Hay otros mundos, pero son de agua y están en La 2. “El río de la vida” nos acercó la semana pasada al Nilo, desde Asuán a Luxor; y la serie “Mundos de agua”, que La 2 estrenó este lunes, nos lleva a lugares nunca vistos llenos de animales y plantas cuya fantástica anatomía dejan en ridículo a la imaginación de un Dalí o de un Bosco. Tanto “El río de la vida” como “Mundos de agua” tienen la maravillosa virtud de que desprecian la mística del Nilo y del agua para concentrarse en la física del río y del elemento natural. Así, lo que podría convertirse en uno de esos inquietantes documentales que se regodean en el “misterio” del Nilo y del agua que da la vida, se queda en un relajante canto a la naturaleza viva, cierta, tozuda y deslumbrante.
Si un budista dice “Hágame uno con todo”, puede estar meditando para alcanzar la iluminación o puede estar pidiendo un perrito caliente en un puesto callejero. Si en un documental sobre el Nilo escuchamos que Egipto es una “tierra de misterio”, puede que estemos ante un documental indocumentado que ofrece respuestas idiotas a preguntas mal formuladas, o ante un producto que ofrece sabrosos datos, precisas referencias históricas y hechos más sorprendentes que las invenciones de los pseudoegiptólogos. No tengo nada en contra de un documental budista sobre el agua que busque la iluminación y pretenda que “todos seamos uno” con el líquido elemento, pero prefiero un documental que trate ese mundo de agua como si fuera un perrito caliente. Creo que “El río de la vida” y “Mundos de agua” son documentales con apariencia budista que, en realidad, sólo quieren alimentar nuestro ocio con deliciosos perritos calientes.
El estreno de las nuevas temporadas de “El intermedio” y “Buenafuente” (La Sexta) también son buenas noticias para los que necesitamos llenar el estómago con perritos calientes, y no con las bobadas de los iluminados concursantes de “Gran Hermano” o las tenebrosas meditaciones de los tertulianos de “Sálvame diario”. Wyoming y Buenafuente son para la televisión mucho menos que el Nilo para Egipto o el agua para el planeta Tierra, pero es agradable poder pedir un perrito caliente después del telediario o antes de ir a la cama sin que te saque un ojo Jackie Chan o te apabulle la mística del “90-60-90”.
1 comentario:
La vuelta de Buenafuente ha conseguido que se alarguen mis cenas y se acorten mis desayunos, pero merece la pena...y el domingo completaremos el menú con Salvados.
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