Supernanny, necesitamos urgentemente que dejes todas tus ocupaciones actuales y te desplaces al Nepal para afrontar el caso más difícil de tu carrera. Hasta ahora te hemos visto resolver brillantemente los problemas de comportamiento más enquistados en las familias con peores hábitos del mundo occidental. Agüita comparado con lo que te espera. Te necesitamos en Asia, en la ruta del Himalaya, adonde acaba de llegar en estos días, -al menos en el universo paralelo que es la televisión-, la postpreadolescente peor educada desde que los homínidos abandonaron África, la concursante televisiva más insoportable desde la invención de los rayos catódicos, el único ser humano que supera en inestabilidad a los transuránidos. Se llama... ahhh... Alazne, y forma junto con su madre Meritxell pareja en la segunda edición de "Pekín Express".
Indescriptible. Indescriptibles sus permanentes explosiones de ira, sus constantes explosiones de llanto, sus continuas explosiones de envidia; sus explosiones en general, vamos. Indescriptible la forma en como no sabe perder cuando pierde, no sabe ganar cuando gana y no sabe empatar cuando empata. Indescriptibles sus impertinencias con (casi) todos los demás concursantes durante su estancia en China: si las hubiera recibido Lao-Tse en el siglo IV a.C. el "Tao Te Ching" se llamaría "Que alguien me quite a esta tía de delante porque no respondo".
Y ahora llegan al Nepal. Dos días de Alazne en Katmandú y el budismo, la búsqueda del nirvana y la meditación serán vagos recuerdos de una época pasada antes de que el país se sumiera en la desesperación y las benzodiacepinas. Una pataleta de la niña nítidamente alimentada por su mamá y las Cuatro Nobles Verdades pasarán a ser cinco al añadirse una sentencia según la cual: "El sufrimiento humano nunca cesará mientras alguien no le diga unas cuantas cosas bien dichas a esa tía". Ven con tus sistemas de puntos y un sari en la maleta, pero ven pronto, Supernanny. Ah, y avísame cuando resuelvas el caso para que yo pueda seguir viendo "Pekín Express".
6 comentarios:
Todo sobre Pekin Express
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Yo no soy supernanny, ni estudio psicología ni sociología. Pero en mi opinión lo que necesita esa niñata es una buena torta... bueno, en realidad es lo que necesitó. No creo que ahora le valga para nada en absoluto, pero claro, es que pegar a los niños es de bárbaros. Lo que hay que hacer es convencerles con la palabra, que razonen. Y lo que acaba pasando es que los adultos acaban razonando las pataletas de los niños. "Pobrecitos, ya se les pasará cuando crezcan."
Lo que necesita esa niña ya no es supernanny, sino todo un ejército de supernannies, una por cada pataleta que tuvo y su madre no le reprendió.
Grandisimo articulo, estaria 110% de acuerdo, si se pudiera estar mas de acuerdo que al 100%. Estuve hablando con las "Gemelas Pekin Express" y a ellas les gusta porque da vidilla al programa. Dios las cria...
Maravilloso, no podría estar más de acuerdo. Una torta bien dada es lo q necesita. A todos los q tenemos unos años nos han caído más de una bofetada y aqí estamos agradecidos a nuestros padres. Más de una tenía q haber llevado y la vida me hizo esquivarla.
Muy bueno tu blog... te seguiré cual telebloggero fiel
cuanta razón tienes, profe, pero más que una torta yo daba dos, una a la hija, que se comporta así, y otra a su madre, por consentirlo.
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