Como cada nuevo año, dedico un artículo a hacer predicciones sobre la tele. Es mi artículo favorito porque afirmo que soy vidente y tengo poderes por la misma poderosa razón por la que lo afirman los demás: porque sí, porque me sale de las narices, porque nadie comprueba estas cosas, porque nadie pide que se demuestren, porque tengo mucho morro, porque mola creerse superior a esa pobre chusma que no tiene poderes, porque puedo decir lo que me da la gana sin tener que dar explicaciones a nadie, porque si acierto soy la de Dios y los que creen gilichorradas me harán donativos (o sea, dinero negro que no se declara a Hacienda), porque si fallo sigo siendo la de Dios y los que creen gilichorradas no lo tendrán en cuenta y seguirán creyendo sin denunciarme por timador (hay que tomar la precaución de no cobrar y no emitir factura porque así no hay pruebas del delito. Recuerden: sólo donativos como hacen los caras de Bélmez con las caras de Bélmez). Allá voy.
Veo, veo que este año habrá grandes cambios. Recibo señales misteriosas que me hacen ver que los viejos televisores analógicos serán castigados por sus pecados y dejarán de funcionar a no ser que, en honor al Dios de la televisión, se encienda ante ellos (en un altar denominado “descodificador TDT”) una pequeña luz verde que cuando se apaga se queda roja. También veo que la ira de Santa Publicidad se volverá contra la impía Televisión Española, que cada vez dispondrá de menos dinero a no ser que vuelva al redil y lance de nuevo plegarias, mantras y jaculatorias de veinte segundos empaquetadas en pausas publicitarias. Y veo que habrá programas nuevos que, en cuanto los índices de audiencia digan si triunfaron o fracasaron, diré aguantando la risa que yo ya lo sabía porque lo había visto en su aura, pero que los demás no lo ven porque no tienen poderes.
Hala, se me acabó el chollo. Recuerden que no les cobro nada por este artículo pero admito donativos. El año que viene, más.
No puedes esperar donativos si eres racional y haces suposiciones basándote en hechos y datos pasados.
ResponderEliminarNo creo que nadie te done dinero, lo siento. Prueba a buscarte supuestas caras por el cuerpo, o en las paredes de tu casa.