de luchar, pero aquí siguen luchando; se diría que para ellos la muerte no tiene importancia”. Palacio: “Nos preguntábamos qué hacen los blancos con tanto oro que se llevan de nuestra tierra. Ahora vemos que hacen casas de oro”. Pero debemos evitar ese espejismo. Palobi y Mudeva creen que los cazadores no cazarán ningún jabalí porque sus chalecos chillones los ahuyentarán. También creen que los niños blancos estudian tanto que el saber acabará por matarles. Están equivocados. El estudio enseña a cazar con chalecos de seguridad porque los jabalíes no ven los colores.
6/2/10
DISFRUTAR DE LAS NOTICIAS
Se puede despertar con un zumo de naranja o con un café, eso depende de si eres más de “Saber vivir” o de “Las chicas Gilmore” (la versión televisiva de “Garfield” nunca llegó a cuajar). Lo que no se puede es despertar con barbaridades, sobresaltos o gilipolleces.
Pues el otro día, a mitad de semana, “Matinal Cuatro” me despertó así. No les puedo decir si fue más una barbaridad, un sobresalto o una gilipollez porque aún estaba dormido, pero uno de esos copresentadores que copresentan junto a Ana García Siñeriz el programa copresentó un pequeño reportaje diciendo: “Si ustedes quieren, pueden volver a disfrutarlo en cuatro.com”. Se me heló la sangre porque se trataba de una de esas noticias de las que difícilmente se puede disfrutar. ¿Se puede uno recrear viendo la noticia de un hombre acuchillado por defender a una mujer maltratada?, ¿podemos solazarnos viendo las imágenes del funeral del militar fallecido en Afganistán?, ¿les apetece disfrutar echando otro vistazo a todo lo que está dando de sí el terremoto de Haití?
Con la querencia que tienen los magacines matutinos a la “crónica social”, es de agradecer que “Matinal Cuatro” no confunda la actualidad con el chismorreo. Pero pagamos un precio demasiado alto si esa mezcla contra natura entre información y entretenimiento que frecuenta cada vez más la televisión da un paso más hacia el abismo y pretende hacernos “disfrutar” con las noticias para ganar audiencia. La tele empezó hace unos años diciendo que su objetivo era que “nos sintiéramos informados”, no que lo estuviéramos. Por si no fuera poco, ahora ni eso: da igual que veamos una serie, un informativo o un concierto, lo importante es que disfrutemos y no cambiemos de canal.
Pues el otro día, a mitad de semana, “Matinal Cuatro” me despertó así. No les puedo decir si fue más una barbaridad, un sobresalto o una gilipollez porque aún estaba dormido, pero uno de esos copresentadores que copresentan junto a Ana García Siñeriz el programa copresentó un pequeño reportaje diciendo: “Si ustedes quieren, pueden volver a disfrutarlo en cuatro.com”. Se me heló la sangre porque se trataba de una de esas noticias de las que difícilmente se puede disfrutar. ¿Se puede uno recrear viendo la noticia de un hombre acuchillado por defender a una mujer maltratada?, ¿podemos solazarnos viendo las imágenes del funeral del militar fallecido en Afganistán?, ¿les apetece disfrutar echando otro vistazo a todo lo que está dando de sí el terremoto de Haití?
Con la querencia que tienen los magacines matutinos a la “crónica social”, es de agradecer que “Matinal Cuatro” no confunda la actualidad con el chismorreo. Pero pagamos un precio demasiado alto si esa mezcla contra natura entre información y entretenimiento que frecuenta cada vez más la televisión da un paso más hacia el abismo y pretende hacernos “disfrutar” con las noticias para ganar audiencia. La tele empezó hace unos años diciendo que su objetivo era que “nos sintiéramos informados”, no que lo estuviéramos. Por si no fuera poco, ahora ni eso: da igual que veamos una serie, un informativo o un concierto, lo importante es que disfrutemos y no cambiemos de canal.
5/2/10
LA UCD EN LA ERA DEL TUENTI
¡Un momento! ¿Y si usted o yo aparecimos también dentro del reparto del capítulo final de "Adolfo Suárez, el presidente"? No es descabellado, porque esta tv movie ha contado una historia de la que usted y yo tomamos parte. No es probable que se nos haya visto, ni siquiera muy al fondo de algún plano secundario, en las series que relataron la vida de Paquirri o de Marisol. Esas historias no fueron nuestra historia. Pero en la trama que hemos podido ver estos dos últimos miércoles en Antena 3 usted y yo sí tomamos parte, -sólo un poquito, claro está, pero un poquito que quizá haya quedado reflejado en las imágenes-.
Vimos a un personaje amigo del presidente al que éste llamaba "Fernando", y caímos en la cuenta de que era Abril Martorell. Vimos a un militar larguirucho y sensato; no hizo falta más para saber que era Gutiérrez Mellado. Un andaluz chulito vestido con chaqueta de pana: Felipe González. Un sesentero comunista bajito y fumador: Santiago Carrillo. Vimos a una mujer rubia y despierta actuando como la mano derecha del presidente y supimos que la actriz estaba interpretando a Carmen Díez de Rivera. ¿Y si el paseante que le increpa a Suárez cuando está haciendo campaña por provincias era yo? Tenía más o menos mi estatura y se me daba un aire visto desde lejos. En verdad yo no le increpé tanto como se vio en pantalla, pero entiendo que es una reconstrucción dramática de los hechos. ¿Cómo se llama el actor que hizo de mí en la serie? ¿Y si el conductor que mira sorprendido pasar el coche oficial de Suárez era usted? ¿Se representó en la serie al pueblo español con la misma grandeza con la que se mostró a la clase política de la Transición?
(P.D.: ¿Cómo será la serie de 2040 "Zapatero, el presidente"? ¿Cómo se sienten de implicados en la historia actual los hijos de los que se sintieron muy implicados en la historia de hace una generación? Acabo de contarle a mi hija mi idea para esta columna. Ella ha fingido un mínimo interés mezcla de buena educación y sentimiento de lástima, y acompañó con una sonrisa la frase "Fascinante, papá, pero termina la columna pronto que me quiero conectar al tuenti").
Vimos a un personaje amigo del presidente al que éste llamaba "Fernando", y caímos en la cuenta de que era Abril Martorell. Vimos a un militar larguirucho y sensato; no hizo falta más para saber que era Gutiérrez Mellado. Un andaluz chulito vestido con chaqueta de pana: Felipe González. Un sesentero comunista bajito y fumador: Santiago Carrillo. Vimos a una mujer rubia y despierta actuando como la mano derecha del presidente y supimos que la actriz estaba interpretando a Carmen Díez de Rivera. ¿Y si el paseante que le increpa a Suárez cuando está haciendo campaña por provincias era yo? Tenía más o menos mi estatura y se me daba un aire visto desde lejos. En verdad yo no le increpé tanto como se vio en pantalla, pero entiendo que es una reconstrucción dramática de los hechos. ¿Cómo se llama el actor que hizo de mí en la serie? ¿Y si el conductor que mira sorprendido pasar el coche oficial de Suárez era usted? ¿Se representó en la serie al pueblo español con la misma grandeza con la que se mostró a la clase política de la Transición?
(P.D.: ¿Cómo será la serie de 2040 "Zapatero, el presidente"? ¿Cómo se sienten de implicados en la historia actual los hijos de los que se sintieron muy implicados en la historia de hace una generación? Acabo de contarle a mi hija mi idea para esta columna. Ella ha fingido un mínimo interés mezcla de buena educación y sentimiento de lástima, y acompañó con una sonrisa la frase "Fascinante, papá, pero termina la columna pronto que me quiero conectar al tuenti").
IT'S ONLY POP
Que un crítico despierte amores incondicionales u odios furibundos es habitual en el mundo de las artes comerciales. Pero que ese crítico sea igualmente atendido al milímetro tanto por sus admiradores eternos como por los que sienten que pertenecen a otra especie animal sólo le ocurre a Julián Ruiz. ¿Te gustan sus recomendaciones musicales, te va el rollo popero, sobreproducido, artie, brit? Pues seguro que no te pierdes su programa de radio "Plásticos y decibelios". ¿Te espantan todas y cada una de las canciones que selecciona hasta el punto de considerar que la mejor definición de tus gustos musicales sería la contrafigura de Julián Ruiz? Pues seguro que tampoco te pierdes "Plásticos y decibelios". ¿Te flipa su prosodia, su dandismo, alucinas con sus conocimientos enciclopédicos de primera mano de todas las figuras del mundo del pop? Escucharás a diario "Plásticos y decibelios". ¿Su prosodia te parece kitsch, su dandismo te parece kitsch, y crees que sus conocimientos enciclopédicos sólo lo serían en una enciclopedia kitsch? Confiésalo, pones una excusa a tus amigos para volver a casa a escuchar "Plásticos y decibelios".
Y ahora todos los que le escucháis, todos los que le escuchamos vamos a empezar a verlo en "Vídeos y decibelios". Todos como un solo hombre de lunes a jueves a las 21:00 horas en 40TV para asistir al primer programa de la cadena que puede considerarse "de autor". Nos miraremos recelosos entre nosotros cuando Ruiz presente con su estilo inconfundible un nuevo vídeo de Alison Goldtrapp, pero al final unos y otros estaremos en ese momento delante del televisor. Nos encantará o no verle revolver entre sus montañas de discos y fetiches mientras consigue que en una misma frase aparezca Chris Martin, Lil Wayne y Kings of Leon, pero no despegaremos la mirada de la pantalla. Habremos previsto verlo entero o tan sólo cinco minutos para hacernos una idea, pero cuando termine el espacio con un vídeo de Marina & The Diamonds todos seguiremos allí. Ya sé que Julián Ruiz es sólo pop, pero, nos guste o no nos guste, no nos lo perdemos.
Y ahora todos los que le escucháis, todos los que le escuchamos vamos a empezar a verlo en "Vídeos y decibelios". Todos como un solo hombre de lunes a jueves a las 21:00 horas en 40TV para asistir al primer programa de la cadena que puede considerarse "de autor". Nos miraremos recelosos entre nosotros cuando Ruiz presente con su estilo inconfundible un nuevo vídeo de Alison Goldtrapp, pero al final unos y otros estaremos en ese momento delante del televisor. Nos encantará o no verle revolver entre sus montañas de discos y fetiches mientras consigue que en una misma frase aparezca Chris Martin, Lil Wayne y Kings of Leon, pero no despegaremos la mirada de la pantalla. Habremos previsto verlo entero o tan sólo cinco minutos para hacernos una idea, pero cuando termine el espacio con un vídeo de Marina & The Diamonds todos seguiremos allí. Ya sé que Julián Ruiz es sólo pop, pero, nos guste o no nos guste, no nos lo perdemos.
4/2/10
AFTER CUTRE
Lo único bueno de ese espanto post-apocalíptico que estrenó Cuatro bajo el deíctico título de "After hours" fue descubrir que tengo deseos que no quiero que se cumplan. Parece contradictorio, es cierto, y yo mismo no me aclaro sobre lo que pueda significar el sintagma "deseos que no quiero que se cumplan". Si deseo algo es porque quiero que se cumpla. Si quiero que se cumpla algo es porque lo deseo. Pero basta la presencia en pantalla de Rafa Méndez para que la lógica más elemental de la vida que lleva rigiendo desde hace millones de años el curso de la evolución quede reconvertida en el código civil de la República de los Vampiros Bailarines.
Pero perdónenme, porque a lo mejor no saben muy bien de qué programa les estoy hablando. "After Hours" pretende mostrarnos un recorrido por los límites del sexo, del sexo extremo que en todas sus variantes más atrevidas se practica bajo la envoltura de la noche. Y como conductor de este descenso al mundo de la chacinería del látex la cadena del punto rojo ha elegido a Rafa Méndez, -este chico que baila-, cuya permanente afectación marciana es tan poco solidaria de la inmediatez y la elementalidad del deseo sexual como lo es Flipy respecto del humor inteligente.
Ahora entenderán mejor el primer párrafo. Porque propuestas como "límites del sexo", "sexo extremo" o "variantes más atrevidas" consiguen que Hank Moody y yo empecemos a dar saltitos de alegría y a sentir en las entretelas del deseo algo semejante a lo que es la fuerza de la gravedad en el mundo físico. Y, sin embargo, cuando asistimos a la consumación real de tales impulsos todo resulta de una sordidez aftercutre tal, de una horterez tan neobelenestebánica, de un erotismo todoaciénico capaz de hacerme preferir una extracción dental equivocada antes que participar en una de esas orgías de a perrona, intercambios de parejas o felaciones a desconocidos entre los arbustos de la Casa de Campo. Quizá lo fundamental en algunas fantasías sea su carácter fantástico. Quizá baste con escuchar dos frases de Rafa Mendez para entender lo mal que se llevan a veces el deseo y su satisfacción.
Pero perdónenme, porque a lo mejor no saben muy bien de qué programa les estoy hablando. "After Hours" pretende mostrarnos un recorrido por los límites del sexo, del sexo extremo que en todas sus variantes más atrevidas se practica bajo la envoltura de la noche. Y como conductor de este descenso al mundo de la chacinería del látex la cadena del punto rojo ha elegido a Rafa Méndez, -este chico que baila-, cuya permanente afectación marciana es tan poco solidaria de la inmediatez y la elementalidad del deseo sexual como lo es Flipy respecto del humor inteligente.
Ahora entenderán mejor el primer párrafo. Porque propuestas como "límites del sexo", "sexo extremo" o "variantes más atrevidas" consiguen que Hank Moody y yo empecemos a dar saltitos de alegría y a sentir en las entretelas del deseo algo semejante a lo que es la fuerza de la gravedad en el mundo físico. Y, sin embargo, cuando asistimos a la consumación real de tales impulsos todo resulta de una sordidez aftercutre tal, de una horterez tan neobelenestebánica, de un erotismo todoaciénico capaz de hacerme preferir una extracción dental equivocada antes que participar en una de esas orgías de a perrona, intercambios de parejas o felaciones a desconocidos entre los arbustos de la Casa de Campo. Quizá lo fundamental en algunas fantasías sea su carácter fantástico. Quizá baste con escuchar dos frases de Rafa Mendez para entender lo mal que se llevan a veces el deseo y su satisfacción.
3/2/10
EL ÁRBOL Y EL EDIFICIO
Ray Drecker es un tipo al que su mujer abandona por un perfecto estúpido. Ray es profesor y entrenador, pero eso está muy lejos de lo que esperaba de la vida. Como toda situación desesperada puede empeorar, Ray termina viviendo en una tienda de campaña tras el incendio de su casa, tiene que utilizar un lago como retrete, aceptar los doscientos y pico dólares que sus alumnos han recaudado para él en una colecta (ni siquiera son suficientes para comprar una maldita viga) y, por fin, entender que su única salida es aprovechar lo mejor que tiene: su enorme pene.
Así es la vida de Ray en “Hung (superdotado)”, que Canal + emite los lunes después de la ración de sangre, sexo y psicología vampírica de “Sangre fresca”. ¿Es un error emitir una serie como “Sangre fresca”, que hace de Bon Temps, una pequeña localidad de Louisiana, un microcosmos en el que se mezcla el neopaganismo, la monstruosidad, las hermandades fanáticas y la belleza del mal, justo antes de otra serie como “Hung”, protagonizada por un tipo cuyo polla le sirve para pagar facturas? Creo que no. Si “Sangre fresca” muestra lo duro que es ser un vampiro en el profundo Sur de los Estados Unidos, “Hung” muestra lo duro que es ganarse la vida con el pene. De acuerdo, puede que el culo de Ray Drecker no sea tan atractivo como la misteriosa mirada del vampiro Bill Compton, pero la belleza del perdedor no es menos bella que la del no muerto. Se preguntaba el físico alemán Gert Eilenberger que por qué se declara bello un árbol deshojado por la tempestad y enmarcado por el cielo invernal, y no la silueta de un edificio universitario polivalente, a pesar de los esfuerzos del arquitecto. Del mismo modo, podríamos preguntarnos por qué nos parece bello un vampiro deshojado por la tempestad y enmarcado por el cielo sureño de Bon Temps, y no la silueta de un perdedor polivalente, a pesar de los esfuerzos de su gran pene.
La ración de series que nos propone Canal + para la noche de los lunes es bella como un árbol deshojado por la tempestad y como un edificio universitario polivalente. Y es que un vampiro de 173 años y un cuarentón gigoló por accidente no son tan diferentes, siempre que olvidemos que Bill se alimenta de sangre artificial y entendamos que el tamaño del pene de Ray, en realidad, no importa.
Así es la vida de Ray en “Hung (superdotado)”, que Canal + emite los lunes después de la ración de sangre, sexo y psicología vampírica de “Sangre fresca”. ¿Es un error emitir una serie como “Sangre fresca”, que hace de Bon Temps, una pequeña localidad de Louisiana, un microcosmos en el que se mezcla el neopaganismo, la monstruosidad, las hermandades fanáticas y la belleza del mal, justo antes de otra serie como “Hung”, protagonizada por un tipo cuyo polla le sirve para pagar facturas? Creo que no. Si “Sangre fresca” muestra lo duro que es ser un vampiro en el profundo Sur de los Estados Unidos, “Hung” muestra lo duro que es ganarse la vida con el pene. De acuerdo, puede que el culo de Ray Drecker no sea tan atractivo como la misteriosa mirada del vampiro Bill Compton, pero la belleza del perdedor no es menos bella que la del no muerto. Se preguntaba el físico alemán Gert Eilenberger que por qué se declara bello un árbol deshojado por la tempestad y enmarcado por el cielo invernal, y no la silueta de un edificio universitario polivalente, a pesar de los esfuerzos del arquitecto. Del mismo modo, podríamos preguntarnos por qué nos parece bello un vampiro deshojado por la tempestad y enmarcado por el cielo sureño de Bon Temps, y no la silueta de un perdedor polivalente, a pesar de los esfuerzos de su gran pene.
La ración de series que nos propone Canal + para la noche de los lunes es bella como un árbol deshojado por la tempestad y como un edificio universitario polivalente. Y es que un vampiro de 173 años y un cuarentón gigoló por accidente no son tan diferentes, siempre que olvidemos que Bill se alimenta de sangre artificial y entendamos que el tamaño del pene de Ray, en realidad, no importa.
2/2/10
HALLADOS POR LA PRODUCTORA
Lo han maquillado un poco y ha vuelto. Esta vez en Cuatro se lo han currado más para que no los vuelvan a acusar de que los pueblos de “Perdidos en la tribu” no vivían en lugares suficientemente apartados ni estaban lo suficientemente aisladas del hombre blanco. Así que desde que anunciaron su vuelta recurrieron a expresiones como “terreno hostil”, “condiciones desconocidas”, “rituales extraordinarios”, “aventura irrepetible”, “desafío a la supervivencia” y “destino remoto”. Menos mal que no se les coló “marco incomparable”. Da igual. El problema del concurso es otro y cuando despierten verán que, como el dinosaurio de Monterroso, todavía estará ahí.
Podríamos decir que el problema radica en que la supuesta inmersión cultural de los participantes es imposible por mucho taparrabos que se pongan porque todos llevan consigo los anticuerpos de las tropocientas vacunas que les habrán puesto antes (y guardan en el fondo de la maleta su cartilla sanitaria porsiaca). Podríamos añadir que esa actitud de respeto con la que dicen visitar otras culturas es una majadería: “Hay una tribu que sitúa a la mujer en una posición inferior a la de los cerdos, en otra las mujeres piden ser fustigadas por sus maridos. Hay tradiciones que no entendemos y que nos hemos limitado a retratar con mucho respeto”, (¿respeto a quién, a los cerdos, a los maridos o a las mujeres?).
Pero no, el problema de “Perdidos en la tribu” es que hay que abrir más el foco para ver que, al completo, el programa debería llamarse “Hallados por la productora”. La familia vive acogida en una tribu porque mientras tanto la tribu vive acogida por el equipo de rodaje. Las familias se adaptan a las tribus mientras las tribus se adaptan a las necesidades del programa. Las familias deben obedecer al jefe de la tribu para conseguir su premio, pero, por encima, el jefe de la tribu debe obedecer al jefe de rodaje para conseguir el suyo.
Podríamos decir que el problema radica en que la supuesta inmersión cultural de los participantes es imposible por mucho taparrabos que se pongan porque todos llevan consigo los anticuerpos de las tropocientas vacunas que les habrán puesto antes (y guardan en el fondo de la maleta su cartilla sanitaria porsiaca). Podríamos añadir que esa actitud de respeto con la que dicen visitar otras culturas es una majadería: “Hay una tribu que sitúa a la mujer en una posición inferior a la de los cerdos, en otra las mujeres piden ser fustigadas por sus maridos. Hay tradiciones que no entendemos y que nos hemos limitado a retratar con mucho respeto”, (¿respeto a quién, a los cerdos, a los maridos o a las mujeres?).
Pero no, el problema de “Perdidos en la tribu” es que hay que abrir más el foco para ver que, al completo, el programa debería llamarse “Hallados por la productora”. La familia vive acogida en una tribu porque mientras tanto la tribu vive acogida por el equipo de rodaje. Las familias se adaptan a las tribus mientras las tribus se adaptan a las necesidades del programa. Las familias deben obedecer al jefe de la tribu para conseguir su premio, pero, por encima, el jefe de la tribu debe obedecer al jefe de rodaje para conseguir el suyo.
1/2/10
ENLACE Y DESENLACE
Hoy hablaremos de lo que no vimos ayer en la tele por la noche: “Inocentes” en Telecinco. Es uno de esos telefilmes que ahora se llevan mucho pero que prefieren llamar “TV movie” o “cine hecho para televisión”, una de esas series que sólo tienen dos entregas así que no son una serie por el mismo motivo por el que dos puntos no definen un plano.
Ahora los telefilmes intentan reducir la clásica estructura narrativa de “Exposición, nudo y desenlace”, a sólo dos partes: “Enlace y desenlace”. En el enlace se capta clientela y en el desenlace se rentabiliza. Es la fidelización del espectador en un aquí te pillo, aquí te mato: poco ambiciosa, pero efectiva. A no ser, claro, que tras la primera entrega venga el silencio, la indiferencia, el ni fu ni fa. Y eso le pasó a “Inocentes”.
En el mismo día y hora, Telecinco había emitido dos semanas antes “El pacto”. Y aquel telefilme sí que funcionó bien. Tenía los ingredientes clásicos del género: estaba basado en hechos reales, se trataba de un caso escabroso y en su día ya había causado conmoción y escándalo… Así que el “enlace” enlazó a los seguidores del género que daba gloria verlo. Y lo mejor: tras la primera entrega, hubo asociaciones de padres tridentinas que pusieron el grito en el cielo porque el hecho real del que partía “El pacto” ¡era el embarazo simultáneo de varias adolescentes! Resultado: su “desenlace” enlazó aún más espectadores antes de desenlazarlos y todos pudimos ver escandalizados cómo en su instituto ¡empezaron a dar clases de educación sexual!
Pero “Inocentes” no partió de hechos reales concretos y ninguna asociación de padres consideró escandaloso que la tele mostrara algo tan normal como una red mafiosa secuestrando, violando y prostituyendo chicas. Así que el “enlace” enlazó la mitad y el “desenlace” tuvo poco que desenlazar. Por eso no lo vimos ayer por la noche.
Ahora los telefilmes intentan reducir la clásica estructura narrativa de “Exposición, nudo y desenlace”, a sólo dos partes: “Enlace y desenlace”. En el enlace se capta clientela y en el desenlace se rentabiliza. Es la fidelización del espectador en un aquí te pillo, aquí te mato: poco ambiciosa, pero efectiva. A no ser, claro, que tras la primera entrega venga el silencio, la indiferencia, el ni fu ni fa. Y eso le pasó a “Inocentes”.
En el mismo día y hora, Telecinco había emitido dos semanas antes “El pacto”. Y aquel telefilme sí que funcionó bien. Tenía los ingredientes clásicos del género: estaba basado en hechos reales, se trataba de un caso escabroso y en su día ya había causado conmoción y escándalo… Así que el “enlace” enlazó a los seguidores del género que daba gloria verlo. Y lo mejor: tras la primera entrega, hubo asociaciones de padres tridentinas que pusieron el grito en el cielo porque el hecho real del que partía “El pacto” ¡era el embarazo simultáneo de varias adolescentes! Resultado: su “desenlace” enlazó aún más espectadores antes de desenlazarlos y todos pudimos ver escandalizados cómo en su instituto ¡empezaron a dar clases de educación sexual!
Pero “Inocentes” no partió de hechos reales concretos y ninguna asociación de padres consideró escandaloso que la tele mostrara algo tan normal como una red mafiosa secuestrando, violando y prostituyendo chicas. Así que el “enlace” enlazó la mitad y el “desenlace” tuvo poco que desenlazar. Por eso no lo vimos ayer por la noche.
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